Buenos días hijo de mi existencia.
Te saludo en una
mañana clara y fría.
Quisiera despertarte de tu sueño eterno para poder cumplir
la utopía de darte un beso.
Pedirte que aparezcas en mis sueños para acariciarte y
abrazarte como antes.
Necesito despertar tus recuerdos y juntos evocar un paseo,
transitando el mágico paisaje de un
bosque ubicado en el sur de nuestro
país.
Comenzamos a caminar por la tarde, había demasiado encanto por descubrir.
Los árboles del bosque, estaba compuesto por acacias de
tronco negro como la noche.
Esbeltos, algunos
unían sus ramas desnudas, intentando ese abrazo codiciado por la
naturaleza.
Como siempre te pedí apuráramos el paso, sonriendo
preguntaste con la sonrisa más bella:
¿Por qué mamá?
Mi mano se dirigió hacia el cielo con el propósito de señalarte
los colores del crepúsculo comenzaban a pintar la esfera celeste, con
tonalidades rosadas y púrpuras.
Según tu amoroso
criterio faltaba mucho para la llegada de la noche y sus sombras.
Colgada del firmamento observamos la aparición de la luna.
Aún, no podíamos divisarla, pero sus destellos plateados se
filtraban entre los brazos de las acacias, otorgando imágenes que nunca es posible adjetivar.
La belleza conmueve.
No sé si a todos, a nosotros nos parecía estar en un espacio
fantástico.
Con la promesa de regresar al bosque de acacias de tronco
negro, resolvimos regresar al hotel situado en la ladera del Cerro Castor.
Quiso el destino, no darte la oportunidad de regresar.
Tampoco lo hice yo.
Ese paisaje nos había cautivado a los dos.
He rechazado muchos viajes, todos se dirigían a sitios que
conocimos juntos.
Carece de sentido volver en silente soledad.
Desde tu ausencia demasiado temprana decidí no regresaría a
los enclaves visitados con vos.
Prefiero tener los recuerdos compartidos guardados en el
corazón.
Tendremos la oportunidad de recrearlos en el reencuentro, si
es que se produce alguna vez.
¿Por qué tengo tantas dudas?
¿Por qué no puedo creer en aquello que nadie ha podido
comprobar?
Evoco con ternura y tristeza cuando eras niño
preguntabas por qué la luna tenía
manchas grises.
Hacías referencia a los cráteres de la misma.
Siempre repetías: “Cuando sea grande viajaré a ellos”
¿Estás ahí?
¿Has visto a los seres que antecedieron y precedió tu
camino?
No imaginás los deseos que tengo de encontrare con ellos
también.
Elegí para este enlace un poema de uno de mis autores
favoritos, esperando sea de tu agrado.
““Tristezas de la Luna”
Autor; Charles
Baudelaire
Esta noche, la luna sueña con más pereza;
tal como una beldad, sobre numerosos cojines,
que con mano distraída y leve acaricia
antes de dormirse, el contorno de sus pechos,
Sobre el dorso satinado de
las muelles eminencias,
Desfalleciente, ella
se entrega a largos espasmos,
y pasea sus miradas sobre las imágenes blancas
que trepan hasta el azur como floraciones.
Cuando, a veces, sobre este globo, en su languidez ociosa,
ella deja escapar una lágrima furtiva,
un poeta piadoso, enemigo del sueño,
en la cavidad de su mano toma esta lágrima pálida,
con reflejos irisados, como un fragmento de ópalo,
y la coloca en su corazón lejos de las miradas del sol.”
Mis deseos de verte otra vez , continúan en aumento.
Nadie me enseñó a vivir sin vos.
Casi siete años sin verte anula la razón.
Seré quien era cuando tenga la posibilidad de verte a vos.
A mi refugio le hace falta tu alegría.
Tu presencia encantadora.
Como la luna ilumina el bosque de acacias de troncos negros,
preciso de tu luminosidad para seguir.
Derrotero no seleccionado por mí.
Hacés falta en suelo terrenal.
Jamás dejaré de preguntar por qué la muerte intempestiva te
llevó, cuando era yo quien debía
acompañarte en el trayecto final de un viaje hacia espacios desconocidos.
Tus temores son los míos.
Producen angustia e impotencia.
El debate interno no lo puedo resolver sin tu ayuda.
Extasiada, a diario miro tus fotos, la fragancia de tu ropa
ya no está.
El tiempo sin pedir permiso se la llevó.
Te amo hijo querido.
Siempre solicitaré tu
ayuda con el propósito de partir.
¿Reconocerás a esta mamá que extraña a su hijo
desesperadamente?.
El cristal de la computadora no puede devolverme tu calor.
Hijo querido te amo.
En cada uno de estos encuentros, jamás dejaré de pedirte por
favor, nunca olvides cuanto te quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=JWbrs-GNpoI
No comments:
Post a Comment