Cada estación del año se puede asociar con un adjetivo capaz de indicar el estado de ánimo que atravesamos los terrenales.
El verano seria símbolo de la felicidad.
Época para visitar lugares soñados.
Permanecer resguardándonos de los fuertes destellos de sol en una playa de aguas azules.
Color solo interrumpido por la espumosa y blanca cresta de las olas que eligen la arena para dejar su marca antes de fenecer.
La primavera es vitalidad.
Tiempo de amores compartidos.
No solo el de las parejas, también incluidos están los sentimientos del amor más puro e intenso del mundo, el amor hacia los hijos.
Falsamente creemos que ellos nos despedirán por esas leyes que tiene la vida.
Otoño, es ocaso para la naturaleza.
Los tonos mutan al ocre y amarillo.
Hasta las especies de hojas rojizas se convierten en esos matices que traen nostalgia por aquello que no ha podido concretarse.
Días más cortos.
Cielos grises indicando que en cualquier momento comenzarán a llorar.
Lágrimas que esperan con ansiedad los agricultores para el crecimiento de las semillas que han desparramado en surcos perfectos para luego convertirse en la riqueza de la tierra.
Resido en un país extenso.
Transitar por las rutas es placentero.
Los campos son enormes.
Todos preparados para cosechas fabulosas.
Allí también los árboles comienzan con su clásica rutina desvistiéndose ayudados por las ráfagas del viento.
Los silbidos de aquel suelen aterrorizar en el momento de convertirse en gritos desgarradores.
¿Traerán el sonido de las almas que vagan por cualquier lugar?
¿Ellas en algún instante comenzarán su ascenso hacia enclaves desconocidos?
No he olvidado el invierno.
Podría identificarlo con varios adjetivos, elijo conmoción.
Si tuviera la potestad de hacerlo desaparecer, sin dudas sería una de las tareas que ejecutaría con mayor placer.
En una mañana de gélido invierno, se produjo el suceso que dio vuelta mi permanencia en este suelo.
Tu muerte.
No puedo aceptar esa locura desde ningún sitio.
No está muerto quien vive enlazado para siempre en el alma de su mamá.
Otros inviernos nos encontraron felices.
Viajando al sur de nuestro país para estar en contacto perpetuo con la nieve.
La inmensidad de los cerros con sus picos nevados, produce ese estado con el que elegí adjetivar la estación más rechazada por mí.
¿Por qué esa mujer misteriosa te llevó?
¿No es raro que se identifique con el nombre masculino de Tánatos si desde siempre se dice que es una mujer?
¿Cómo es ella?
¿No se cansará de repartir tristeza y soledad?
¿Alguna vez habrá pensado en el desamparo y desesperación en que sume a las madres a las que impiadosa, arrebata nuestra mejor obra?
¿Las entidades despreciables, nacen de una mamá?
¿Por qué no viene a buscarme sabiendo que hace casi cuatro años estoy esperando su visita?
¿No entendió, mi deseo máximo de no estar más aquí?
¿Por qué te eligió a vos?
¿Necesitaba luz para transitar los senderos abominables por los que acostumbra a desplazarse?
¿Si hubiera tenido un rasgo de sensatez, te hubiese dejado a mi lado, con amor tengo la certeza que podrías haberte recuperado?
Lentamente.
Con paciencia infinita, juntos como siempre, nadie se arrogaría la potestad de verme derrotada.
¿Por qué en determinado momento de esos días aciagos, comenzados un día como el de hoy hace cuarenta y seis meses quisiste volver a casa?
¿Has podido comprender en todo este tiempo, necesitabas cuidados especiales que el amor inconmensurable no puede otorgar?
¿Me equivoqué?
Detesto no acceder a una sola respuesta que pueda disipar alguno de los tantos enigmas que me asfixian.
Falta poco para la llegada de ese ciclo que trae los peores y más dolorosos recuerdos.
Necesito oxigenarme.
Salir de mi refugio.
A veces tengo la sensación que las paredes se deslizan para aprisionarme.
¿Por qué no culminan, su tarea?
Sería una manera rápida de acortar los tiempos y llegar a tu lado si ello puede suceder.
Camino hacia la plaza,
No ha llegado el cuidador.
¿Habrá adivinado que no deseo compartir mi soledad con nadie?
Hace bastante que no paso por la plaza.
Las hamacas que utilizan los niños, se mecen sin sus ocupantes.
Producto de la brisa que los meteorólogos dicen traerá la lluvia.
Saco las hojas de otoño del viejo banco de madera.
Ha sido en más de una ocasión, testigo mudo de mis sollozos.
Los árboles desnudos permiten observe algo nuevo.
Han enrejado los monumentos.
¿Ha llegado la barbarie y por ello la protección?
¿Qué dirían las voces de los héroes o personajes reconocidos al verse encarcelados por hombre que intenta protegerlos de la falta de educación?
¿Cómo pueden pintar con aerosol los pedestales de piedra donde se apoyan los monumentos?
¿Nadie enseñó a esas especies a convivir?
Necesito pensarte con más amor que ayer.
Sobre mi pantalón cae una hoja otoñal.
El tiempo ha dejado su marca.
No ha caído de un árbol, ahora.
Seguramente la brisa jugó con ella hasta depositarla sobre mis rodillas.
Es casi transparente.
La sostengo en mi mano.
Deseo elevarla para que puedas observarla si estás en algún lugar.
La luz de un relámpago ha transformado las hojas de las especies perennes, en colores añil y violetas.
No tengo miedo al ruido ensordecedor de los truenos.
Son el anuncia que antecede a la tormenta necesaria para llevarse la humedad.
Humedad que convierte los paisajes en imágenes fantasmagóricas.
Hasta que caigan las primeras gotas permaneceré aquí.
¿Has visto que esta hoja otoñal parece de cristal?
No es perfecta.
Al estar casi rígida a perdido el tono ocre, transformándose en delicado ambarino.
¿Por qué todo aquello que está por morir adquiere inmovilidad?
¿Has podido darte cuenta de la cercanía de tu propio final?
¿Padecen los humanos en esa condición?
¿A qué se debe, todas las muertes sean diferentes?
Si tuviera la posibilidad de elegir, optaría por una muerte rápida.
Alejada del sufrimiento que pasaste vos.
¿Era necesario, si el fin sería el mismo?
Nunca voy a disculpar a esos entes de casacas blancas que te usaron como un objeto a estudiar, sin importarles tu dolor.
¿No habrán sentido nada cuando desde el pasillo del lobby del sanatorio escuché tu grito de dolor?
¿Por qué los seres imperfectos no utilizan otros métodos para evitar padecimientos sin razón de ser?
¿Por qué se sienten ofuscados cuando una mamá les exige los partes médicos?
¿Por qué huyen como ratas cuando no saben que decir?
¿No les enseñaron a expresarse?
¡Bárbaros!
No seré yo quien los juzgue.
Presumo que llegará el día en que no puedan mirar a sus hijos a los ojos.
En el transcurso de la vida todo llega.
Tesoro de mis entrañas, prono comenzará la temporada invernal.
Antes amaba este tiempo.
Vos también.
Ahora me produce rechazo.
No quiero pensar que dentro de escasos dos meses se cumplirán cuatro años de tu partida.
¿No es demasiado tiempo para que no pueda darte un beso?
¿Cómo continuar sin sentir las caricias que quiero darte y mueren en la punta de mis manos?
¿Has escuchado mi voz llamándote?
¿Estás tan lejos que pese a pedirlo todas las noches no aparecés en mis sueños?
¿Cómo se miden las horas en la eternidad?
¿Hay luz diurna o todo es nocturno de soledad?
Por favor una vez más te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=OlxUeLqJErA
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