VELAS ENCENDYDAS

Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana fría a pleno sol.

Ayer por la tarde visité una casa donde arman mesas para festejos importantes.

Había para todos los gustos.

De todas las expuestas elegí, una  con velas encendidas.

Sobria de buen gusto.

Tomé fotos de varias,

La elegida para este contacto, es la imagen que antecede a nuestro encuentro  diario.

Las velas están colocadas en portavelas, de cristal de distintas alturas para que luzcan mejor.

Los platos son de tono violeta, con las servilletas de color negro.

Esa noche festejaban el cumpleaños número quince de la hija del dueño del salón.

El padre permitió a la homenajeada, optara por la mesa que fuera de su agrado.

Decidió las mesas del salón estuvieran iluminadas por velas encendidas acompañadas de una rosa de color blanco.

La elección tenía que ver con su vestido de tono violeta, como la vajilla.

Nada quedó librado al azar.

La protagonista bajó desde el piso superior, acompañada por su padre.

Ella, muy bonita regalaba sonrisas a los invitados.

El papá estaba nervioso.

Su primera hija, comenzaba a transitar otra vida.

Sorprendió a todos con su atuendo original.

Una rosa, igual a las de las mesas sostenía el costado de su cabellera azabache.

Casi todas las adolescentes, eligen para festejar los quince años, atuendo de colores claros, donde predomina el blanco o tonos pastel.

Quiso ser diferente a sus compañeras de colegio y amigas, sorprendiéndolas, con un vestido diferente.

El padre es un empresario náutico, muy conocido en la zona.

Días después aparecerían en el diario local, detalles del festejo con las correspondientes fotografías.

Se trata de uno de los festejos más lindos, por los que puede pasar una joven de quince años.

Parra la fecha elegí, frases y citas de reconocidos autores quienes refieren a las velas encendidas.

Las dejo en nuestro lugar de encuentro, para que puedas acceder a su contenido.

 

“«Mira cómo una sola vela puede desafiar y definir la oscuridad».

 Anna Frank.

 

«Miles de velas se pueden encender desde una sola vela. La felicidad nunca disminuye al ser compartida».

 Buda Gautama.

 

 «Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad».

 Eleanor Roosevelt.

 

 «Un millón de velas se han quemado. Aún así he leído. (Montresor)».

 Edgar Allan Poe.

 

 «Así como una vela no puede arder sin fuego, los hombres no pueden vivir sin una vida espiritual». Buda Gautama.

 

 «Una vela no pierde nada cuando enciende otra vela».

Thomas Jefferson.

 

«Hay dos formas de difundir la luz: ser la vela o el espejo que la refleja».

Edith Wharton.

 

«Por la noche una vela es más brillante que el sol».

 Anónimo.

 

«Hay una vela en tu corazón, lista para ser encendida. Hay un vacío en tu alma, listo para ser llenado. Lo sientes, ¿verdad?»

 Rumi.

 

«Si usted tiene conocimiento, deje que otros enciendan sus velas en él».

 Margaret Fuller.

 

«¡Cada pequeña vela es un gran caballero que lucha contra la oscuridad! ¡Cada vez que te sientas diminuto, recuerda estas valientes velas!».

 Mehmet Murat Ildan.

 

 «Para ver la luz de una vela uno debe llevarlo a un lugar oscuro».

 Ursula K. Le Guin.

 

 «Como una vela en el viento, sin saber a quién aferrarse hasta que la lluvia lo puso».

Elton John.

 

«Todo el mundo es una vela, cierto. Pero no todo el mundo está encendido».

 Harbhajan Singh

 

Si Thomás Edison

hubiera ido a la escuela de negocios, todos estaríamos leyendo con velas más  gra de

». Mark McCormack.

 

 «No estamos aquí para maldecir la oscuridad, sino para encender la vela que puede guiarnos a través de esa oscuridad hacia un futuro seguro y cuerdo». 

John F. Kennedy.

 

 «La luna se ve maravillosa en esta cálida luz de la noche, al igual que una llama de vela se ve hermosa a la luz de la mañana». 

Marilynne Robinson.

 

«Dios, por favor ayúdanos a recordar que toda la oscuridad del mundo no puede sofocar la luz de una pequeña vela. Ayúdanos a seguir encendiendo nuestras pequeñas velas hasta que una poderosa antorcha de justicia barre nuestra nación y el mundo». 

Marian Wright Edelman.

 

«¡Hasta dónde llega esa pequeña vela sus rayos! Así que brilla una buena escritura en un mundo travieso». 

William Shakespeare.

 

 

Tesoro de mi vida, te amo y extraño de una manera difícil de describir.

Eternamente serás parte de mi vida.

Recuerda debes pasar nuevamente por mis sueños.

Preciso entregarte todos los besos, que guardo para vos.

¡Impide marchiten!

Te pido ayuda para poder estrecharte en un abrazo, cálido e interminable.

Mis manos vacías, reclaman, reinicia las caricias interrumpidas por el destino.

Resulta complejo, comprendan que por ahora es una misión imposible.

Pese a ello exigen sus derechos.

Ha llegado el tiempo de acompañarte en el regreso a tu cielo, con la intención de dar comienzo, a la construcción de mi refugio definitivo, cerca de la estrella donde se halla tu hábitat.

No es mi deseo seguir ocupando suelo terrenal.

He decidido, acompañarte en el viaje de regreso.

Es complicado seguir viviendo en suelo terrenal, sin tenerte.

Mi espacio está junto a vos.

¿Cuándo vendrás en  mi búsqueda?

Estoy preparada para partir.

He cumplido con todas las misiones encomendadas.

Escapa a mi entendimiento, por qué si estábamos juntos, no nos llevaron a los dos.

¿Por qué nadie responde a mis dilemas?

¿Para qué me mantienen cautiva en la tierra?

Interrogante realizado a diario.

¿Por qué como respuesta solo recibo un silencio atroz?

Ignoran no puedo seguir sin tenerte.

Solo pueden comprenderme, quienes hayan pasado por instancias similares a la mía.

No existe nada capaz de morigerar el dolor.

Hijo de mi vida, sustentado en el amor más puro, que has generado en mi ser, he de reiterar una vez más mi pedido cotidiano, por favor nunca olvides cuanto te quiere,

Mamá.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=N48JSa_wlOM