Buenos días hijo querido.
Te saludo en una
mañana invernal, tal cual me gustan a mí.
Hace pocos días se mudó a una propiedad frente a mi refugio una joven de nacionalidad venezolana.
Anoche desde el ventanal, cuando fui a bajar las persianas,
en el escritorio, una vela encendida iluminaba un libro abierto con las hojas plegadas por la mitad.
Una mariposa desorientada sobrevolaba el libro para que las
hojas volvieran a su formato original.
Presumo las plegó para no dejarle marcas al texto, un
señalador hubiera sido correcto, para marcar el texto, el uso de un señalador
para no dañar las hojas del texto.
Inmediatamente recordé un señalador de cuero confeccionado
por vos, al que pintaste pequeñas florcitas de nomeolvides de tono celeste, que
guardo con el mismo amor que utilizaste
para confeccionarlo.
Recuerdo fue un regalo que la maestra les hizo hacer para un
día de la madre.
Han pasado varios años y siempre lo utilizo para leer.
Puedo jactarme, al expresar que los libros leídos por mí no tienen una sola
marca.
Parecieran haber sido recién comprados.
No son de mi agrado los ejemplares marcados o con el extremo
de la hoja plegado.
Se puede usar cualquier objeto para recordar la hoja en que
se interrumpió, la lectura.
Personalmente no presto libros, prefiero regalarlos, antes
que me los devuelvan maltratados.
Casi todos los lectores de sueños, pensamos igual.
Un texto utilizando la imaginación, permite te conviertas
mientras dura la lectura, en
protagonista de cualquier historia, actual, del pasado y del futuro.
Jamás prestaría los clásicos
de la literatura universal.
Permiten ingresar en historias fabulosas.
Aumentan la cantidad de vocablos a utilizar en la vida
cotidiana.
Humamos y terrenales, pasamos a ser un compendio de los
libros a los que accedemos.
Un valor a incentivar, en los más pequeños.
Cuando voy a comprar, un texto, no olvido cuando decías:
“Para mi mamá ir a la librería, es como para u chico entrar
en una juguetería”
Nunca encontré mejor definición.
Solo un ser luminoso como vos puede expresarse así.
Junto a tu hermano del alma los amigos más fieles que la
vida me regaló.
Pensando en ese libro con las hojas plegadas, busqué frases
y citas de autor, quienes aluden a los libros.
Las dejo en muestro lugar de encuentro, sabiendo que tu alma
podrá, acceder a su contenido.
““Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos
masticados y digeridos”.
Sir Francis Bacon.
“Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los
hombres”. Heinrich Heine.
“Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de
inefable y deliciosa compañía”. John Fitzgerald Kennedy.
“Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y
ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas
se encuentran”. André Gide.
“Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la
vida”.
Mario Vargas Llosa.
“Carecer de libros propios es el colmo de la miseria”.
Benjamin Franklin.
“Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura,
estoy predispuesto a pensar bien de él”.
Nicolás de Avellaneda.
“Cuanto menos se lee,
más daño hace lo que se lee”.
Miguel de Unamuno.
“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el
más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo
el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”. Jorge Luis Borges.
“Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que
es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo
único para lo que sirve”. Oscar Wilde.
“El estudio ha sido para mí el principal remedio contra las
preocupaciones de la vida; no habiendo tenido nunca un disgusto que no me haya
pasado después de una hora de lectura”. Montesquieu.
El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento;
antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Rubén Darío.
“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.
Miguel de Cervantes.
“El verbo leer, como
el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo”. Daniel Pennac.
¿Cómo decirte mi
tesoro , te amo y extraño desmesuradamente?
El único amor más
puro, es el que una madre da, a su hijo.
Duradero más allá de las distancias que impone el destino.
Arranca cruelmente a un hijo del lado de su madre.
¿Hijito hermoso cuándo pasarás nuevamente por mis sueños?
Recuerda debo entregarte los miles de besos que guardo para
vos.
¡No permitas
marchiten!
Considera es la única posibilidad que poseo de estrecharte
en un abrazo interminable.
Mis manos desean acariciarte como antes.
Por otra parte deberás venir en mi búsqueda.
No soporto el suelo terrenal.
¿Para qué seguir?
Preciso reunirme con vos.
Es doloroso permanecer donde no se quiere estar.
Mi vida concluyó con tu partida.
Tesoro de mi existencia, con todo el amor y empatía que
nos tenemos , en cada contacto
maravilloso que tengo con vos reitero mi pedido de siempre, hasta el final de
la vida, por favor, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=65sxcgTeqiY
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