Buenos días
amigo querido.
Te
saludo en esta mañana donde
definitivamente se ha instalado el invierno.
Pese a
ello la temperatura es soportable.
En algún
momento regresará el frío gélido.
Enigma no
resuelto por ahora.
Con aforo
limitado han reabierto las galerías de arte.
Detesto los
fines de semana largos.
Te sigo
esperando sabiendo no llegarás nunca.
Salí a media
tarde sin saber hacia dónde ir.
En suelo
terreno en todos los sitios me encuentro incomoda, no es mi lugar.
Trato de
soportarlo.
En la muestra
pictórica había varios estilos.
Convivían desde pinturas del renacimiento, donde
floreció el arte hasta la era contemporánea.
Encontré una
tela con colores estridentes.
No obstante
mostraba creatividad y belleza.
Un abanico
colorido, formado por hojas, ocultaba una mirada inquietante.
Ese
accesorio tiene la edad del tiempo.
Los
confeccionaban con varillas de fina madera o de nácar para finalizar en las
pantallas plegadas.
En los
teatros era usual ver aquellos finalizados con plumas.
¿Recordás
una amiga, trajo de Galicia uno de color negro con delicadas flores pintadas.
Lo conservo,
más no lo uso.
El de la
tela estaba montado sobre un colorido círculo, allí estaban montadas las hojas.
Con otra
textura estaban pintados los ojos que miraban todo detrás del abanico.
Cuando de pinturas se trata los autores suelen
dejar en uno de los lados de la obra, un rectángulo, generalmente de metal describiendo la misma.
En este caso
particular no existía ninguna referencia.
Todo quedaba
librado a la imaginación del visitante.
Desde mi
óptica, esa mirada no estaba dirigida a nada en articular y a la ve hacia
todos.
Quería
decirnos que allí estaba, semioculta detrás del accesorio para mostrar aquello
que cada uno deseara mirar.
Luego de
observarla durante unos minutos, esa mirada reflejaba tristeza profunda.
Inexpresiva
como la de quienes hemos pasado por tragedias insuperables.
Personalmente
no utilizaría ningún adminiculo para
disimular el horror de no tenerte.
mis ojos
están vacíos.
Mo miran
hacia ninguna parte.
Solo están
atentos cuando a diario repaso tus
fotos.
Un ritual
cotidiano no bien enciendo la computadora para dar inicio a estos enlaces que
nos unen un poco más, aún, cuando me vea privada de darte un beso.
Acariciarte.
O tan solo
mirarte en silencio como tantas veces.
Ahora solo
me llaman la atención tus fotos.
Tan vívidas
que parecieran decirme:
“No llores
mamá”
¿Cómo evitarlo
cuando el amor es tan profundo?
¿Cómo enfrentar la soledad que a diario dice, aquí
estaré hasta que abandones este suelo?
A ella le
digo, no elegí estar en este estado donde el silencio es ruidoso.
Después de
llegar de la muestra, no tenía a quien contarle mi experiencia,
No suelo
concurrir a espacios donde se acumula demasiada gente.
El mejor
sitio donde puedo estar es cerca de mi refugio.
Aquí
conviven nuestras cosas.
En comunión
como antes.
También estuve leyendo un poco.
Ese libro mágico
que me regalaste en circunstancias especiales y señalaste con
birome azul, párrafos para que leyera después de ocurrida tu muerte.
Solo un ser
de luz como vos, puede dejar semejante legado para ser leído después de la
infausta ausencia.
No olvide
tomar el ejemplar de tapas celestes, con ese niño rubio y despeinado, dando la
espalda al mundo de los adultos que muchas veces evitan hablar con sus hijos.
Nuestro caso
fue diferente, abordábamos, todos los
temas como si fuéramos iguales.
No existía
diferencia alguna entre nosotros.
Empatía en
estado de máxima pureza como deberían tener todas las madres con sus hijos.
Aquí va lo
prometido, espero puedas recrear las frases en tu hábitat, pensando estás a mi
lado.
“21. Y
cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de
haberme conocido.
Cuando
aceptamos la pérdida de un ser querido, pasamos a alegrarnos de haber tenido la
suerte de haberlo conocido. Una de las mejores frases de El Principito.
22. ¡La
Tierra no es un planeta cualquiera! Se cuentan en él ciento once reyes (sin
olvidar, naturalmente, los reyes negros), siete mil geógrafos, novecientos mil
hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos, trescientos once
millones de vanidosos, es decir, alrededor de dos mil millones de personas
mayores.
Sin duda la
Tierra es un planeta con una gran cantidad de cosas por descubrir ¡qué
afortunados que somos!
23. La
autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se
tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir
obediencia, porque mis órdenes son razonables.
Cómo los
dirigentes tratan a sus ciudadanos les da legitimidad o se la quita.
24. Te
miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos.
Las palabras
puede llevar muchas veces a una discusión, debemos saber utilizarlas
cuidadosamente.”
¿Por qué no
estamos juntos para releerlas?
Sería un
deleite para ambos.
En el
momento de encontrarlas, solo pensé en recrearlas para vos.
De esa
manera ocupás tu tiempo, de existir el mismo, reingresando al misterio de la
lectura que tanto te fascinaba.
Se hace
difícil continuar vagando por la vida, cuando mi derrotero que sos vos está tan
lejos.
¿Inalcanzable?
Cuando
pienso en la probabilidad de no encontrarte no dejo de preguntarme
¿Para qué vivo?
¿Si las
mujeres tenemos la virtud de ser madres, por qué se llevan a nuestros hijos sin
saber muy bien adónde?
La vida sin
vos carece de sentido.
Así como
quien misteriosamente solo deja ver su mirada detrás del abanico, quisiera de
ser posible esta vida concluyera sin más dilaciones.
No pido
demasiado.
La desesperación,
es grande.
¿Por qué no
puedo modificar los designios del destino?
¿Cuándo
terminarán de desprenderse las hilachas de mi alma?
No quiero
esta realidad.
Nunca
entenderé por qué no me dieron la oportunidad para que te quedaras conmigo.
Te hubiera
cuidado.
El amor que
te tengo se habría convertido en la mejor medicina.
Todas las
probabilidades me fueron negadas.
Te amo hijo
querido.
No me
enseñaste a vivir en la más sórdida soledad.
Imagino eso
una madre nunca puede aprenderlo.
Estás vivo
en cada célula de mi ser.
Deseo estar
con vos para siempre en el espacio que sea,
Mi
pretensión es seguir queriéndote.
Hijo mío
hace casi seis años repito la misma frase, nunca olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=91AzUkwiFyo
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