Hola mi hijito querido, te saludo en un verano otoñal..
La lluvia no cesa desde hace varios días.
En algunos sitios de nuestro país ha causado destrozos.
No solo por el desborde de los ríos sino por la caída de granizo que ha destruido cosechas enteras de varios cultivos en las provincias cuyanas.
Lágrimas inevitables, derramadas por el universo donde creo te hallás.
Lágrimas inevitables como las mías a quien le cuesta superar la terrible instancia de tener un hijo muerto.
Mil veces lo puedo escribir, otras mil mi corazón negará esa ausencia notable que dejado mi alma rota.
Compadezco a mis iguales que han tenido la misma circunstancia trágica.
Sigo aquí esperando mi propio final, desconociendo el motivo de semejante demora.
Demora que se ha convertido en un dislate total.
¿Por qué tanta saña?
¿Pretenden cambien mis convicciones?
Nunca lo haré.
Ustdes, entes enigmáticos trajeron a mi vida el horror.
Ustedes conocen el camino para encontrar la paz duradera.
No han entendido que sin vos, la vida no merece ser vivida.
No tiene justificativo ni razón de ser.
A los delincuentes se les reduce la pena.
Los abusadores están cómodamente en sus casas, mientras las víctimas están presas en sus domicilios.
En mi caso he sido condenada a permanecer en la tierra por quererte demasiado.
¿Es normal?
No, no es habitual que un hijo muera antes que sus mayores.
Nosotros debemos antecederlos en el camino.
¿Por qué se deja a un joven librado a su propia suerte?
¿Acaso el destino final no existe?
¿Por qué nadie resuelve mis dilemas?
¿No saben o no quieren?
Diversas miradas para una realidad dolorosa.
¿Por qué no conozco el destino exacto del ser que más amo en la vida?
¿Quiénes son para decidir por la vida de terceros?
¿Qué vara usan para decidir quié
n se queda o se va?
Me hacés falta chiquito
Dos veces estuve a punto de partir.
Tebgo la certeza, ayudaste a impedirlo.
No es mi deseo permanecer en suelo terrenal.
Cual si fueras el Nostradamus del siglo XXI, cada una de tus percepciones, respecto al futuro sin vos, inexorablemente se van cumpliendo.
Has sido un visionario, antes, ahora, siempre.
Siempre es uno de los vocablos más imperativos que existen en nuestro lenguaje.
Siempre es una conclusión final, dramática.
El “Hasta siempre” que tanto se usa para despedirse de otro terrenal es lo mismo a “No te veré nunca más”
Es una mentira letal cuando te dicen “Siempre será todo igual”.
La vida es un cambio constante. Como las olas del mar que dejan su corona de blanca espuma a la hora de morir e inmediatamente otras las reemplazan.
No son las mismas.
Si el océano es un devenir desigual, ¿Por qué pretenden decir al otro “Siempre estaré a tu lado”?
Cuánta sabiduría en tu axioma: “Nada dura para siempre”.
El más claro ejemplo es la vida.
No dura eternamente.
Hoy que ha pasado tanto tiempo son que pueda darte un beso, llego a darme cuenta, estabas enviándome un mensaje.
Es imposible detener las lágrimas inevitables cuando pienso en el martirio previo a tu muerte.
La próxima vez que veas comprometida mi salud, te ruego no hagas nada para que sea salvada.
La suerte de cumplir mi deseo llego dos veces.
Ayer le decía a tu prima estaba cansada de vivir, agradezco las palabras de consuelo y los abrazos.
Quizás tanto humanos como terrenales deberíamos tener la oportunidad de introducirnos en el alma del otro para percibir cómo se siente la muerte de un hijo.
Te amo hijito querido, no me enseñaste a vivir sin vos.
Tampoco educaste a quien escribe para aprender a desconsiderar, esa clase de desprecio que duele.
Vicent VanGogh le preguntaba a su hermano Teo quien le pidió retratara a su amor imposible: ¿Dime hermano cómo se pinta el desprecio?
No intento compararme con un genio del pincel igual debo expresarte ¿Dime hijo cómo se ignorar el desprecio?
¿Cómo se elude el deseo imperioso de besar a un hijo que se fue para siempre?
Tesoro he de solicitarte una vez más, no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=uQCVSHsZ-K0
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