Buenos días
mi cielo.
Te saludo en
una mañana muy fría.
Evidentemente
el otoño se despidió.
Helios sigue
regalando destellos de oro, no alcanzan para entibiar las gélidas mañanas.
Así será por
tres argos meses.
Sufrías
demasiado esta estación.
Ayer fue un
día de recuerdos, conté a un amigo de verdad, una historia sucedida hace muchos
años en un instituto donde hacía un curso para niños con capacidades
diferentes.
No te voy a
contar de esa escuela en especial, sino de un jardín enorme, situado cerca de
espacio al que concurría mientras cursaba la universidad.
Esa zona del
Gran Buenos Aires se destaca por tener casaquintas como vivienda permanente.
También hay
un instituto donde estudian los jóvenes que desean ser seminaristas.
Antes de llegar al monasterio, es necesario
atravesar un extenso jardín, con lago artificial incluido.
La
construcción es similar a la visitada por tu hermano del alma en la campiña
francesa.
Una réplica
del lugar.
Un gran
chalet, con galerías que lo circundan.
En cada
arcada está la entrada alos claustros que ocuparan los futuros monjes.
Luego de
horas de permanecer en sus claustros reflexionando, son invitados por otros
sacerdotes con el propósito de almorzar.
Para llegar
al comedor deben cruzar el puente que pasa sobre el espejo de agua.
El paisaje
ocre y dorado invita a soñar.
El salón es
amplio, los ventanales detrás de los comensales, tienen, todos vistas al
jardín.
Para obtener
luz natural, los techos fueron construidos con paneles de vidrio.
Cada tres de
ellos, se encuentran figuras religiosas plasmadas en los coloridos vitreaux.
Largos
bancos de madera sobre alrededor de la mesa de mármol.
Belleza y
sencillez, van de la mano.
Después del
almuerzo, los seminaristas tienen dos horas libres.
Algunos
aprovechan para realizar deportes, otros para recorrer en su total extensión el
cuidado jardín.
Vuelven a
sus claustros con el propósito de descansar.
Todos se
levantan al amanecer.
Después vendrán
las diferentes clases, entre las materias se destacan teología e idiomas.
Todas las
horas de cada día se parece entre sí.
Quienes han
elegido la vida monacal, saben es así.
Rituales
repetidas diariamente para conformar al dios en el que ellos creen.
Los fines de
semana peden practicar distintos deportes o bien dedicarse a cuidar el jardín del
monasterio.
¿Por qué se
alejan del mundo real?
Quienes optan
por entregar su vida a la fe, en algunos casos el fervor no los dejar pensar de
manera ecuánime.
Se
convierten en un peligro para si mismo y el resto de la sociedad.
Es lógico
tener creencias.
El error
radica cuando se piensa que aquellas son verdades absolutas y no aceptan puntos
de vista, disimiles a sus posturas.
Muchas veces
tratan sin éxito de transferir sus fracasos a terceros.
En ese caso
se sienten perseguidos,
inventando
historias, nacidas en una frase de cuatro o cinco palabras.
Suele
ocurrir en los espíritus sometidos. Para esos casos patológicos, siempre
esgrimo una frase, “Respeto sí, sumisión jamás”
No es sano
ser dependiente de otra persona, más allá del vínculo que pueda unirlos.
Los
seminaristas viven en paz.
Si surge una
discordancia, se conversa sin imponer.
No siempre
el interlocutor sabe pedir disculpas cuando se queja de, hostigamiento que solo
existe en la fantasía de una mente perniciosa.
Ayer tu
prima volvió a sorprendernos con la nota de un parcial.
Emprendedora,
trabaja y estudia,
No sé cómo hace
para dividir el tiempo y así rinda más.
Digna de
admirar.
Guardo una
imagen de ustedes que nunca se borrará de mi alma.
Sería
placentero encontrarnos en el jardín de los seminaristas.
Recorrerlo en
su total dimensión.
Asidos de
las manos, como antes.
Oportunidad
magnífica para descargar los besos que guaro en mi mochila para darte a vos.
Los otros aletargados descansan esperándote en el
baúl.
¿Cuándo será
el momento de brindártelos?
No te
preocupes, está todo controlado.
Las leyes
están de mi parte.
Las amenazas
enviadas a los sitios competentes.
¿Puedo
realizar una propuesta?
Olvidate de ese episodio incalificable.
Hay entes
que aún, siendo centenarios, no cambian.
Nunca les he
tenido temor.
El cambio de
números fue positivo.
De esa forma
no escucho más histeria acumulada.
Por
salubridad denos vuelta la página.
Pensemos en
la probabilidad de un reencuentro a corto plazo.
Lo merecemos
ambos.
Allá en tu
hábitat no tendré que pedir permiso para darte un beso con el amor más puro el
de una madre hacia su hijo.
Te amo hijo
hermoso, te extraño demasiado.
Nunca
supe para qué sigo aquí.
Mi deseo es
estar juntos para siempre.
Solo esa
utopía ocupa mis pensamientos.
Hijo querido,
por favor nunca olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=SnLOww3fndE
No comments:
Post a Comment