Friday, February 15, 2008

EL ASCENSOR DE CRISTAL

El edificio estaba construido frente a la playa, todos los pisos miraban al mar.
Dotados de cuatro ascensores, dos tradicionales, otro de mayor velocidad y el último un poco más alejado de los primeros tenía las paredes de cristal.
Ella había comprado un amplio departamento en el piso veinticinco, estacionó la camioneta y caminó por los jardines que circundaban la propiedad, en ese momento el encargado estaba regando las plantas, los pétalos de las flores eran movidos por las gotas de agua, ellas reaccionaban obsequiando, aromas y colores.
Esta vez optó por uno de los ascensores tradicionales, al de cristal lo estaban ornamentando para un evento.
A medida que ascendía, recordaba a quienes tenía que llamar para finalizar la decoración del departamento, sabía que las mullidas alfombras estaban colocadas.
El empleado de la mueblería le confirmó que antes del mediodía llegaría el mobiliario, por suerte el teléfono de línea ya estaba conectado.
Sacó de su cartera una hebilla para sostener sus ensortijados cabellos, un número rojo le indicaba en que piso estaba.
Divertida observaba cuando se abrían las puertas del ascensor para que subieran otros habitantes, en cada piso imaginaba una historia diferente.
El olor a pintura fresca se sentía por todos los rincones.
Recibió un mensaje de texto, no lo respondería ahora, en el piso quince subió un joven de piel morena, la mirada del color del mar logró hacerle sentir algo que antes no había experimentado, solo quería llegar a su casa, a punto de cerrarse las puertas del ascensor, el muchacho que había perturbado sus pensamientos decidió no continuar el ascenso.
Faltaba poco para llegar a su departamento.
Los pisos de mármol relucientes igual que los pasamanos de bronce de las escaleras, todo era cálido, buscó las llaves, estaban en el fondo de la cartera, grande fué su sorpresa al encontrar en la puerta de entrada un ramo de flores, mezcladas con especies silvestres, majestuosas se mostraban las rosas.
Ingresó a la unidad que había comprado, en el arreglo floral había una tarjeta, le daban la bienvenida y le sugerían que al bajar utilizara el ascensor de cristal.
Su madre había dispuesto la colocación de los cortinados, sabiendo que a su hija le gustaban las plantas, en el balcón encontró varias especies, sonrió feliz recordándola, siempre pendiente de ella.
El llamador anunció la llegada de los muebles, los empleados acomodaron los mismos según el gusto de la dueña.
Al caer la tarde ella disfrutaba de su nueva casa, por primera vez viviría sola, comenzaría a caminar por la vida alejada de los ojos de sus seres queridos.
Las flores descansaban en un florero cerca del ventanal, sobre la playa las olas danzaban, estaba feliz, cambió su jean por un vestido sencillo que realzaba sus curvas, en ese instante recordó que debía bajar por el ascensor de cristal.
Estaba adornado con follajes verdes que acariciaban los cristales, la fragancia de las flores la llevaba a soñar, oprimió planta baja.
Nuevamente el ascensor se detuvo en el piso quince, allí lo abordó el mismo jóven que había visto por la mañana, el flechazo fué mutuo, se dejaron llevar por las sensaciones.
Él había ordenado los arreglos de esa jaula de cristal, un oportuno corte de luz los dejó en un entrepiso, allí comenzaría otra historia de amor.

No comments: