Monday, July 12, 2021

A TRAVÉS DE UNA COPA



 Hola tesoro de mi vida.

Te saludo en una mañana lluviosa.

Tiempo para olvidar.

Esta vez mis sueños me llevaron a Paris.

Ubicada en uno de los clásicos bares de la ciudad.

Podía observarla a través de una copa.

Calles solitarias.

Presumo se debió a la hora.

Un detalle poco importante cuando se trata de vivir una experiencia diferente.

En mi caso intentar soñarte trasladándome a otro país donde el rigor del verano se hace sentir.

Como si emergiera de la copa podía ver la favosa Torre Eiffel ç, emblema de la Ciudad Luz, lo mismo que su arco de triunfo u los Campos

 Elíseos.

¿Qué decir del río Sena?

Una maravilla recorriendo la ciudad.

Los puentes iluminados con farolas de antigua data, en uno de los laterales las catedrales de Notre Dame, Sacre Coer y otros monumentos de belleza increíble.

En el otro lateral, antes de llegar a la parte de la ciudad donde están las viviendas una franja de tierra, transformada en jardín, corriendo paralelo al río.

¿Cómo no imaginar a Camille descendiéndo,  de una loma para satisfacer a su esposo con la pintura más trascendente?

Sí.

Refiero a “La mujer de la sombrilla”.

Ingresando a las edificaciones, encontramos la delicia de cualquier mujer.

No solo casa de moda para nosotras, sino las grandes marcas para ambos sexos.

Rogaba a Morfeo no llegara a despertarme.

Como siempre necesitaba verte  para darte un beso.

Tu voz inconfundible leía  un poema de Baudelaire:

 

“La voz

 

Se encontraba mi cuna junto a la biblioteca,

Babel sombría, donde novela, ciencia, fábula,

Todo, ya polvo griego, ya ceniza latina

Se confundía. Yo era alto como un infolio.

Y dos voces me hablaban. Una, insidiosa y firme:

«La Tierra es un pastel colmado de dulzura;

Yo puedo (¡y tu placer jamás tendrá ya término!)

Forjarte un apetito de una grandeza igual.»

Y la otra: «¡Ven! ¡Oh ven! a viajar por los sueños,

lejos de lo posible y de lo conocido.»

Y ésta cantaba como el viento en las arenas,

Fantasma no se sabe de que parte surgido

Que acaricia el oído a la vez que lo espanta.

Yo te respondí: «¡Sí! ¡Dulce voz!» Desde entonces

Data lo que se puede denominar mi llaga

Y mi fatalidad. Detrás de los paneles

De la existencia inmensa, en el más negro abismo,

Veo, distintamente, los más extraños mundos

Y, víctima extasiada de mi clarividencia,

Arrastro en pos serpientes que mis talones muerden.

 

Y tras ese momento, igual que los profetas,

Con inmensa ternura amo el mar y el desierto;

Y sonrío en los duelos y en las fiestas sollozo

Y encuentro un gusto grato al más ácido vino;

Y los hechos, a veces, se me antojan patrañas

Y por mirar al cielo caigo en pozos profundos.

Más la voz me consuela, diciendo: «Son más bellos

los sueños de los locos que los del hombre sabio”.

 

 

Deseaba seguir soñando hasta poder cristalizar mi anhelo.

Darte un beso, después de tanto tiempo.

Viajaría a cualquier parte para concretar ese deseo.

También es mi derecho de mamá, desolada por no tenerte.

Con cientos de dudas sobre el tan nombrado reencuentro.

¿Existirá?

¿Quién develará mis enigmas?

Solo vos, que sos un ser de luz estás en condiciones de hacerlo.

Por ello extraño tu sabiduría para resolver cualquier misterio.

Desde el más pequeño, al gigante que  sin piedad,

nos azota.

Pocas veces utilizo en estos contactos ese vocablo.

Nunca sabría explicar muy buen por qué.

Poseo un listado de palabras que trato evitar su uso, tampoco utilizaría lástima.

Solo el raciocinio tiene la respuesta.

Siempre ha sido así.

El interés por cambiar es nulo, en cuanto a lenguaje se refiere.

No quiero seguir expresándome sobre mi manera de pensar.

El protagonista de estas tertulias sos vos.

Aún, cuando no pueda verte corporizado estás aquí.

Lo noto en pequeños y grandes detalles.

De otra manera no podría seguir.

Siempre estás en los momentos en que la soledad golpea con fuerza.

No he perdido las capacidades mentales como decía un necio.

Tu presencia es fácil advertirla en este refugio.

Ciertos episodios de la vida cotidiana no tienen expliación.

Simplemente se da la ocurrencia de los mismo.

Son señales solo advertidas por la sensibildad.

Es algo muy de hijo y madre como para ser expuesto.*ese a ser brillante no te gustaba develara algo que nos pertenece a los dos.

¿Por qué solo tu voz?

¿Por qué desperté?

En la más absoluta soledad.

Siempre ocurre lo mismo, cuando estoy a punto de alcanzarte, los sueños se desvanecen,

Tesoro te amo, es difícil continuar donde no deseo estar.

Siempre esperaré el comienzo de mi propio ascenso.

Paciencia hijo, llegaré.

Como siempre he de pedirte no olvides cuanto te quiere mamá.

 

https://www.youtube.com/watch?v=DVNi3u8nldQ

 



 

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