Saturday, February 02, 2008

LAS SANDALIAS

Marcia, estaba por mandar unas cajas a las zonas afectadas por los desastres naturales y los que produce el hombre en cualquier lugar del planeta.
Sabía que Maybé, pronto cumpliría años, en una encomienda más pequeña puso un par de sandalias para su amiga.
Ésta, estaba acostumbrada a caminar descalza, sintiendo la sensación de la tierra en sus pies, no le importaba si estaba mojada por el rocío nocturno o debía pisar la aridez de la arena dorada.
Las había comprado en un shoping de renombre, mientras armaba la encomienda para que llegaran en buenas condiciones, observó que en el fondo de la caja había un instructivo, escrito en castellano e inglés, idiomas que su amiga no dominaba .
Buscando el lado práctico de las cosas, solo le enviaría un resumen para utilizarlas.
No podía creer que para calzarse los zapatos casi debería hacer una especie de curso.
El cuero con el que estaban confeccionadas no debería ser expuesto a altas o bajas temperaturas a fin de conservar su plasticidad.
Las tapitas de los tacos eran de un material especial que permitiría a quien los usara, flotar asida a los sueños.
¿Qué sabían los fabricantes de las sensaciones de una persona que vive tan lejos?
Leyó todo el instructivo para ver de qué se trataba.
Tomó una pequeña hoja de papel en la que previamente había pintado con acuarelas paisajes de su tierra, de esa forma Maybé conocería un poco más de estos lugares lejanos.
Con trazos seguros escribió una sencilla esquela:
“Amiga disfruta de este calzado, sé que en el lugar que resides no dejan entrar ciertas exportaciones que consideran un lujo.
No hagas caso, hoy es tu cumpleaños, vístete con esa túnica blanca que me contaste, si, la que tiene en su escote bordados dorados, anuda las cintas en el contorno de tus piernas, parecerás una diosa pagana.
Entra al salón del brazo de tu amado Demián.
Por un momento olvida todo, esa será tu noche, si te lo propones podrás concretar cada uno de tus sueños.
Vive intensamente cada minuto sin importar el mañana, te quiere

Marcia.

Maybé admiraba las sandalias que su amiga le había enviado desde tierras lejanas.
Solo para él las luciría, la túnica dejaba ver sus piernas bronceadas, las cintas de las sandalias terminaban en sus rodillas.
Caminaba segura al encuentro de su enamorado, esa noche sería inolvidable, le sucederían otras de amor y pasión.
Descalza abrazó al hombre que la acompañaría para siempre, las sandalias habían unido cuerpos y almas, más allá de todos los tiempos.

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