Saturday, May 04, 2019

ATARDECER




Clima enigmático como el tránsito por la vida terrenal.
No conozco otras aún cuando es mi mayor anhelo, para encontrarme con el ser que más amo en la vida.
Generador de luz, acompañada por los más puros sentimientos.
¿Dónde nacen?
En las entrañas de una mamá que acuna durante nueve lunas y soles a ese niño que será la bendición de su vida hasta que la ingratitud del destino comience a mostrar su hostilidad.
¿Cómo?
Arrebatándonos sin pedir permiso a esa existencia que nos consagra como verdaderas mujeres y nos permite ostentar el mejor título que se obtiene cursando materias cercanas a la filosofía en la Universidad de la Vida.
¿Por qué no existe en el conjunto de las materias, la ausencia inexorable?
¿Quién es el responsable de haber elaborado un programa de estudios en ocasiones siniestro?
¿Por qué no se nos enseña que en el transcurso de la carrera siempre aparece de manera sorpresiva la muerte?
¿Cuál es el motivo que les impide enfrentarla?
¿Para qué la ocultan si aparece de manera atrevida?
¿Por qué han elegido una mujer para el peor trabajo?
¿Hombres aguerridos, por que no aceptan su cobardía?
¿Por qué esos varones invencibles a la hora de determinar el final optan por que lo haga una mujer?
¿Tienen temor del odio que generan?
Debo confesar, en mi caso personalísimo ese sentir nunca apareció ante la peor de las adversidades.
Es cierto surge una de las tantas contradicciones con las que debo convivir.
¿Qué sentimiento me producen?
Debo reconocer que ninguno.
Ni siquiera piedad o compasión.
Detesto a los seres que creen tener dominio sobre el mundo de terceros.
¿No se han dado cuenta que son tan vacuos como minúsculos.
¿Qué han sentido ante mi rebelión?
¿Imaginaban que el dolor me impediría contestares?
¿Quisieron callar mi voz?
¿Han intentado osar poner cerrojos en esta existencia?
¿No han percibido que el camino elegido los aleja de mi esencia?
¿Por qué?
Mi descendiente pese a los cuarenta y cuatro meses de la ocurrencia de su partida no me olvida.
¿Saben por qué?
El amor de una madre hacia su hijo es imbatible?
¿No han apreciado que es el puntal de mi vida?
¿No lo han visto sostenerme cuando estoy a punto de caer?
¿Saben por que les ocurre?
Simple, sencillo y natural.
Con la necedad no se puede.
Es un mal endémico, difícil de derrotar.
¿Percibieron que soy la única que puede percibir la grandeza y luminosidad del hijo que traje a la vida para que viviera?
¿Qué potestad tienen para arrogarse poderes sublimados por la ignorancia de quienes carecen de raciocinio?
Chiquito amado, sabes que cuando necesito despejar el intelecto, camino.
¿Hacia donde?
Nada especial.
En esta ocasión, cuando se acercaba el atardecer decidí caminar jacia la costa del río de aguas color cabellera de león.
¿Recordás cuál era mi enclave favorito?
Recorrer la costa.
La desidia de quienes habitan departamentos cercanos ha dejado su huella repleta de maldad.
El desconocimiento de no saber preservar un espacio que deberíamos disfrutar todos los moradores de la zona.
Colillas de cigarrillos enterradas en la arena.
Botellas de gaseosas arrojadas con absoluto desparpajo.
¿No han entendido que nadie nos debe servir?
Es cierto, como en todos los países del orbe tributamos al municipio.
Eso no nos da derecho a abusar de los espacios comunes.
Servicios no es sinónimo de servir.
¡Cuanta ignorancia acumulada!
¿Alguno de los que leen estas letras conocen las playas de Mónaco?.
Al atardecer los trabajadores, con sus rastrillos dejan plasmados dibujos en la arena.
No es una utopía señores.
Ellos conocen como nadie que cuando suba la marea esas líneas irán al fondo del mar.
Mientras ello acaece, los turistas disfrutan de un paisaje tan limpio como ejemplar.
Faltan años luz para que todos tengamos el mismo derrotero.
No quiero dispersarme con otras apreciaciones que no puedo eludir.
Hijito de mi alma, camino por la costa, pensando que habrá del otro lado de ella.
¿Cabe la posibilidad que estés allí?
Siempre te buscaré.
No tengas dudas.
De este lado del mundo la arena no es blanca.
Adquirió el color del maltrato.
Pese a ello y la estación del año
aparecen algunas, florecillas amarillas crecen en el lugar.
¿Se parecen a los famosos girasoles de mi pintor favorito?
Si dejamos volar la imaginación, sí.
Son tan generosas como vos.
Olvidé traer el reloj.
Mirando los colores de la bóveda celeste, sé que nos estamos acercándonos al atardecer.
No temas.
El sol está a punto de irse a descansar.
Las nubes intentando opacar el dorado de los destellos de la estrella del universo, no son tales.
Corresponden a las primeras sombras de la noche.
Aparecen rosados y magentas en el firmamento.
Apresurada, una estrella se cuelga del manto mutando a azul profundo.
¿Es la primera?
Al no ver otras, podría aseverar, es así.
¿Podés mirarme en el caso de estar en alguna parte?
Te busco entre ellas.
En el brillo
La búsqueda es incesante.
¿Cuán lejos estás de allí?
¿Puedo seguir soñando?
Sigo mirando aquello que otros definen como la llegada al Edén.
¿Mis ojos cansados de llorar podrán visualizarte?
No cejaré en mis intentos.
Preciso verte.
¿Podrías reconocerme, con tu mirada leyendo las letras de mi alma atribulada por el dolor.?
¿Me reconocerás?
¿Podré transmitirte mi amor incondicional?
¿Podrías esperar mi llegada?
¿Recordás las facciones de mi rostro?
¿Sabías que sos mi derrotero, iluminado por tu sabiduría?
¿Te he dicho que hoy el caudal de cariño aumentó?
Han desaparecido los colores del cielo.
Dos gaviotas tardías acompañan esta caminata.
Cuando llegue prometo seguir pensándote.
Mientras tanto nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=pqL36rtyVpY

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