RECUERDOS DE AMOR Y LIBERTAD

Quiso amarlo más que nadie, y él le devolvió el corazón roto”, ellos, casi todos, han permitido que se mancillen mis versos.

Nací hace muchos años, no importa dónde, siempre me gusto la música, así fué que siendo pequeño, mis padres me llevaron a aprender a tocar el piano.

Corrían otros años, la patria estaba naciendo.

Sin querer inventé unos acordes, mañana los presentaría en casa de una dama de la sociedad.

Fuí invitado a una reunión, se celebraría en la casa de ella.

Estaban vestidas para la ocasión, los encajes cubrían la belleza de los cuerpos, los candelabros sostenían velas, las lágrimas de cera serían el signo de aquello que ocurriría más adelante.

Un piano de cola esperaba en el centro del salón.

Para amenizar la espera los empleados de la casa con uniformes coloridos ofrecían copas de licor.

Consultaba mi reloj de bolsillo, sabía que Blas llegaría en cualquier momento, traería la letra que se acoplaría a mi música.

Las puertas de la mansión se abrieron para dejarlo pasar, en sus manos traía varias hojas, podía adivinar la escritura, letras dibujadas con fina pluma.

Repartió a los asistentes una copia de los versos, era el día indicado para entornarlo por primera vez.

Pasó el tiempo, ahora vivo en las puertas del cielo, me acompaña mi amigo de siempre.

Juntos observamos que pasados unos años cercenaron la letra de nuestra canción.

Asistimos sorprendidos a muchos actos, en las escuelas, escuchamos a los niños cantarlo con emoción, eran inocentes que no sabían los designios de la historia.

Me usan para cualquier evento, en los deportivos soy silbado, solo unos pocos acompañan mis lágrimas llevando sus manos al corazón.

Estoy en cada rincón de la patria, todos los habitantes conocen mis versos, los recitan con devoción.

Estoy más viejo, he visto todo, Blas me dice que cuide mi corazón.

Muchas veces lo han resquebrajado, cuando escucho que no soy respetado, las multitudes que protestan con o sin razón, cantan mis versos en cualquier lugar.

A todos los que me conocen les pido algo que parece haberse esfumado, es un sustantivo olvidado o escondido, su nombre es respeto.

Les pido a todos que busquen la paz de los pueblos, recordando mi etapa juvenil.

Ustedes nos otorgaron la eternidad, la comparto con mi querido Blas.

Les ruego que sinceramente lleven sus manos al corazón, busquen en el fondo de sus almas, siempre estaremos acompañándolos.

Hoy nos visitó una paloma de plumaje blanco, en su pico pusimos una rama de olivo, la dejaremos partir, para que despliegue sus alas y lleve paz a todos los lugares que transitan el sendero de la incertidumbre.

Ansío que a todos los acaricie el sol.

Quiero escuchar sus voces entonando mis estrofas en libertad, seré como ayer, hoy, y siempre el Himno Nacional.