Te saludo en
una mañana lluviosa.
Tiempo para
olvidar.
Esta vez mis
sueños me llevaron a Paris.
Ubicada en
uno de los clásicos bares de la ciudad.
Podía
observarla a través de una copa.
Calles
solitarias.
Presumo se
debió a la hora.
Un detalle
poco importante cuando se trata de vivir una experiencia diferente.
En mi caso
intentar soñarte trasladándome a otro país donde el rigor del verano se hace
sentir.
Como si
emergiera de la copa podía ver la favosa Torre Eiffel ç, emblema de la Ciudad
Luz, lo mismo que su arco de triunfo u los Campos
Elíseos.
¿Qué decir
del río Sena?
Una maravilla
recorriendo la ciudad.
Los puentes
iluminados con farolas de antigua data, en uno de los laterales las catedrales
de Notre Dame, Sacre Coer y otros monumentos de belleza increíble.
En el otro
lateral, antes de llegar a la parte de la ciudad donde están las viviendas una
franja de tierra, transformada en jardín, corriendo paralelo al río.
¿Cómo no
imaginar a Camille descendiéndo, de una
loma para satisfacer a su esposo con la pintura más trascendente?
Sí.
Refiero a
“La mujer de la sombrilla”.
Ingresando a
las edificaciones, encontramos la delicia de cualquier mujer.
No solo casa
de moda para nosotras, sino las grandes marcas para ambos sexos.
Rogaba a
Morfeo no llegara a despertarme.
Como siempre
necesitaba verte para darte un beso.
Tu voz
inconfundible leía un poema de
Baudelaire:
“La voz
Se
encontraba mi cuna junto a la biblioteca,
Babel
sombría, donde novela, ciencia, fábula,
Todo, ya
polvo griego, ya ceniza latina
Se
confundía. Yo era alto como un infolio.
Y dos voces
me hablaban. Una, insidiosa y firme:
«La Tierra
es un pastel colmado de dulzura;
Yo puedo (¡y
tu placer jamás tendrá ya término!)
Forjarte un
apetito de una grandeza igual.»
Y la otra: «¡Ven!
¡Oh ven! a viajar por los sueños,
lejos de lo
posible y de lo conocido.»
Y ésta
cantaba como el viento en las arenas,
Fantasma no
se sabe de que parte surgido
Que acaricia
el oído a la vez que lo espanta.
Yo te
respondí: «¡Sí! ¡Dulce voz!» Desde entonces
Data lo que
se puede denominar mi llaga
Y mi
fatalidad. Detrás de los paneles
De la
existencia inmensa, en el más negro abismo,
Veo,
distintamente, los más extraños mundos
Y, víctima
extasiada de mi clarividencia,
Arrastro en
pos serpientes que mis talones muerden.
Y tras ese
momento, igual que los profetas,
Con inmensa
ternura amo el mar y el desierto;
Y sonrío en
los duelos y en las fiestas sollozo
Y encuentro
un gusto grato al más ácido vino;
Y los
hechos, a veces, se me antojan patrañas
Y por mirar
al cielo caigo en pozos profundos.
Más la voz
me consuela, diciendo: «Son más bellos
los sueños
de los locos que los del hombre sabio”.
Deseaba seguir
soñando hasta poder cristalizar mi anhelo.
Darte un
beso, después de tanto tiempo.
Viajaría a
cualquier parte para concretar ese deseo.
También es
mi derecho de mamá, desolada por no tenerte.
Con cientos
de dudas sobre el tan nombrado reencuentro.
¿Existirá?
¿Quién
develará mis enigmas?
Solo vos,
que sos un ser de luz estás en condiciones de hacerlo.
Por ello
extraño tu sabiduría para resolver cualquier misterio.
Desde el más
pequeño, al gigante que sin piedad,
nos azota.
Pocas veces
utilizo en estos contactos ese vocablo.
Nunca sabría
explicar muy buen por qué.
Poseo un
listado de palabras que trato evitar su uso, tampoco utilizaría lástima.
Solo el
raciocinio tiene la respuesta.
Siempre ha
sido así.
El interés
por cambiar es nulo, en cuanto a lenguaje se refiere.
No quiero
seguir expresándome sobre mi manera de pensar.
El
protagonista de estas tertulias sos vos.
Aún, cuando
no pueda verte corporizado estás aquí.
Lo noto en
pequeños y grandes detalles.
De otra
manera no podría seguir.
Siempre
estás en los momentos en que la soledad golpea con fuerza.
No he
perdido las capacidades mentales como decía un necio.
Tu presencia
es fácil advertirla en este refugio.
Ciertos
episodios de la vida cotidiana no tienen expliación.
Simplemente
se da la ocurrencia de los mismo.
Son señales
solo advertidas por la sensibildad.
Es algo muy
de hijo y madre como para ser expuesto.*ese a ser brillante no te gustaba
develara algo que nos pertenece a los dos.
¿Por qué
solo tu voz?
¿Por qué
desperté?
En la más
absoluta soledad.
Siempre
ocurre lo mismo, cuando estoy a punto de alcanzarte, los sueños se desvanecen,
Tesoro te
amo, es difícil continuar donde no deseo estar.
Siempre
esperaré el comienzo de mi propio ascenso.
Paciencia
hijo, llegaré.
Como siempre
he de pedirte no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=DVNi3u8nldQ
No comments:
Post a Comment