Friday, March 02, 2007

FUEGO EN BABEL

En los jardines flotantes de Babilonia el fuego pudo destruir el pasado.
Se levantaban erguidos la belleza era inconmensurable.
Plantas y arbustos rompían la monotonía de ladrillos sin vida, apilados uno sobre otros como fantasmas grises que elevaban sus siluetas al cielo.
Las rejas no permitían traspasar los secretos de los palacios.
En sus salones los guerreros brindaban por las conquistas logradas.
Alejada, en un espacio más pequeño estaba ella, había nacido en un lugar de la tierra donde las verdes colinas se confundían con la majestuosidad de la sierras.
Cerraba sus ojos, sentía que estaba cerca de lago de aguas celestes donde nació paloma.
Hablaba con su alma, ésta le devolvía paisajes de ensueño, era una niña sola, caminaba por las praderas, el viento jugaba haciendo remolinos en su dorada cabellera, parecían espigas de trigo meciéndose al viento, el sol despejaba su cara, con sus rayos diluía las nubes para regalar vida.
Más allá, los animales pastaban placidamente, ella corría tras ellos y su risa se confundía con el eco de una cascada de agua cristalina.
Esa niña que en su mirada de esmeraldas reflejaba la tristeza se hizo mujer, era bella.
Una tarde caminaba por la orilla de lago, para cuidar la palidez de su rostro llevaba una sombrilla, parecía salida de un cuadro, rodeada de capullos miraba la inmensidad del universo, una bandada de palomas de plumaje plateado le recordaban a su madre.
No podía entender el abandono.
Entregada a sus pensamientos no vio al jinete que se acercaba, éste con cautela y admiración la observaba.
La tarde daba paso al crepúsculo, presurosas las palomas volvían a sus nidos para alimentar a sus crías.
Era el momento.
El caballero desenfundó su espada, el brillo de su hoja parecía un rayo en la tormenta, con un movimiento certero cortó un ramillete de flores para regalarle a la mujer de la sombrilla.
Cuando la luna asomaba llamando a las estrellas sus cuerpos se fundieron para siempre.
Pasó el tiempo eligieron morar cerca del río caudaloso, sus aguas turbias cantaban, pero el lugar era árido.
Ella recordaba otros pasajes de su vida, El quería conformarla, fue así que mandó a construir los majestuosos jardines para que la dueña de sus sueños no extrañara.
Ideó jardines colgantes poblados de flores de mil colores, árboles de hojas verdes que se hamacaban al compás del viento.
Una noria traería agua cristalina para alimentarlos y concluir en una cascada que cantaba, en ése lugar los pájaros construían los nidos que alojarían las crías, al amanecer regalarían sus trinos.
Todo era perfecto, el murmullo de los pájaros los despertó una mañana, vieron como disparados huían de las lenguas de fuego, el agua no alcanzaba para apagar el incendio.
Los árboles se consumían, sus vestidos eran grises, las flores morían,había muerto el aroma de cada mañana.
La reina lloraba la pérdida de los jardines que le regalara su amado, todo era silencio.
De las cenizas surgió una paloma de plumaje azul, en su pico rojo como el fuego llevaba prendidos los sueños éstos tomarían nuevamente vida en el espacio.

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