FRAGATA ILUMINADA POR LA LUNA

Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana nublada y fresca, propia de la temporada otoñal.

Ayer estuve en el Puerto de la Ciudad de Buenos Aires, acompañando a una amiga que esperaba el regreso del viaje de estudios que todos los años realiza la Fragata Libertad, regresando al país luego de visitar varios puertos del mundo.

A bordo regresaban los marinos recién recibidos, después de varios meses, navegando por todos los mares.

El puerto estaba repleto de familiares, esperando a sus seres queridos.

En algunos casos, noveles madres con sus pequeños hijos en brazo, nacidos durante el viaje del navío.

Sería la primera vez que conocerían a sus progenitores.

La emoción se transmitía  a todos los que esperaban allí desde hacía varias horas.

Por parlantes avisaron, la fragata llegaría, al atardecer, debido a demoras sufridas en puertos de países vecinos.

Mientras ello ocurría, la luna llena era la protagonista, con su cara redonda y plateada.

Alrededor de las diez y nueve horas, los remolcadores se pusieron en marcha para ir a buscarla en medio del río tranquilo

La emoción hizo aflorar, algunas lágrimas ante la llegada de la nave, tan esperada.

Vistiendo uniformes de gala, los marinos esperaban ansiosos, el arribo inminente.

El aullido de la sirena fue conmovedor.

Luego de varios meses, se produciría el reencuentro con sus familiares.

La brisa traviesa congelaba los cuerpos ansiosos.

Lentamente cuando, estuvo anclada en el puerto, se escucharon las estrofas del Himno Nacional.

Posterior a la ceremonia, los marinos comenzaron a descender buscando a su familia.

Por fin se daba el encuentro entre los padres y sus pequeños hijos, nacidos mientras ellos viajaban.

En el puerto la fragata quedó solitaria, iluminada por la luna.

Los flashes de los celulares, tomaban fotos, matizados por el encuentro de  la familia.

Ser partícipe de esa ceremonia produce una revolución en el corazón, motivada por el encentro con los seres amados.

Los bebés estaban en brazos de sus padres, conociéndose por primera vez.

Espectáculo  inolvidable para todos quienes estábamos allí.

Para mí fue la primera vez, presenciando un evento de esa naturaleza.

Hubiera sido de tu agrado, presenciáramos juntos ese evento.

El destino nos negó esa oportunidad.

Para hoy elegí citas de autores reconocidos, aludiendo a las fragatas.

Como siempre las dejo en nuestro lugar de encuentro con la esperanza renovada, que puedas acceder a su contenido.

 

 

“Once años atrás el capitán no era capitán sino teniente de caballería, y navegaba peligrosas aguas a bordo de la fragata Santa Dorotea. España era todavía aliada de Francia y el barco estaba fondeado en Tolón mientras la impresionante escuadra francesa ultimaba los preparativos para la campaña de Egipto. Hubo una fiesta de honor para la oficialidad española, y Bonaparte se abrió paso entre muchos y clavó la mirada en el teniente español. Fueron unos segundos mágicos y desconcertantes, que nadie pudo comprender, y entonces el futuro emperador dio un paso más y tomó un botón de la casaca blanca y celeste, y leyó el nombre de Murcia. El teniente le sostuvo la mirada, y Napoleón sonrió de manera enigmática como si entendiera con el instinto algo que no podía pronunciarse. Tal vez solo se trataba de un vago presentimiento.“ —

Jorge Fernández Díaz

 

„No hay mejor fragata que un libro para llevarnos a tierras lejanas.“ —

  Emily Dickinson

 

„¿Sabe que los libros huelen a nuez moscada o a especias de países lejanos?“ — 

  Ray Bradbury,

 

No hay estadounidenses libres en este país hasta que todos lo seamos.“

— 

Jackie Robinson

 

„La orientación artificial, ostentosa, y los patrones de consumo suntuoso de la cultura estadounidense deberían ser despreciados por todos los demás países de este planeta“

 —

 Peter Joseph

 

No hay estadounidenses libres en este país hasta que todos lo seamos.“ —

 Jackie Robinson

 

Creo que los libros de que habla son muy buenos para España y no valdrán nada en países más ilustrados". En referencia a los libros de fray Benito Feijoo.“ —

  Charles Louis Montesquieu

 

Tesoro de mi vida entera, te amo y extraño cada día un poco más.

Recuerda debes pasar por mis  sueños.

Es la única posibilidad de entregarte todos, los besos guardados para vos.

Te pido ayuda para poder estrecharte en un abrazo interminable.

Acariciarte como antes es la utopía a cristalizar.

No es mi deseo continuar en un espacio al que no quiero permanecer.

¿Cuándo vendrás a buscarme?

¿Has encontrado una estrella cercana a tu hábitat?

Allí quiero estar junto a vos, por toda la eternidad.

Querido hijo, amigo fiel, como es usual en estos contactos, he de reiterar mi petición cotidiana, en nombre del amor que nos tenemos, por favor nunca olvides, cuanto, te quiere,

Mamá.

 

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=k2gUyV9aeqo