Monday, May 06, 2019

SENDERO DE AZALEAS






Buenos días mi cielo.
¿Te gustaría en esta conexión le dedicáramos los recuerdos más bellos?
En contactos anteriores te dije que ella fue quien te antecedió en el camino.
Tengo la certeza que a presenciar tu arribo, abrió los brazos para recibirte en su regazo de excelente mamá.
Sé que igual que vos puede escucharme.
Recibiría un reto de su parte ante mis vacilaciones constantes.
Aparente enojo surgido del cariño incondicional.
Actitud que me llevaría como siempre a reflexionar ante las palabras sencillas que pronuncia.
No pienso hablar en pasado de Ustedes.
Ambas esencias están aquí.
Deseo aclarar que la sencillez no está exenta de sabiduría.
Caminar por la vida es la mejor universidad.
Hace unas cuantas semanas que la pienso de manera distinta a las evocaciones.
¿Por qué?
Es simple, la extraño.
Esbozaría una sonrisa al oírla.
Una mujer como pocas.
Sin dobleces.
Directa y transparente como la vertiente de agua cristalina que conforma a ese río que no se cansa de desgastar a las piedras.
Nada ocurre de un día para el otro.
Se necesita paciencia.
Virtud que no poseo.
Las ansias pueden más que el razonamiento.
Me imagino el impacto y dolor que tuvo al recibirte.
No te esperaba tan pronto.
Lamentablemente el destino logra que no recordemos los episodios de nuestra existencia, producidos antes de los cuatro años de edad.
Los neurocientíficos han hablado mucho sobre este tema atrapante.
¿Cuál es la causa que nos impide recordar el propio nacimiento?
¿Nos falta espacio en nuestro propio disco rígido denominado cerebro?
Tal vez.
Es otro interrogante para el que no poseo respuesta.
Puedo contarte que recibió tu llegada al mundo terreno como su fueras su hijo.
Al llegar de la clínica decidió que el bebé rozagante debería recibir un baño.
Fue ella quien pasó por tu cuerpecito, el perfumado habón que usan los bebitos.
Siguió tu crecimiento.
Nunca aceptó recibieras un reto.
En esas circunstancias, ella que había pasado por esa experiencia con antelación, te aconsejaba con el propósito de entrenarte para el trabajo más difícil.
¿Cuál es?
Consagrarte como madre.
A veces pienso en esa mujer tan luchadora,
Valiente y guerrera, ocupándose de los más pequeños detalles.
En definitiva, son los más grandes.
No es un oxímoron, menos revista en la categoría de contradicción.
En los más pequeños eventos de la vida cotidiana está reflejada la sabiduría que deja hullas imborrables.
Selene me comenta recuerda a su mamá siempre con dosis de angustia.
Es natural ante una pérdida tan enorme, tanto que es difícil de dimensionar.
El amor hacia la mamá que nos trajo a la vida, no acepta mediciones ni estadísticas.
Sería necia si no aceptara que existen algunas excepciones.
¿Adivino si afirmo que en este instante estás preguntando por que no escribo su nombre?
Desde que comencé a jugar con las letras, no escribo el nombre de pila de los integrantes de mis relatos.
Solo lo hago con los protagonistas de las ficciones puras.
No es este caso.
Como siempre nos encontramos conversando.
Mi sendero han sido y serán esos signos que imitando a un tapiz bordado van conformando las palabras.
Ella, aquí y allá, en el lugar que se encuentre, transita los senderos bordeados por azaleas.
Una mujer a la que le diremos siempre con una sonrisa, tiene los dedos verdes.
¿Por qué?
La respuesta es sencilla.
Si decidiera plantar como semilla una piedra, seguramente crecería la planta más exótica que se conozca en el mundo de los terrenales.
Ama todas las flores.
Las azaleas son una de sus predilectas.
Sabemos que estallan coloridas en primavera.
¿Habrá visto que la de color blanco que tiene Selene tal como ella predijera tiene floración omnipresente?
No le importa el fío ni la hosquedad del viento gélido.
Erguida se mantiene, en la cúspide de la planta.
¿Eligió ese lugar para presenciar los logros de Selene y su hija?
¿Podría invitarte a que la observes?
No he perdido la razón.
Ese ejemplar de bellas flores prístinas, tiene hojas de color verde más oscuro que las otras de su misma especie.
¿Será que ella como la diosa griega Eos tiene la capacidad de convertir sus lágrimas en gotas de fino rocío para lavar la superficie de esas hojotas que nunca se desprenden de la planta madre?
No se preocupen no es mi intención remota de dar una clase de botánica.
Cuando los dos tengan tiempo confirmen que mis palabras se ajustan, a la realidad.
¿Qué más puedo agregar a este contacto maravilloso que me permite a diario estar con Ustedes?
No se enojen por la próxima pregunta, es una de las tantas para las que me gustaría tener respuestas.
¿Tienen sensación de calor o frío quienes han perdido la vida?
¿Podrían indicarme cual es el camino correcto para que deje de conectar números con acontecimientos más que dolorosos?
¿En que sitio puedo hallar sustento para no establecer números ligados a las ausencias?
¿Por qué la tuya es intolerable?
¿Qué les hace falta en ese enclave desconocido?
¿Podríamos ayudarlos de alguna manera?
¿Si nos indican el camino será más fácil llegar a nuestro derrotero sin equivocaciones?
¿Es la muerte la perfección de otras vidas?
Ambos dos ¿Podrían decirme porque no puedo aceptar creencias inculcadas desde mi infancia?
¿Cómo se allana el camino de los no crédulos?
¿Cómo se hace para evitar las lágrimas generadas por los recueros que permanecen intactos en la memoria?
¿Quiero salir de este estado de dubitaciones constantes?
En realidad, no lo sé.
Quiero mantener las ilusiones del reencuentro.
¿Será posible o pertenece a los sueños incumplidos?
¿La has visto hoy?
¿Podrás compartir este escrito con ella?
La amamos de manera diferente.
¿Tiene el amor diferencias?
Sí.
De ello no tengo dudas.
No es lo mismo atravesar el dolor del duelo producido por el hijo que acunamos en nuestras entrañas que otro de personas que recibieron nuestro amor inconmensurable.
¿Sabrían decirme cuando los veré nuevamente?
¿Comprenden que deseo, ese lazo sea indestructible?
¿Cronos no te has dado cuenta que tus intentos por separarnos carecen de contenido.
Como dicen los hindúes ante la muerte a la que reaccionan cantando “De la nada venimos hacia ella regresamos”
¿Deseas saber cuando lo hacen?
En el instante que depositan las cenizas de sus seres queridos en un curso de agua.
¿Alguna vez encotraré esa vertiente para estar con Ustedes eternamente?
Mi tesoro es dificultoso guardar tantos besos y caricias en la mochila que porto.
¿Cuándo podré descargarlos en tu mejilla?
No es un ataque de ansiedad.
Es la necesidad de una mamá que le dio vida a su hijo para que viviera.
Una mujer que jamás pensó debería entregarlo a otra llamada “Muerte”
Te amo con todas mis fuerzas.
Por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=HZ11uGDkKHA

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