Hola tesoro
de mis sueños.
Te saludo en
una mañana lluviosa.
Lluvia
hunedeciéndo, recuerdos convocando ala
llanto aún, cuando se está, entregado al descanso.
Una mamá.
Con un hijo ausente, es capaz de pensarlo en estado onírico.
Las imágenes
de los sueños transcurren lentamente, pese a que su duración suelen ser
instantes donde todo puede ser posible.
Amalgamar
entelequias con realidad.
Una manera
de cristalizar mi mayor utopía.
Darte un
beso.
Beso que
hace casi seis años no es posible llegue a su único dueño.
Vos mi vida.
En ese
estado inconcluso, aparecemos en medio de un bosque plagado de árboles,
esbeltos.
En sus
troncos no existen lastimaduras traídas por el tiempo.
Lozanos,
permiten, posean el follaje en libertad.
Imágenes de
hojas flotando a su alrededor.
Tronco capaz de llegar a rozare con sus ramas el cielo, donde creo estás.
¿Se
encuentra allá tu hábitat?
¿Cuándo
permitirán pueda conocerlo?
No es mi
deseo seguir aquí.
A tu lado
estaba mejor.
Jamás pensé
debería referirme a vos en tiempo pasado.
No lo
aceptaré, por tratarse de anormalidades con las que el destino me castigó, sin señalar qué hice mal, o en su defecto
¿Qué faltó
hacer para quedarte en la tierra derramando tu luz.
Partida
injusta,
En suelo
terreno tenías mucho por hacer.
En soledad
te pienso, en soledad te lloro.
Es imposible
seguir en la tierra sin vos.
Te extraño.
Hoy fue un
árbol quien inspira este contacto.
Mis musas
desean seas vos fuente de letras amadas, dirigidas al ser que más quiero en el
mundo.
Otro amante
de la naturaleza, como vos escribió un poema a los árboles en general.
Es mi deseo
compartirlo con vos:
“LA GRACIA
DE TU RAMA VERDECIDA
Árbol, buen
árbol, que tras la borrasca
te erguiste
en desnudez y desaliento,
sobre una
gran alfombra de hojarasca
que removía
indiferente el viento...
Hoy he visto
en tus ramas la primera
hoja verde,
mojada de rocío,
como un
regalo de la primavera,
buen árbol
del estío.
Y en esa
verde punta
que está
brotando en ti de no sé dónde,
hay algo que
en silencio me pregunta
o
silenciosamente me responde.
Sí, buen
árbol; ya he visto como truecas
el fango en
flor, y sé lo que me dices;
ya sé que
con tus propias hojas secas
se han
nutrido de nuevo tus raíces.
Y así
también un día,
este amor
que murió calladamente,
renacerá de
mi melancolía
en otro
amor, igual y diferente.
No; tu
augurio risueño,
tu instinto natural no se equivoca:
Soñaré en
otra almohada el mismo sueño,
y daré el
mismo beso en otra boca.
Y, en
cordial semejanza,
buen árbol,
quizá pronto te recuerde,
cuando brote
en mi vida una esperanza
que se
parezca un poco a tu hoja verde...
Autor del
poema: Antonio Machado”
Letras
sabias de quien puede ver a través de los ojos del alma, ruiseñores cantando en
sus ramas.
El elegido
para este enlace, tiene cual si fueran pájaros, sus hojas volando en derredor.
Follaje en
libertad para emprender vuelo hacia vos,
portando en sus picos dorados. Todos los besos y caricias que tengo guardados
para entregártelos.
Nunca
comprendí tu vuelo tan rápido hacia espacios desconocidos por ambos.
Era la mejor
oportunidad de emprender ese íltimo
viaje
teniendo como guía a tu mamá.
¿Existen
árboles en tu morada?
¿Podrías
describirme
el paisaje celestial?
¿Por qué
impidieron seguir unidos?
No tengo
interés en permanecer en la tierra.
Estoy
usurpando un lugar.
¿Quiénes
insisten con mi permanencia en suelo terreno?
¿Para qué?
¿Por qué?
Tesoro de mi
vida, una madre que pierde un hijo, no está completa.
La muerte
nos fracturó.
Siento, impotencia al saber estás solo.
Desearía
tener la potestad para determinar ese final ansiado y estar juntos otra vez.
¿Sucederá?
Te amo
querido mío.
Siempre diré
“Los hijos no deben morir”
¿Para que
desean dos soledades tan alejadas?
Es difícil
vivir sin el mejor hijo y amigo.
Querido
ayúdame a llegar a vos.
Tengo demasiado amor para darte.
Más que
antes.
Siempre en
estos contactos mágicos, he dejare de
pedirte no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=9ZoppiCqEH0
No comments:
Post a Comment