MI HISTORIA ERRÁTICA

Dicen que soy la dimensión desconocida de todos los mortales.
Me han otorgado un peso imaginario, no han tenido en cuenta que esa variable no es exacta en todos, depende de la vida que has llevado, lleves o llevarás, es solo un detalle que no tiene incidencia, soy tu Alma.
Suena ostentoso, grandioso o pequeño según el cuerpo que ocupe.
Me ubican al lado del corazón, me gusta estar más cerca de las sensaciones y los pensamientos.
No tengo descanso mis hermanas tampoco, cada una de nosotras adopta la forma de vida de quien la porta.
Nunca me compararía con el ser humano, es maravilloso, me conformo con ocupar un espacio de su materia.
No está en mí establecer una discusión filosófica, no es necesario, aún cuando no me veas estoy a tu lado, estés dormido o despierto, jamás he sabido el significado de la palabra cansancio.
Me visto de rojo cuando la pasión llega a tu destino, destino que no has elegido, solo puedo contarte que has sido diseñado con el comienzo, el resto de la obra será consecuencia de tus propias vivencias.
Me entrego a vos con el único objetivo de acompañar cada minuto de tu existencia.
Estoy presente cuando los brazos de tu amado ciñen tu cintura, presente en las caricias que serán preludio d la comunión de los cuerpos.
Me sentirás cuando el dolor no tenga justificación que pueda resolver la ciencia.
Digo presente ataviada con un descolorido traje cuando te invade la tristeza, tus dolores me duelen.
¿Recuerdas que más de una vez dijiste me duele el alma?
No puedo evitar las heridas que te produce la vida cotidiana, si bien mi obligación es transitar a tu lado, solo me alejo por unos segundos cuando deseo que reflexiones, reflexiones que conocemos vos y yo.
Nunca pienses que te suelto las manos que te guían a tener una vida sin padecimientos.
Sé que te hiere la traición, a mí, tu Alma suele rozarme, ello no impide que entre las dos busquemos una salida tranquila, sin palabras altisonantes que puedan dañarte.
Si tuviera la potestad de elegir me detendría en el cuerpo de un niño, un niño intrépido en búsqueda de nuevas aventuras, un niño como cualquiera de tus hijos o los hijos de los otros.
En esa etapa que dura pocos años mi vestimenta es verde, verde como la esperanza de los inocentes que esperan, gris como la de aquellos que la vida ha castigado sin darle ninguna posibilidad.
Puedo ser transparente como cada una de tus lágrimas, no dudes que estoy presente en esas gotas saladas que cubren tu rostro y todos conocen como llanto.
Soy atemporal, mi trabajo es arduo, sin descanso, velo por tus sueños, los que quieres cumplir y también los que algún día serán un proyecto a concretar.
No quiero provocarte fastidio, necesito que aprendas a reconocerme en cada acto de tu vida.
Cuando llegue la hora de partir no tengas miedo, juntas ascenderemos la escalera de cristal que lleva al cielo.
El terror se disipará, en la tierra solo quedará la materia.
Vivo contigo y por ti, si logramos complementarnos, no tengo dudas que conquistaremos el paraíso.

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