Buenos días
hijo querido.
Te saludo en
una mañana lluviosa, aún nos queda una jornada más de lluvia y humedad.
Tiempo de
reflexión en mi realidad.
A veces
matizada con la lectura.
Es otra de
mis pasiones.
A través de ellas
tengo la oportunidad de establecer estos contactos para sentirnos más cerca.
En uno de
los textos encontré esta imagen seleccionada para anteceder a mis letras.
Ni bien la
descubrí la conecté al encuentro de ya puerta para llegar al cielo.
Desearía con
fervor creer estás allí.
De un campo
terrenal se descienden un par de escalones para ingresar al firmamento.
Sé es así ya
que pude ver la tierra girando y a Helios frente a ella.
Los poetas
en sus letras siempre mencionaron el cielo, deseo creer en su existencia para
confirmar estás en un espacio sin tempestades como la tierra.
La puerta
estaba entre abierta-
Tal vez
esperando mi llegada.
No entiendo
por qué se demora tanto cuando deseo
partir rápidamente hacia ese lugar para darte un beso cada mañana, como antes
de tu partida, que jamás llegaré a comprender.
Insensata la
muerte que te llevó a vos.
Era yo quien
debía partir, a esos mundos desconocidos para todos los mortales.
El cielo
debe existir, de lo contrario no sería mencionado por escritores famosos como
el que comparto a continuación::
“Confidencias
de Salvador
Díaz Mirón
Una flor por
el suelo,
un cielo de
hojas empapado en lloro
y encima de
ese cielo, el otro cielo
lleno de
luna y de brillantes y oro...
Un arroyo
que el aura acariciaba;
un banco...
Sobre el banco
así, como
quien flota, se sentaba;
y vestida de
blanco,
bella como
un arcángel, me esperaba.
Aún flotan
en mis noches de desvelo
con la luz
de una luna como aquélla,
el verde y
el azul de cielo y cielo,
y aura y
arroyo y flor y banco y ella.
¿No te
acuerdas, mujer, cuántos delirios
yo me
forjaba, junto a ti de hinojos,
al
resplandor de los celestes cirios,
al
resplandor de tus celestes ojos?
¿Te
acuerdas, alma mía?
¡Entonces
inocente
me jurabas
amor y yo podía
besar tu
corazón sobre tu frente!
¡Ayer, unos
tras otros,
mil delirios
así pude fingirme;
hoy no puede
haber nada entre nosotros,
hoy tú vas a
casarte... Y yo a morirme!
¡Y tanto sol
y porvenir dorado,
tanto cielo
soñado,
en una
inmensa noche se derrumba!
¡Hoy me
dijiste tú: no hay esperanza;
hoy te digo:
en paz goza; y, en mi tumba,
mañana me
dirás: en paz descansa!”
Allí con
placer celebraríamos el encuentro, con la promesa de no separarnos nunca más.
Pocas veces
necesité tanto tenerte a mi lado.
En estos
casi seis años, próximos a conmemorarse, los sentimientos están a flor de piel.
Te propongo
sigamos su derrotero.
Ellos no se
equivocan, por ser compartidos por nuestras propias esencias.
No quiero
seguir cargando la mochila de la soledad.
Nuestro
deseo es estar juntos por toda la eternidad.
Enclave
donde las miserias cotidianas, no tienen cabid en el mundo habitado por seres
yacientes.
La tierra es
un derroche de maldad.
No sirve de
nada cuando sabemos todos terminaremos en el mismo lugar.
Quiero
contarte estoy en contacto con las autoridades del municipio.
Cuando fui
con tu prima al lugar donde descansan tus cenizas observé a un señor a quien tu
prima ayudó a subir los escalones que
llevan a la Cruz Mayor.
El lunes a
primera hora escribí al director del cementerio.
Solicité una
rampa de acceso a ese lugar.
La respuesta
no fue de mi agrado, entonces decidí enviarle un correo al intendente del
distrito.
Del tema
conocía ya que el correo enviado a la máxima autoridad del cementerio lo remití
con copa visible al intendente.
Poco me
importa ,la irritación que puedan tener.
Las leyes
están para ser cumplidas.
Detesto
cuando se pone como excusa la pandemia.
Esos artiluigios
poco me interesan, dado que la construcción a cielo abierto solo cumplió in
breve confinamiento el año pasado.
Ahora
trabajan respetando los protocolos.
Niiço han
dejado de construir.
Debe haber
molestado, sugiriera, la rampa podría ser puesta en marcha utilizando el
personal ocioso que trabaja en el cementerio.
Trabajar es
una manera de decir.
Muchas veces
los he visto sin hacer nada apoyado en las manijas de bronce que tienen los
nichos,, mirando la vida pasar.
Tampoco es
un trabajo que demande muchos días con buen tiempo en una jornada se termina.
Solo hay que
tener voluntad.
Tampoco debe
haber agradado, al pedirle le comunicara a los empleados el sueldo lo obran
gracias a los vecinos del distrito que tributamos nuestros impuestos como
corresponde.
Nadie podrá
detenerme.
No solicito
algo personal sino que pienso que igual al señor que ayudó tu prima a subir.
Debe haber
muchos otros, en idénticas condiciones.
Insistiré
hasta que consiga cumplan con la ley.
Tampoco
aceptaré respondan con soberbia.
Te amo
tesoro de mi vida, quiero estar con vos prontamente.
Casi seis
años de tortura en soledad son demasiados.
Hijo querido
una vez más te pido no olvides cuanto te
quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=m9xVMXfqUQg
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