Wednesday, March 30, 2022

CELAJES GRISES



Buenos días hijo de mi alma.

Te saludo en una mañana desapacible.

Celajes grises cubren la bóveda azul del cielo.

Imágenes que parecieran de espuma cubriendo el firmamento donde puedo ver tu rostro mientras las nubes se movilizan hacia el este.

Ejercicio que hacíamos juntos, cuando habitabas suelo terrenal, buscando formas de cualquier paisaje conocido o aquel que nuestra mente deseara observar.

En esta ocasión está totalmente nublado como mi alma desgarrada desde tu ausencia prematura.

Mis musas evocan tu presencia y los mementos que mirabas  hacia ese espacio tan lejano no en un día como el de hoy, sino cuando las nubes estaban separadas como si fueran manojos de plumas deslizándose  formando diferentes figuras, que pese a ser las mismas nosotros, las veíamos diferentes pues  nuestras miradas  nacían en el corazón.

Tristemente bellas son las que hoy se han encargado de ocupar ese espacio tan majestuoso, donde dicen están las personas que se ausenta, tomando como hábitat  la esfera celestial.

¡Cuánto daría por estar allí!

Entiendo no te gusta te pida ayuda  para concretar la utopía de estar a tu lado para siempre.

Posibilidad que permitiría te diera un beso como lo hace cualquier mamá con sus herederos.

¿Por qué tengo vedada esa posibilidad?

Mis caricias mueren en el etéreo aire de la silente soledad.

Añoro tu presencia adorada.

La probabilidad de sumergirme en la profundidad de tus hermosos ojos.

Las palabras lindas dedicadas a vos, mueren antes de nacer, pues entiendo no te llegarán, de la forma que anhelo.

Te busco entre las nubes de cualquier tonalidad.

¿Dónde puedo encontrarte?

Mi búsqueda no cesará, solo preciso, señales si transito el camino correcto.

Al martirio de no tenerte debo sumar el horror  de ignorar si nos volveremos a ver en alguna oportunidad.

¿Sabrías decirme cuando será ese día glorioso?

Necesito las respuestas que nadie sabe dar.

En vos confío, por ello el tenor de mis interrogantes.

Desearía tener la potestad de regresar en el tiempo para ubicarnos cuando estabas aquí, proyectando un futuro que no fue. Impidieron desplegaras tus alas y así concretar cada uno de tus proyectos.

Ser parte de ellos no para controlarte sino con el ánimo de una madre, deseando brindarte ayuda con el amor que supiste ganar.

Mi amoroso  ser de luz, no permitas siga viviendo en la oscuridad.

Encontraré la luminosidad cuanto te encuentre a vos.

Extraño los momentos compartidos, más allá del lugar en que nos encontráramos.

No importan el espacio sino la inefable compañía del otro.

Todo ello  quedó en poder de la ausencia que jamás asumiré.

Es simple, cada día te percibo aquí, aún,  cuando no pueda  visualizarte.

Ruego aparezcas en mis sueños, intentaré abrazarte.

De ser posible poder acompañarte en el regreso.

Es primordial para mí el destino cumpla uno de mis mayores anhelos, estar juntos eternamente.

Para hoy seleccioné un poema referido a los celajes del cielo que debería estar añil.

 

“NUBES

Autor: Jorge Luis Borges

 

No habrá una sola cosa que no sea,

una nube.

 

Lo son las catedrales

 

de vasta piedra y bíblicos cristales

 

que el tiempo allanará. Lo es la Odisea,

 

que cambia como el mar. Algo hay distinto

 

cada vez que la abrimos. El reflejo

 

de tu cara ya es otro en el espejo

y el día es un dudoso laberinto.

 

Somos los que se van. La numerosa

nube que se deshace en el poniente

 

es nuestra imagen. Incesantemente

la rosa se convierte en otra rosa.

 

Eres nube, eres mar, eres olvido.

 

Eres también aquello que has perdido.

 

Por el aire andan plácidas montañas

 

o cordilleras trágicas de sombra

 

que oscurecen el día. Se las nombra

 

nubes. Las formas suelen ser extrañas.

 

Shakespeare observó una. Parecía

un dragón. Esa nube de una tarde

 

en su palabra resplandece y arde

 

y la seguimos viendo todavía.

 

¿Qué son las nubes?

 

¿Una arquitectura

 

del azar? Quizá Dios las necesita

 

para la ejecución de Su infinita

 

obra y son hilos de la trama oscura.

 

Quizá la nube sea no menos vana

 

que el hombre que la mira en la mañana.”

 

 

Hijo de mi vida  entera

¿Cómo contarte la intensidad de mi amor?

¿Qué palabras utilizar para demostrar, mi  gratitud por el breve tiempo compartido?

Pocas veces conocí madres con tanta empatía hacia sus hijos.

Te amo hijo querido.

Nadie se ocupó de enseñarme a vivir sin vos.

Sos mi vida y el sol que ilumina cada amanecer.

Hijo querido, como lo realizo de manera habitual, no puedo concluir esta mágica conexión sin pedirte por favor, nunca olvides cuanto te quiere mamá.

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=JceUO2V6DYo

 

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