MIS MANOS

Están como pájaros que repliegan sus alas al final de un vuelo.
Las miro, evoco todas las caricias que lograste nacieran de ellas.
En aquel pasado no tan lejano eramos una pareja indestructible.
Pensamiento gemelo, apenas discutíamos, las concidencias se repetían.
Una mirada bastaba para que adivináramos el pensamiento del otro.
La letra de un mensaje traía cataratas de palabras bellas.
Te escucho, las sombras aparecen, estás cautivo de tus pensamientos.
No hay interferencias, te siento tan lejano que prefiero interrumpir la llamada.
La impotencia me lleva a cerrar los puños, con tranquilidad los acercaré a mi pecho, estoy segura que pueden transmitir los sentimientos.
No pretendo olvidarte, tampoco idealizarte.
Sos un hombre, no importa si diste poco, mucho o demasiado.
Miro mis manos, sin avizorarlo se van convirtiéndo en alas.
Ellas me permitirán conocer al nuevo depositario de mis caricias.
Sonrío, estás tan lejos que ni siquiera puedo regalarte una lágrima de despedida.

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