Monday, February 18, 2008

ELLA Y EL ASCENSOR

El gerente de una conocida compañía de ascensores, está supervisando el envió de varios containers con sus productos, esta vez fueron requeridos de una lejana ciudad de Oriente.
Ella viajará como representante de la firma con el propósito de efectuar la entrega y asesorar a sus nuevos clientes.
La idea de la casa central es expandirse en esa región del planeta.
Está contenta, el viaje servirá para llevar al olvido una relación siniestra que la mantenía en Argentina.
Días antes compró varias chalinas, que utilizará como shador en el país que la espera, delante del espejo los prueba, no está mal cubrirse la cabeza, elige uno de seda azul como sus ojos, las estrellas que lo adornar le recordarán a las nuevas que verá colgadas del cielo, son las mismas que aquí acompañaron sus noches de amor, la diferencia la marcan los kilómetros de distancia.
A bordo de la nave que la llevará a destino con su carga, deja sus pertenencias en un camarote, esa noche la tormenta se hiso presente, decidió bajar a la bodega del barco para controlar la carga.
Aparentemente todo está en órden, sin embargo uno de los embalajes que contiene los aparatos ejecuta movimientos, creería que habla.
El elevador desata las cintas de acero que rodean los cartones del envío.
Sabía que los aparatos tenían música que indicaba la llegada a cada piso, pero ella escucha una voz que la embriaga.Se acerca, con un pinza corta el resto de las cintas de acero que sujetan los prolijos cartones.
En ese instante el elevador se ubica en posición vertical, como si fueran brazos imaginarios abre sus puertas, la invita a entrar.
Como una autómata obedece.
Hace calor, se quita el piloto desata su cabello, la musculosa blanca se adhiere a su cuerpo, las paredes metálicas le susurran al oído, le hablan de una vida posible alejada de todo aquello que la daña.
Abraza jadeando las paredes metálicas, siente que es poseída, un momento de lucidez le indica que no es posible, prefiere seguir en ese estado de placer infinito.
El ascensor le murmura al oído palabras de amor, promesas de una vida diferente, se deja llevar, nunca se había sentido tan bien.
Mañana el envío llegará al puerto de oriente, los controladores verifican que la carga esté completa.
No coincide con los remitos, falta un elevador, buscan infructuosamente a la representante de la firma, no la encuentran.
Después de varias negociaciones y una fuerte rebaja en los precios, deciden aceptar el containers.
El misterio parece revelarse en la playa, dos cuerpos desnudos, acunados por la danza de las olas, dan rienda suelta a sus sentimientos.

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