Buenos días hijo de mi vida.
Te saludo en una mañana espectacular.
Helios desde temprano
se adueñó del cielo diáfano.
?
Que te recuerda la imagen que antecede a mis letras.
Acertaste, fue un viaje al Norte de la República Federativa
de Brasil.
Disfrutamos del paisaje tropical, playa y sol.
Reímos con tus
preguntas.
Una de ellas fue risueña:
¿Por qué las palmeras de Brasil tienen el tronco torcido y
las del Palmar de Colón, en nuestro país, están erguidas?
No supe la respuesta, aún, hoy la desconozco.
Provocar tu risa, ante mi cara de asombro, era tocar el
cielo con las manos.
La playa era una de las más cuidadas de la zona,
Bajábamos a ellas desde el hotel.
El firmamento con sus colores rojizos anunciaba una jornada
calurosa.
Tu placer era nadar como un delfín en el mar color turquesa.
La cadena montañosa no era demasiado alta.
Otorgaba al lugar otra atracción.
Espacios para visitar pasado el verano, dado que esa zona es
la más calurosa y bella de la región.
¡Penoso no podamos repetir esos viajes!
No es suficiente recordarlos. Siempre está presente tu
ausencia temprana.
Mi deseo es pasar el resto de mi realidad a tu lado.
Quienes me conocen dicen “Es hora de retomar los viajes”
El día de tu partida decreté no visitar los lugares
conocidos junto a vos.
El norte de Brasil es hermoso.
Tranquilo.
Carece del amontonamiento de turistas como sucede en San
Pablo o Río de Janeiro.
Nada debo hacer sin vos.
Durante nuestra permanencia en la playa, estuvimos
custodiados por dos gaviotas,
revoloteando cerca de la sombrilla.
Antes del mediodía partíamos hacia el hotel.
La temperatura escala sin piedad.
Regresábamos a media tarde cuando el Astro Rey, comienza a despedirse hasta el
día siguiente.
Temprano veía nevar en Noruega, sentí necesidad de estar
ahí.
En el hemisferio sur
comienzan jornadas calurosas, no son las adecuadas para mí.
¿Cuál es la temperatura en tu hábitat?
Deseo estar allí para darte un beso, demostrándote la
intensidad de mi amor.
¿Por qué no puedo estar allí?
En suelo terrenal, he
dado todo que debía hacer.
No comprendo a quienes desean siga en un lugar que
produce rechazo, desde que no estás.
Encontré una poesía de Leopoldo Lugones, las palmeras de sus
letras tenían el tronco derecho.
La nuestra estaba inclinada para saludarnos.
“LA PALMERA
Autor: Leopoldo Lugones
Al llegar la hora esperada
en que de amarla me muera,
que dejen una palmera
sobre mi tumba plantada.
Así cuando todo calle,
en el olvido disuelto,
recobrará el tronco esbelto
la elegancia de su talle.
En la copa, que su alteza
doble con melancolía,
se abatirá la sombría
dulzura de su cabeza.
Entregará con ternura
la flor, al viento sonoro,
el mismo reguero de oro
que dejaba su hermosura.
Como un suspiro al pasar,
palpitando entre las hojas,
murmurará mis congojas
la brisa crepuscular.
Y mi recuerdo ha de ser,
en su angustia sin reposo,
el pájaro misterioso
que vuelve al anochecer.”
Letras que llegan al alma de la pluma de uno de los grandes
de la literatura.
.
Él, desea sobre u sepulcro una palmera.
Desde mi espacio ruego nuestras cenizas estén amalgamadas.
¿Cuál es la temperatura del cielo?
¿Cuándo podré conocerlo?
¿Falta mucho para acceder a él?
¿Podrías ayudarme a llegar?
Es muy difícil vivir sin tenerte.
Nadie s e ha dado cuenta del padecimiento que provoca?
Hijo querido sería grato regresar a esa playa encantada.
No tendría que pedir vengas a visitarme en sueños.
Estaríamos juntos,
como ayer.
¿Por qué no puedo regresar en el tiempo para verte?
Una madre sin su hijo es la representación de la nada.
Necesito volver a ser.
No acepto dilaciones capaces de dañar el alma.
Preciso tener entera la mía para entregártela a vos.
Cada noche pido soñarte o en su defecto viajar para
acompañarte, cada mañana tengo la desgracia de despertar.
Nadie toma en cuenta mis reclamos.
Es el derecho de una madre estar con su hijo, más allá del
enclave.
¿Por qué se han transformado en una máquina de impedir?
Sean leales cuando se les solicita algo.
Mortifica el silencio que nos devuelven en lugar de una
respuesta que haga despertar nuevamente las ilusiones dormidas.
Espero no se hayan llevado las de mi hijo.
Tenía demasiadas para concretar.
Hijo mío es inútil intentar un dialogo con estos entes.
Nunca responden.
No debería existir semejante destrato hacia los familiares
de quienes ustedes. Arrebataron sin pedir permiso.
Tesoro te amo intensamente. Quiero desde lo más profundo de
mi ser, estar a tu lado, de manera natural.
Nunca vulneraría tu memoria, más estoy cansada de esperar
sin perspectivas.
Tesoro de mi realidad sombría, preciso ilumines mi camino,
para no cometer errores.
Quiero llegar a vos sin máculas.
Tengo la certeza que con tu ayuda puede ser,
Ni tardes en venir por mí.
Es un grito nacido en el alma.
Como siempre en estos enlaces te recuerdo mi pedido
cotidiano, nunca olvides cuanto te quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=hwYzVyuv0uI
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