Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana agradable y soleada.
Desearía la temperatura se anclara, en la que tenemos ahora.
No podrá ser y otra vez ascenderá a valores altos.
Quiero compartir con vos un sueño, de esos que no se
olvidan.
La máquina del tiempo nos llevó a la cuna de la cultura.
Grecia y sus atractivos espacios.
Estábamos alojados en una casa muy hermosa, situada a
orillas del Mar Egeo, único por el color de sus aguas de tono azulado.
La propiedad era confortable, con techos de tejas de tono
cobrizo y paredes muy blancas, con el azul característico de la zona en sus
ventanas.
Ello hacía resaltar el árbol florido descansando sobre
aquellas.
Nuestro amigo del alma tiene en su estudio jurídico, una
pared pintada de ese color maravilloso.
En nuestra estadía en
ese paisaje fascinante, para bajar a la playa, bajábamos por un sendero,
repleto de macetones con flores regalando no solo su tonalidad sino una
fragancia exquisita.
En el amarradero esperaba una lancha de matiz blanco como
como los celajes que juegan en el firmamento, añil.
Desde allí podíamos dirigirnos al sitio donde estaban los
pensadores de la historia, contando sus sentimientos, a quienes quisieran
aprender un poco más de esa cultura tan especial, en la que vieron la luz de la
vida los pensadores célebres, cuyas frases están vigentes ahora que han pasado siglos.
Vimos a deidades y dioses de la antigua Grecia, departiendo
amablemente, sin saber sus citas trascenderían todos los tiempos,
convirtiéndose, en legado para la humanidad.
Alguna de ellas las elegí para dejarlas en nuestro espacio
cotidiano que logra acercarnos un poco más, si ello es posible.
Disfrutamos de ese lugar el tiempo que duran los sueños.
Pese a tenerte a mi lado corporizado, estabas en silencio.
Tu mirada bella denotaba la tristeza que acechaba tu alma.
El sonido del viento me sacó de ese estado onírico cuando tu
figura se desvaneció, desapareciendo de mi vista que te buscaba
desesperadamente.
Quería retener el llanto más fue imposible, al dirigirme a tu
habitación y encontrarla vacía,
Comenzaba otro día donde no te podría escuchar llamándome.
Por vos despierto con la ilusión de verte un instante,
restableciendo recuerdos que Cronos sin pedir permiso se llevó, sin decirme el
destino exacto, donde puedo hallarte una vez más.
Rechazo la respuesta siempre sea negativa.
Nadie pudo enseñarme a vivir tu ausencia no deseada, dejando
la existencia en absoluta soledad.
Aquí te dejo algunas frases, de pensadores y poetas nacidos en el centro de
la cultura, sin saber trascenderían los tiempos.
Es mi deseo, compartirlas con vos.
“Solamente es duradero lo que con la virtud se consigue.
Sófocles
La más dulce vida consiste en no saber nada.
Sófocles
En la naturaleza humana hay generalmente más de necio que de
sabio.
Eurípides
Nadie es feliz durante toda su vida.
Eurípides
El ocio del Espíritu es una forma de libertad.
Aristóteles
El carácter es aquello que revela la finalidad moral, pone
de manifiesto la clase de cosas que un hombre prefiere o evita. Aristóteles
Bastarse a sí mismo es también una forma de felicidad.
Aristóteles
Un buen carácter favorece que el más alto grado de una cosa
sea creída.
Aristóteles
Fatiga menos caminar sobre terreno accidentado que sobre
terreno llano.
Aristóteles
Las virtudes más grandes son aquellas que más utilidad
reportan a las otras personas.
Aristóteles
La virtud resplandece en las desgracias. Aristóteles
El odio es el camino para aprender.
Aristóteles
No se encuentra mayor distancia de un animal a otro que de
un hombre a otro.
Plutarco
Navegar no es necesario, vivir lo es.
Plutarco
Los hombres no tienen dificultades por las cosas mismas,
sino por la opinión que tienen de ellas.
Epiteto
La envidia es el adversario de los afortunados.
Epiteto
Sólo hay un bien: El conocimiento. Sólo hay un mal: La
ignorancia. Sócrates
Cuando llegue mi hora de morir, iré. Sabré dar la vida como
un hombre que no le duele devolver el préstamo que se le ha hecho. Epiteto
¿No sabes que la fuente de todas las miserias, para el
hombre, no es la muerte, si no el miedo a la muerte?
Epiteto
Mientras haya hombres habrá vicios.
Publio Cornelio
Tesoro de mi vida quisiera incorporar vocablos novedosos
para expresarte cuanto te amo y extraño, en esta batalla para estar cerca de
tuyo por toda la eternidad.
¿Cuándo pasarás por mis sueños?
Necesito te lleves los besos aletargado que guardo para vos.
Conservo la esperanza de poder estrecharte en el más cálido
de los abrazos.
Acariciarte sin detenerme, como lo hacía, antes.
Han pasado más de siete años y las prioridades continúan
siendo las mismas.
¿Por qué mi búsqueda para encontrarte entre las estrellas
fracasó?
¿Tu hábitat no está allí?
Desespera y agobia el silencio.
He ido a lugares alejados de la ciudad, para mirar el cielo,
buscando la más luminosa, imaginando allí estás.
No ocurre y ello altera mi alma tranquila para cuidar el
tatuaje que tengo de tu nombre, ubicado, en el centro de mi alma.
¿Has podido observarlo en alguna ocasión?
Las siete letras más hermosas, que conforman tu nombre,
están allí.
Recuerda tienes que venir en mi ayuda para llevarme con vos.
No es vida la de una madre ante la falta de su hijo.
¿Por qué no creo en el reencuentro?
¿A qué sentimiento debo atribuirlo?
Me haces falta siempre.
Es tiempo de abandonar suelo terrenal.
Nada debo realizar en este espacio tan hostil.
No tenerte, sembró oscuridad, en mi corazón.
Hijo querido una vez más, he de pedirte desde el alma y en
nombre del amor que generaste en mi ser, he de pedirte por favor nunca olvides,
cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=5m2MAtEqBTE
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