Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana fresca y seminublada.
En pocas horas, saldrá iluminando con sus destellos dorados,
el Astro Rey.
Ayer estuve por el puerto de la Ciudad de Buenos Aires,
observando la llegada de barcos de gran porte.
Cruceros que estarán por pocos días, para finalizar su viaje
en Tierra del Fuego, en la ciudad de Ushuaia, la más austral del mundo.
Para amarrar en el sitio necesitan la ayuda de remolcadores
que los guíen a tierra firme, para descender, dirigiéndose a los hoteles
elegidos para pasar su corta estadía.
La mayoría procede de Río de Janeiro, famosa ciudad de la
República Federativa de Brasil.
Para los trabajadores de la guardia costera comienza un
trabajo incesante.
Al borde del puerto esperan a las embarcaciones.
En el momento que clavan sus anclas en la profundidad del
Río de la Plata, con una especie de vara de hierro que posee un gancho, toman
las cuerdas del barco para amarrarlas a
pilotes de cemento y enroscar aquellas a
pilotes de cemento, con el objetivo de inmovilizar el navío y así lograr
firmeza para que el pasaje pueda descender a tierra firme.
Un trabajo agotador por el esfuerzo que deben realizar.
Así será en todos los puertos hasta llegar al destino final.
No solo iban cruceros
de Brasil sino de otros puntos del planeta, favorecidos por el cambio de
moneda y los sitios de gran belleza que visitarán.
La temporada de cruceros se extiende desde el mes de octubre
al mes de abril.
Para los trabajadores portuarios esa rutina es común.
No los detiene la lluvia, el viento o el sol de nuestro
verano casi tropical por efecto del cambio climático, los estíos son ardientes.
No solo en sus maletas traen los atuendos a utilizar sino el
bagaje de sueños, ante espacios desconocidos pero imaginados.
Para hoy elegí frases y citas de autores reconocidos quienes
en sus grafemas aluden a las cuerdas de amarre.
Las dejo en nuestro lugar de encuentro cotidiano, con la
renovada esperanza puedas acceder a su contenido.
““La cuerda cortada puede volver a anudarse, vuelve a
aguantar, pero está cortada. Quizá volvamos a tropezar, pero allí donde me
abandonaste no volverás a encontrarme”
― Bertolt Brecht
“Desconfiad de la luna y de las estrellas, de la Venus de
Milo, de los lagos, de las guitarras, de las escaleras de cuerda y de todas las
novelas y novelerías. ¡Pero amad vigorosamente, arrogantemente, ferozmente, a
la mujer que améis!”
― Charles Baudelaire
“¿Sabes que me hace más feliz que nada? Dame seis cuerdas y
seré feliz.”
― B. B. King
“Y también está, por supuesto la locura y el terror de saber
que alguna parte de vos es como un reloj al que no puede dársele cuerda otra
vez, una vez que se para.”
― Charles Bukowski
“No me llaga ningún mal ni ninguna cuerda rota: lo que tu
atención hoy nota fue siempre en mí natural”
― Miguel Hernández
“El amor es como un violín. La música podrá detenerse ahora
y después, pero las cuerdas lo recordarán por siempre”
― Silvio Rodríguez
“Cuando llegues al final de tu cuerda, haz un nudo y aguanta”
― Franklin D. Roosevelt
“Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores
recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud.”
― Nietzsche
“Prefiero una mujer que esté loca y no cuerda, porque las
cuerdas atan...”
[(Alas Rotas - El soñador elegido)]
― Xhelazz
“No somos enemigos, sino amigos. No debemos ser enemigos. Si
bien la pasión puede tensar nuestros lazos de afecto, jamás debe romperlos. Las
místicas cuerdas del recuerdo resonarán cuando vuelvan a sentir el tacto del
buen ángel que llevamos dentro.”
― Abraham Lincoln
“Porque eso son los viejos: la cuerda, la ligazón que hay
entre la vida y el abismo de la muerte
― Federico García Lorca
“En los corazones de los hombres más temerarios hay cuerdas
que no se dejan tocar sin emoción.”
Edgar Allan Poe
“El camino verdadero pasa por una cuerda, que no está
extendida en alto, sino sobre el suelo. Parece preparada más para hacer
tropezar, que para que se siga su rumbo”
― Franz Kafka
“Por más que animes tanto como quieras a alguien que tienen
los ojos vendados a mirar a través de la venda, no verá jamas. No empezará a
ver más que desde el momento en que se quite la venda”
― Franz Kafka
Tesoro de mi existencia, te amo y extraño, cada día más.
El amor más puro del mundo es incondicional.
¿Cuándo pasarás nuevamente por mis sueños?
Es la única posibilidad que poseo para entregarte, todos los
besos guardados para vos.
Solicito tu ayuda para cristalizar mi mayor utopía,
estréchate en el abrazo más cálido, abrazo con principio y sin final.
Mis manos exigen reiniciar, las caricias interrumpidas por
las arbitrariedades del destino, mostrando su rostro más cruel.
¿Destino por qué si estábamos juntos no nos llevaste a los
dos?
Hijo amado, amigo fiel, en el viaje de regreso a tu cielo,
permite sea tu compañera.
No contemplan mis planes seguir viviendo en suelo terreno.
Resulta complejo seguir ocupando este espacio en el que no
deseo permanecer.
Mi lugar está junto a vos.
Ha llegado el momento de construir mi nuevo refugio, en una
estrella cercana a tu hábitat.
Estoy preparada para partir.
La familia chiquita conoce mis intenciones.
Si bien no está de acuerdo, aceptan mi decisión.
¿Cuándo vendrás en mi búsqueda?
Te espero con ansias y amor.
Hijo de mi alma, en nombre del amor y amistad que nos unen,
he de reiterar mi pedido, percibiéndote a mi lado, he de reiterar mi pedido de
cada mañana, por favor nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Bv-kIYyaNOg
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