ANTIGUO RELOJ DE ARENA

Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana nublada y húmeda.

La temperatura máxima superará los veinticinco grados de temperatura.

El otoño nunca existió.

Rarezas de las estaciones del año.

Espero arriben pronto los días fríos y secos, para sentir confort

No adhiero a las temperaturas indefinidas.  Mi preferencia es el frío.

Ayer visité un local de antigüedades, quedé extasiada ante la presencia de un reloj de arena.

Aún no lo compré pues tengo que elegir en mi refugio, un sitio especial, dado que solo tiene las dos copas y en su interior, arena dorada para marcar el tiempo, con el que no me llevo muy bien.

Imagino a Cronos riendo por mis apreciaciones, solo escribo aquello que siento y ambos no sentimos empatía por el otro.

Conmigo ha sido adverso al determinar arrancarte de mi lado junto a su amigo “destino”.

De intentar hacer un nuevo ente, con lo mejor de cada uno, el resultado sería un fracaso.

Solo miro a Cronos para saber en qué hora vivo.

 

No sirve para mucho más.

Por ello la indecisión, de adquirir el reloj de arena que vi ayer.

Una contradicción, soy fanática de los relojes, no de su esencia.

¿Quién es para determina el tiempo de vida de un ser humano?

Cuando ocurren las tragedias, tomás conciencia, no es aquello que parecía ser.

Dilemas que aparecen con la adversidad.

Mis sentimientos son encontrados cuando se lleva a personas que tenían, demasiado para  vivir.

Truncado ilusiones y proyectos de manera prematura, sin tener en cuenta a los que continúan en el camino.

Solo quienes pasaron instancias similares a la mía  pueden comprender el sentido de mis palabras.

Todos los duelos se superan, el de un hijo jamás.

No es una afirmación personal, lo repiten siempre los profesionales que atienden la salud mental.

La vida no es un bien que se compra en un comercio.

No alcanzan los cuidados que se impongan, durante el crecimiento de un joven, cuando menos se lo espera, Cronos se lo lleva a lugares desconocidos, inalcanzables para quienes, quedan en la tierra, llorando el peor dolor.

Para la fecha seleccioné frases y citas cuyos autores aluden a los relojes de arena y a todos los otros en general.

Como siempre las dejo en nuestro lugar de encuentro cotidiano, ilusionada para que puedas tener acceso a su contenido.

 

 

“Tienes... Algo que... No sé..., encaja en el cuadro. Es como si hubiera un reloj de arena, ¿Sabes? En cuanto cae el último grano, por fuerza ha de aparecer alguien como tú que le dé la vuelta al reloj. "La caza del carnero salvaje" 

Haruki Murakami

 

¿Al cabo de cuánto tiempo se olvida el olor de quien nos ha amado? ¿Y cuándo deja uno de amar a su vez? Que me den un reloj de arena. "La amaba" 

Anna Gavalda

 

El otro día leí "De ratones y hombres" de John Steinbeck.

Eso no es un libro, (...), es un reloj de arena encantado. Es fluido y bello, sencillo e instructivo; es una revolución. Así es como me gustaría verte a ti: un reloj de arena transparente que desgrana su musa, que le cuenta al mundo cómo hace historia el tiempo. "El escritor" Yasmina Khadra

 

El cuerpo humano es como un reloj de arena, lo que está abajo está arriba, y viceversa. "Una soledad demasiado ruidosa" Bohumil Hrabal

 

En todas las investigaciones, Bosch siempre tenía la impresión de que la información se iba deslizando lentamente, como en un reloj de arena. En un momento dado había más información en la parte inferior que en la superior y, entonces, la arena empezaba a precipitarse por el agujero como una cascada. En aquel caso acababan de llegar a ese punto. Todo empezaba a encajar. "El eco negro" Michael Connelly

 

De la misma manera que la arena que se desliza desde la ampolleta superior de un reloj de arena adopta la misma exacta en la parte inferior, así cuando la juventud se vive hasta su final, es preciso que todas las gotas que caen de la clepsidra cristalicen y formen en seguida a su lado una estatua inmortal. "El color prohibido"

 Yukio Mishima

 

 

“Los relojes de arena nos recuerdan, no sólo cómo pasa el tiempo, sino a su misma vez en el polvo en el que algún día nos convertiremos”.

Georg Christoph Lichtenberg

 

Tesoro de mi vida, te extraño y amo siempre un poco más.

Por la energía y luminosidad que recibo de vos, continuo de pie.

¿Cuándo aparecerás en mis sueños?

Recuerda debo entregarte los besos guardados para vos, durante casi ocho años.

¡No permitas marchiten!

Mi mayor utopía, es tener la posibilidad, de estrecharte en un abrazo interminable.

Ello otorgaría a mis manos la gracia de poder acariciarte como deseo.

Debes venir en mi búsqueda, para alojarme en una estrella cercana a la tuya y no separarnos jamás.

No es mi deseo continuar, en suelo terrenal,

Es muy difícil permanecer, en donde no se desea estar.

¿Podrías ayudarme a llegar rápidamente?

Como todos los días, he de reiterar mi pedido hasta que llegue mi final, por favor nunca olvides cuanto te quiere,

Mamá.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=D9zIFsizgrU