Wednesday, June 19, 2019

NUESTRO LUGAR




Si estuvieras corporizado a mi lado y tuviéramos la necesidad de elegir un lugar en el mundo para pasar el resto de nuestras vidas, tengo la certidumbre que optaríamos por la cuna de la cultura.
Grecia, país con magia.
Dueño de los misterios.
Región floreciente por el conocimiento desde miles de años anteriores a la era cristiana.
¿Por qué esa época señala un antes y después?
¿No se desmerece el pensamiento divergente?
¿Qué cualidades poseen los cristianos que los hacen diferentes a los ortodoxos, budistas, o quienes manifiesten sus propias creencias?
¿No es demasiado exagerado afirmar que una imagen prevalece sobre todas las otras?
¿Los talibanes de pensamiento han pensado en alguna oportunidad que todos al concluir la etapa terrena vamos al mismo lugar?
¿Qué diferencia existe entre un rabino y un cardenal?
¿Distintas concepciones de la realidad espiritual?
¿Cómo ser justo para decir que tal o cual es el poseedor de verdades absolutas?
¿Existen ellas o son la expresión de los que no deban cambiar paradigmas fenecidos en el tiempo?
¿Por qué creemos somos mejores que nuestros iguales?
¿Es necesario permitir subestimen nuestro intelecto?
¿Estás actitudes nos acercan o nos alejan de los terrenales?
¿Quién soy yo para afirmar, esto es bueno, aquello es malo?
Esas atribuciones producidas en los devaneos de las personalidades que no encuentran su lugar en el mundo, quieren implantar sus teorías hilarantes.
¿Poseo disposición para refutarlos?
Sí.
No me interesa establecer ningún diálogo con esos entes abominables que creen sus verdades son absolutas.
¿Dónde las podemos encontrar?
En ninguna parte que sea caminada, por terrenales con los pies apoyados en la tierra, surgen esas certezas.
Desde tu ausencia, tan dolorosa como injusta, desearía desaparecer en los meses invernales.
¿Por qué?
Es sencillo y produce terror la respuesta.
En una mañana gélida de agosto del año dos mil quince tu luminosidad se apagó para sierre.
¿No podía la estrella más grande del universo, competir con tu luz?
Celos injustificados.
El espacio puede albergar ambas esencias.
En razón del dolor expuesto que deja al descubierto, las heridas de mis entrañas, quiero decirte que nunca, jamás, aceptaré tener un hijo muerto.
¿Por qué?
No es natural.
Son Ustedes quienes por leyes naturales, en algunos casos distorsionadas, deben despedirnos a sus mayores.
¿Por qué en nuestro caso fue al revés, contrariando dogmas de vieja data?
No poseo la respuesta.
Por todo el relato de ms letras estoy segura he acertado con nuestro lugar en el mundo.
Grecia en otra estación.
Verano a pleno.
Culto de los adoradores del sol para broncear sus cuerpos.
Habitamos una de las tantas casas a orillas del Mar Egeo, tan azul, como las clotas que terminan las cúpulas de todas las edificaciones sin llegar a ser tanatorios.
La mayoría de las propiedades posee escaleras que bajan al mar.
¿Sabías Poseidón el dios de las aguas está feliz?
No debe agitar las olas de otros mares.
Está en su tierra natal.
Mientras tranquila observo tus destrezas como nadador, sé que todas las deidades te cuidarán.
Nos encontraremos a la hora del almuerzo compartido.
¿Cuánto hace que no lo hacemos?
¿Sabías que sabe a veneno cualquier alimento consumido en la más terrible soledad?
¿Quién cometió la osadía de elegir por mí?
¿No comprendieron que te traje a la vida para que vivieras?
¿Qué potestades se arrogan para justificar tu muerte?
Perdón vida ¿Qué sienten los muertos cuando llega el final?
¿Existe dolor?
¿Al cerrar tus ojos posibilitaste que tanto Pérsefone como Mnémosine eliminaran tus recuerdos?
Si ello ocurrió ¿Cómo podríamos reencontrarnos en algún lugar?
¿Es solo una entelequia que no puedo soportar?
¿Podrías guiarme hacia la esencia donde radica el conocimiento?
Esta tarde mientras vos, asistís al concierto de los muertos, iré al encuentro de Sófocles.
Poeta y político que desestimó la gobernación de Atenas cuando era un adolescente para dedicarse a lo suyo.
¿Existen muchos humanos que otorguen prioridad al conocimiento?
¿En esas circunstancias solo reina la teoría absurda de solo querer llegar más allá del transporte utilizado?
¿Dónde han quedado los valores de la humanidad?
¿Sabían que la mortaja no tiene bolsillos?
Con más o menos puntillas, todas son iguales.
Por ello tanto mi descendiente como todos, elegimos el camino caluroso de la incineración.
Necesito que los pensadores de aquellos tiempos me enseñen a comprender la muerte.
¿Cómo haré para interrogarles sobre el sentir de quienes se acercan al final?
¿Sufren?
¿Pueden sentir la tibieza de las manos que no los abandonarán, hasta el último suspiro?
¿Por qué se mueren los muertos?
¿No son capaces de comprender mi desesperación?
Ni Sócrates ni Platón pueden explicar cada uno de mis sentimientos.
Solo una madre como Eos, la madre de los cuatro vientos, puede entender mi dolor.
¿Podré encontrarme con Homero?
¿Preguntar donde nacieron sus himnos?
¿Hesiódo y sus teorías estarán pesando en algún templo?
Cromos no iré en tu búsqueda.
¿Tánatos esta cazando a sus presas?
Entes abominables con los que se hace necesario coexistir.
Ambas perdimos un hijo.
La más grande de nuestras obras.
Regreso a la casa ubicada a orillas del mar Egeo.
Tan azules como el cielo y las aguas de Poseidón.
Encuentro tus pisadas en la escalera que conduce a la playa.
Muy cerca de las guirnaldas de flores rosadas que cubre las paredes blancas de la propiedad, has dejado una esquela.
El terror se apodera de mí a leerla “Mamá, debo partir, estarás bien, siempre contarás conmigo.
No llores, tus lágrimas corroen mi alma.
Estaré bien.
Te quiero má.
Para siempre.
¿Cómo se hace para ocultar la desesperación?
¿Qué sintió mi hijo al sentir que iba a morir?
¿Por qué tengo que tener un hijo muerto si jamás lo pedí?
¿Nadie puede responder la desesperación de una mamá?
Mi tesoro, sabés que cada día como las aguas del mar Egeo aumentan el caudal de mi cariño.
Deseo pedirle a los destellos de sol iluminen un poco más el sendero de tu eternidad.
¿Por qué olvidaste enseñarme a vivir sin vos?
¿Has llegado a percibir la inmensidad de mi amor incondicional?
¡Ayudame!
No deseo estar más aquí.
Casi cuatro años de ausencia, no son suficientes para superar el duelo.
¿Podrían estar Ustedes más de mil cuatrocientos días sin poder besar a sus hijos?
El corazón está sediento de prodigar las caricias muertas en la punta de mis dedos.
¿Quiero soñarte?
¿Cuál es la fórmula para lograrlo?
Te amo más que a nadie en el mundo, por ello no puedo evitar pedirte, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=EhRMrEHPJ1g

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