NUESTROS TESTIGOS, LAS ESTRELLAS Y LA LUNA

Buenos días tesoro de mi vida. En las noches diáfanas brillan como nuca nuestros testigos, las estrellas y la luna. Hace pocas noches se acercaron a la tierra dos planetas. Marte y Júpiter eran las estrellas más grandes del universo. Imaginé podías apreciarlas desde alguna otra estrella. Pensar en tu morada, es la llave que abre el mundo de mis dilemas no resueltos. Nadie pudo explicarme por qué han nacido después de tu muerte irreparable. La certidumbre me dice no es de tu agrado el abordaje de estos temas. Imposible evitarlos, al no tenerte tan cerca como quisiera. Llevo casi dos mil días sin poder darte un beso, abrazarte, ocuparme de vos, teniéndote cerca. Quiero con el auxilio de dos sogas, caminando entre las nubes, enlazar aquellas en la superficie de la luna. Facilita la tarea que el disco plateado esté en su fase cuarto menguante. La brisa suave empujando los blancos celajes, será también de gran ayuda para llegar al enclave donde podrías estar. Si existiera el reencuentro, nada mejor que esa noche apenas iluminada por la luna y una multitud de estrellas. Te abrazaría fuertemente para decirte cuanto te amo. Acariciar los bellos rasgos de tu rostro cristalizaría una parte de mis utopías. Todas y cada una se relacionan con vos. ¿Han cambiado tus facciones? Las pocas veces que apareciste en mis sueños he comprobado conservás la misma belleza. A la natural apreciada por quienes tienen la dicha de soñarte, puede anexarse tu interior tan transparente como las gotas de rocío cuando al anochecer visten los pétalos perfumados de las flores. ¡Así es el espíritu de mu hijo! Cristalino como las aguas de un río, bajando de las cumbres, permanentemente cantándole a la naturaleza. Feliz de no haber nacido enlodado por el barro que poseen algunos otros lechos de agua. ¿Cómo no decir cuánto te amo y admiro? No lo hago solo porque sos mi hijo querido, halagaría a todos los seres merecedores de caricias para el alma. No soporto la ausencia, menos desconocer la distancia que nos separa físicamente. Distancia solo física, eternamente permanecerás vivo en mi ser mientras dure esta realidad indeseable. No es una postura cínica p cargada de necedad, cuando te falta el hijo amado la existencia propia es una broma del peor gusto. Carece de racionalidad. No tiene sentido continuar en suelo terreno cuando te falta una parte de tu vida. Por ello siempre seguiré preguntando ¿Por qué me mantienen cautiva donde no deseo? A estos interrogantes nadie responde. No saben que no voy a detener mi búsqueda ni los reclamos. No es lo mismo que un hijo pierda a su mamá que ésta a su hijo. Estas imperfecciones de los designios del destino deberían corregirse. Una vez más repito mi axioma “Los hijos no deben morir”. Deberían conocer esos designios erróneos que una mamá no claudica jamás. La magnitud del castigo recibido no es pasible de dimensionar. Recién le decía a tu prima en medio de una charla “Estoy cansada de despertar”. Su respuesta fue idéntica a la de otros seres que conocen el dolor por tu partida temprana “No es tu momento”. ¿Cuándo arribara mi tiempo? Debo agradecerte siempre, seas el puntal de esta realidad a la que deseo renunciar para siempre. Poseés la fuerza de un gigante al sacar con tus manos piedra a piedra los escombros que me cubrían, en la ciénaga donde caía luego de acaecida tu muerte. ¿Cómo decirte te extraño de forma diferente? ¿Cómo explicar mi estado de ánimo, cuando te piden alejes de tu lado la tristeza? No es posible. Cada día que pasa dicen se va accediendo al final que tanto deseo. Cada día que pasa tu ausencia me dice sobre la posibilidad de flotar en el universo sin que ello signifique podamos encontrarnos. Se han diluido mis ilusiones como se extinguió tu vida. Me piden cambie la rutina, no se puede o para quien escribe no cambiaría un ápice del profundo dolor que acosa sin prisa y sin pausa. Pareciera gozar con este martirio. Para otras circunstancias de la vida suelo reaccionar ante la injusticia con educa no exenta de sarcasmo. Sucede ante situaciones violentas, no solo contra mí sino cuido a los otros. Esos otros anónimos que desean manifestarse y no lo hacen por temor a represalias. Ante la muerte de un hijo el cerebro queda en un estado laxo, incapaz de reaccionar. Tengo en claro que nunca asimilaré tu muerte. No es una postura caprichosa ¿Qué madre asumiría tener un hijo muerto? Escapa a mi entendimiento. Por ello seleccioné fueran nuestros testigos las estrellas y la luna. Sería de mi agrado contarles a ellas, he encontrado a mi hijo. Ni he perdido con tu final todos mis sueños. Ese ha quedado, sin saber hasta cuándo podré sostenerlo. El tiempo es un enemigo cruel. En sueños tenés la capacidad de reconocerme ¿Será igual en la realidad de ese futuro en tinieblas? Te amo, por ello siempre he de pedirte, nunca olvides cuanto te quiere mamá. https://www.youtube.com/watch?v=frvbNkfio04