Saturday, February 11, 2023

CERCANO AL ACANTILADO



Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana nublada.

Tenemos alerta naranja por exceso de lluvias.

Por ahora la jornada está tranquila esperemos, las lluvias y el viento no produzcan grandes destrozos, como la anterior donde un rato partió por la mitad un árbol joven  y en algunos lugares de la provincia de Buenos Aires cayó granizo de tamaño considerable.

La imagen que antecede a este contacto, fue tomada por vos, en una Olaya de aguas color esmeralda, en un país vecino al nuestro.

Al recuperarla, decidí fuera la imagen de este contacto en el que te siento, muy carca de mi corazón.

Un antiguo bote de madera, está amarrado en un listón de madera clara, esperando  a su dueño, quien saldrá a pescar, no muy lejos de la costa, con el propósito de traer alimentos marinos a su numerosa familia.

Detrás de la embarcación se yergue un solitario acantilado, de altura considerable.

Los más jóvenes  lo utilizan como trampolín para arrojarse desde allí, a las profundidades del mar.

Nunca utilizaría con ese fin, el acantilado pues tengo vértigo.

El pescador mientras tanto asciende a su bote temprano, el objetivo es llenarlo con frutos del mar.

Al llegar amarra su bote muy cerca del acantilado.

En las tardes, realiza artesanías junto a su mujer y los hijos mayores, para luego venderlas a los turistas que eligen esas playas para vacacionar.

Trabajan en ese emprendimiento para sostener dignamente a la familia, con el esfuerzo del trabajo.

Todos los niños y jóvenes concurren al colegio de la zona.

Sus padres desean fervorosamente, conseguir becas para que puedan estudiar en la Universidad.

Desde niños le han inculcado valores, para que en el futuro, todos obtengas títulos universitarios. No tienen, necesidad de cortar calles para pedir ayuda social.

Ejemplo a imitar.

En nuestro paso por la vida terrena a todo se accede, con esfuerzo y trabajo.

Lamentablemente, muchos habitantes de nuestro país, están mal acostumbrados.

Pasan horas improductivas cortando calles céntricas.

Obstaculizan el tráfico, incluyendo el de las ambulancias, que transportan enfermos de distinta gravedad.

Ello ocurre dado que, las autoridades son demasiado permisivas.

Produce sentimientos encontrados ver a personas jóvenes, exigiendo ayuda social.

Esperemos, algún día podamos ver la patria que todos queremos, donde cada cual, ocupe el sitio que le corresponde, sin intentar invadir otros poderes independientes, tal cual ocurre en las verdaderas democracias republicanas.

Es el sueño de la mayoría de los argentinos, quienes no quieren  tener sus libertades sean, en desacuerdo con los preceptos de la, Constitución Nacional.

Para hoy elegí, frases célebres, cuyos autores refieren a los acantilados.

Las dejo aquí, para compartirlas con mi amado amigo fiel.

 

“Mis ojos, por haber sido puentes, son abismos. Antonio Porchia

 

Tienes que saltar, de los acantilados y construir tus alas en el camino hacia abajo».

Ray Bradbury.

 

 «Es sólo al borde que la gente encuentre la voluntad de cambiar. Solo en el precipicio evolucionamos».

John Cleese.

 

«El mayor riesgo es no tomar riesgo en absoluto. Es necesario salir, saltar al precipicio y arriesgarse».

Patrick Warburton.

 

 «Sumérjase hoy desde el acantilado de lo que sabe, hacia lo que no puede saber».

Rumi.

 

«No puedes saltar de un acantilado cuando ya te has caído de uno más grande».

Kami Garcia.

 

 «Soy un adicto a la adrenalina. Me encanta escalar árboles o acantilados locos, lo que no hace muy feliz a mi mamá». Stephen

 Colletti.

 

«Hay un acantilado al final de la vida de una persona; la mayoría de nosotros miramos por encima del borde, colgando. Por eso, cuando alguien elige dejarlo ir , es tan dramáticamente visible. El cuerpo parecerá casi transparente. Los ojos estarán mirando algo que el resto de nosotros no podemos ver».

 Jodi Picoult

 

 «El que sube a un acantilado puede morir en el acantilado, ¿y qué? Siempre tomador de riesgos por naturaleza, ahora me convertí en uno intencionalmente».

Park Ruth.

 

 «Las olas golpean el acantilado con más intensidad que la orilla, porque el océano sabe que el acantilado tiene esa intensidad masculina que no se quejará de su energía femenina».

 Nityananda Das.

 

Tesoro de mi vida entera, te amo y extraño con idéntica intensidad.

¿Cuándo vendrás a mis sueños?

Preciso entregarte todos los besos que tengo guardados para vos.

Encontraría atisbos de paz, estrechándote, en el tierno de los abrazos.

El placer de acariciarte no se compara con nada, acariciarte hasta que mis manos encuentren plena satisfacción.

Te necesito a mi lado por unos segundos para poder cristalizar mi mayor utopía.

Como nadie conocés, no es mi deseo permanecer en suelo hostil.

El territorio terrenal dejo de ser un espacio que pueda seguir ocupando.

Nunca imagine sería tan hostil.

Mi lugar está junto a vos.

¿Podrías ayudarme en el ascenso final?

Es temerario continuar sin tenerte a mi lado desde hace más de siete años.

Carece de sentido continuar sin tenerte.

Sos mi vida.

Necesito estar cerca de tu hábitat a la brevedad.

Hijo querido, mi amigo más fiel, junto a tu hermano de la vida, como es habitual en estos enlaces, he de reiterar mi pedido cotidiano.

Por favor cielo adorado, nunca olvides cuanto te quiere, Mamá.

 

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=Gxdm6oL2y4A

 





 

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