Hola, mi mejor amigo, el más fiel.
Ser que jamás conoció la palabra traición, pese a haber
recibido varias e inesperadas.
Quiero contarte el verano pasado, estaba en una playa de las
tantas que tiene nuestro país.
Precisamente Las Grutas que no llegaste a conocer, de lo
contrario no hubiera concurrido.
A esa fui dado que no la conocía.
Un lugar agreste y solitario.
Playas de arena clara que parecieran no terminar nunca.
Una de las más extensas de la región.
El mar azul atrae a los turistas en temperada.
Fuera de ella es un sitio solitario, como los que elijo para
pensarte con más profundidad que si estuviera en otras más visitadas.
Siempre he sido un ser solitario, desde tu partida esa
particularidad se agrandó sin límites.
No soy una humana conversa.
Selecciono estar n espacios alejados para encontrarme con mi
interior, ocupado por vos.
No deseo cambiar.
Otros eligieron por mí, trayendo la peor desgracia.
No tenerte, no puedo asumirlo.
Resignarme menos.
¿Cómo voy a resignar la no presencia del ser que más amo en
la vida?
He vivido con coherencia y no sería mi razonamiento aceptar
lo inaceptable.
Claro que existen entes loquitos que subestiman mi
intelecto.
No llegan a producirme nada, de lo contrario tenía todas las
armas jurídicas a mi favor para colocar ordenadamente cada cosa en el espacio
que debe ocupar.
Opté por el silencio, es más sano y no debo ir a realizar
trámites que hacen, perder el t¡empo.
El mío es muy valioso y lo cuido.
Estando en la playa seleccionada, hundí mis manos en el agua
para extraer algo que brillaba y no sabía que era.
Cuando logré sacar el elemento, la sorpresa me dejó sin
habla.
Sostenía entre mis manos una esfera de colores.
Al fijar bien la vista, advertí tenía nuestro mundo.
Sentada en la arena coloqué ese círculo perfecto sobre un
toallón.
No deseaba se adhirieran partículas de arena.
Al girarlo con cuidado
vi el nombre de países, algunos visitados,
Buscaba la Isla de Japón, una de mis preferidas por los
árboles de cerezo, plantados a la vera de las rutas formando una guardia
imperial para los automovilistas que circulan por las autopistas.
En cada océano te buscaba a vos por si estabas nadando.
No pude encontrarte, pese al denodado esfuerzo.
Quería darte un beso.
Imaginarte solo, hace se debiliten las hilachas de mi alma
desgarrada.
¿Dónde estás hijo querido?
¿Sabías cuánto te extraño?
¿Podrías ayudarme a llegar a tu lado?
He pensado debe ser más fácil para mi el ascenso
comparando si debés tramitar permisos
para bajar a la tierra.
El deseo de verte continua intacto.
Es difícil continuar el camino sola.
Temprano leí una poesía,
creo será de tu agrado compartir
estas letras.
“Vivir sin vivir
Autor: Sor Juana Inés de la Cruz
Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.
Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.”
Una poetisa excepcional.
Es notable como abre su corazón en cada grafema
Hijo te extraño.
Entiendo lo digo a diario.
Imposible no demostrarte mis sentimientos en estos
contactos.
¿Cuándo estaremos juntos para siempre?
Es desesperante la demora.
Tengo sed de vos.
De nuestras conversaciones sin utilizar alguna palabra.
Conversaban las miradas.
Tus manos sosteniendo las mías en esas charlas inolvidables.
Querido por vos sigo,
no extiendas demasiado los plazos.
Te amo hijo. Como siempre he de pedirte, no olvides nunca,
cuanto te quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=867NagfZ1L8
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