Buenos días
hijo querido.
Te saludo en
la mañana más fría del año.
El césped
está blanco avisaron que la nieve no
llegará a las ciudades como la que se erige mi refugio.
Una de
tus primas está en una provincia
meridional.
Cuando
arribó comenzaba a nevar.
Pienso en las
montañas nevadas.
Los picos de
los cerros muy cercanos al cielo.
A determinada,
altura se pierde la vegetación. Mostrando
las piedras su desnudez.
Recibí una foto, preciosa.
Los picos
delos cerros se confunden con oscuros celajes.
Los lugareños,
comentan es el preludio de una nevada intensa.
Muchas veces
elegimos ese sitio como paseo en cualquier época del año.
Llama la
atención de los turistas ver flores al pie de aquellas.
No existe
lugar de esta, querida República, donde
no lleguemos a encontrar paisajes maravillosos.
Musas
inspiradoras para los artistas que aman pintar.
Enclaves
solitarios de los que resulta difícil salir.
En esta
época los pájaros han migrado a lugares más cálidos.
Ello es
territorio de águilas y cóndores, un poco más al oeste de la región.
Sigo con el
pensamiento de no regresar a ninguno que hayamos visitado juntos.
Sucede lo mismo, en el exterior.
¿Qué haría
sin tu presencia?
Los
recuerdos los llevo en las hilachas del
alma.
Todo
sería insignificante acompañada por el silencio u evocación.
No.
No es ese el
viaje que deseo emprender.
Preciso,
caminar de tu mano.
Es la única
forma encontrada para cristalizar mi deseo de darte un beso.
Las flores
al pie de los cerros, danzarían celebrando el reencuentro.
¿Existe esa
probabilidad?
El ser
humano es fluctuante.
Con ansias
deseamos creer, se derrumban los pensamientos al observar la realidad.
Imperturbable,
nos recuerda
¡Que sola
estás!
No se puede
modificar ningún designio.
Antes de
nacer sabemos en cualquier momento
podemos morir.
No le temo a
la muerte, solo me produce terror no poder encontrarte nunca más.
Te ruego
aparezcas en mis sueños, como antes, para poder disfrutarte..
Contarte de
este amor
tan enorme.
Tampoco eso
puedo hacer.
Quiero como
los poetas, oncentivar a quienes no conocen paisajes cordilleranos, que
acerquen al cielo donde moran los seres yacientes.
Por el amor
más enorme a mi hijo h decido desde hace varios
días en estos enlaces figuren poesías de auto.
A mi querido
hijo le gustaban los mismos,
Momento
de evocar y compartir, aquello que por
ahora no podemos hacer en el mismo lugar.
“En un
bloque saliente
de José
Eustasio Rivera
En un bloque
saliente de la audaz cordillera
el cóndor
soberano los jaguares devora;
y olvidando
la presa, las alturas explora
con sus ojos
de un vivo resplandor de lumbrera.
Entre locos
planetas ha girado en la esfera;
vencedor de
los vientos, lo abrillanta la aurora,
y al llenar
el espacio con su cauda sonora,
quema el sol
los encajes de su heroica gorguera.
Recordando
en la roca los silencios supremos,
se levanta
al empuje colosal de sus remos;
zumban
ráfagas sordas en las nubes distantes,
y violando
el misterio que en el éter se encierra,
llega al
sol, y al tenderle los plumones triunfantes
va corriendo
una sombra sobre toda la tierra.”
Tesoro
indicame el sendero para llega rápidamente a tu lado.
El suelo
terreno no es mi espacio natural desde tu ausencia temprana.
Casi nadie
comprende mis añoranzas, cuando expresan debo seguir en suelo terrenal.
¿Para qué? ¿Imaginan
el martirio al que soy sometida a diario?
La presencia
del hijo y mejor amigo, es lo único capaz de calmar la tristeza.
Espanta saber
estás solo u acompañado de seres desconocidos.
Intuyo
preferiría estar donde es amado por casi todos los que llegaron a conocerlo.
¿Tanta luz
se necesitaba en el lugar donde estás?
Por más que
lo intente no puedo vivir sin tu
compañía.
Hacés falta.
Confío
prontamente
estaremos juntos.
Te amo hijo
de mi alma, por ello te pido no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Jo_sS-744dM
No comments:
Post a Comment