Monday, November 12, 2007

CICATRICES

Las cicatrices que tenía en el rostro permanecían, el dolor por haber matado al ser amado las profundizaba, parecía que la máquina del tiempo había detenido todo.
Una amiga la llevó al consultorio de un cirujano, éste hacía menos de un año había realizado un trasplante de rostro en una mujer que había sido atacada por su mascota.
Ella no quería tener facciones ajenas, necesitaba borrar las cicatrices que había dejado el fatal accidente, no estaban solo en su cara, también tenía herida el alma y para ello no había remedio.
En la primera entrevista el especialista la tranquilizó, no efecuaría un transplante, solo haría cirugía reparadora.
El proceso sería largo, muchas veces entraría al quirófano para reencontrarse con su cara verdadera.
Preparó el bolso, había llegado el día de la primera operación, a ellas le sucederían otras.
Anestesiada soñaba con el hombre de su vida, recordaba cada momento que habían pasado juntos, el último viaje antes de la tragedia.
Caminaban juntos a orillas del mar Caribe, las aguas azules se confundían con la mirada de ella, jugaban en la arena, el atardecer los encontraba esperando mirar el sol que se escondía para dar paso a los destellos de la luna, las estrellas titilaban.
Un paisaje perfecto, rodeado de vegetación, flores exóticas crecían en los canteros, Él cortaba una, para prenderla de sus cabellos.
La noche era cómplice de ese amor fogoso, las siluetas se unían hasta formar una sola, reinaban las caricias.
Al despertar de la anestesia lloraba, le habían interrumpido la magia de seguir soñando.
Las operaciones se sucedían, su rostro se asemejaba al que había perdido, hacía bastante tiempo.
Siguió las instrucciones del médico, éste la cuidaba con cariño, la contenía.
Por fin se había repuesto, una noche el cirujano la invitó a salir, irían al lugar que ella quisiera.
A la luz de las velas le declaró su amor, su obra había finalizado, estaba hermosa, tal cual él la había soñado.
No quedaban rastros de las cicatrices, pero ella se había quedado detenida en otros tiempos,seguía extrañando al hombre que no pudo terminar su propuesta de casamiento.
Su mirada se tornó gélida, las lágrimas surcaban el rostro nuevo, se alejó apresurada, en su casa estaban las llaves del departamento que había compartido con el hombre de su vida.
Buscó el revólver, el mismo con que había disparado a su amor .
Había planeado todos los detalles, el sitio estaba perfumado, las velas ardían en los candelabros, la música acompañaba la escena, dirigió el arma a su corazón, un disparo certero terminó con su vida.
Cuando la encontraron sonreía, había llegado el momento de reunirse con el hombre al que había disparado.
Eternamnete ahora estarían juntos, en el sitio donde no existe el espacio y el tiempo.

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