Buenos días hijo querido,
Te saludo en una mañana fría y soleada.
Anoche dieron una fiesta en una casa cercana a mi refugio.
Es una propiedad que tiene un árbol en el fondo de la misma,
con una forma exótica.
Las amigas de la dueña realizaron la despedida de soltera,
de la dueña.
Una mujer joven y esbelta como lo muestra la imagen, elegida
para este contacto.
La corteza del árbol brillaba como las estrellas.
Allí, habían colocado lámparas diminutas en el suelo con el
objetivo de concretar ese efecto.
Ella estaba enfundada, en un vestido amarillo idéntico a los destellos del sol.
En un instante la llevaron a un columpio con las sogas
sostenidas, en aquel.
Pese al frío reinante, tomé una foto en el momento que
estaba hamacándose en el columpio.
Momento mágico capturado con mi móvil con el propósito de compartirlo con vos.
Otra vida comenzaría para la joven con su futuro esposo en
otro país para forjar un futuro mejor.
La hermana de la protagonista, rápidamente le acercó un
abrigo, decidiendo ingresar a la casa,
donde la fiesta continuó, respetando las normas de descanso impuestas por el
municipio del distrito.
Con esa visión tan etérea, intenté conciliar el sueño,
pensándote.
Evocando todos los momentos compartidos con vos.
Tu ausencia es notoria.
Pese a los intentos no logro soñarte como quisiera.
El despertar se convierte en un martirio, pues no escucho tu
voz llamándome como antes.
Nada es igual sin tu presencia adorada.
Hacés falta aquí.
Mi mayor anhelo, es el reencuentro con el ser de luz más
amado.
Tu hermano de la vida llamó muy temprano.
En su espacio colocó sentidas palabras, demostrando, el
cariño inmenso que tiene hacia vos.
Verdadero amigo fiel.
Estaba por comenzar sus clases virtuales, en la Universidad
de Buenos Aires, donde dicta Derecho Penal.
Fiel a su estilo, dejó en sus redes, palabras sentidas,
dedicadas a vos.
Para la fecha elegí, frases y citas de autores reconocidos
refiriéndose a los columpios.
Las dejo en nuestro lugar de encuentro cotidiano, con el
objetivo, puedas acceder a su contenido.
“Nunca está demás una buena dosis de autoestima y no esperar
alicientes del vecino. Parafraseando y para no ser tan vulgar, es decir, en
buen lenguaje coloquial del llano venezolano. "Quien no tiene quien lo
meza, saca de la hamaca una extremidad y por cuenta propia se mece"“
— Hermes Antonio Varillas Labrador
Vio en los párpados del marido el destello de una lágrima, y
un temblor le subió de las entrañas. Esta vez no era la muerte sino la
certidumbre ineludible de lo que tarde o temprano tenía que suceder. No se
equivocó. El marqués se levantó de la hamaca con sus últimas fuerzas, se
derrumbó frente a ella y se soltó en un llanto áspero de viejo inservible.
Bernarda capituló por el fuego de las lágrimas de hombre que se escurrieron por
sus ingles a través de la seda. Confesó, con todo lo que odiaba a Sierva María,
que era un alivio saber que estaba viva. 'Siempre he entendido todo, menos la
muerte', dijo.“
— Gabriel García
Márquez
„El mejor destino que hay es el de supervisor de nubes,
acostado en una hamaca mirando y al cielo.“
— José Luis Rodríguez Zapatero
„La "fiaca" en el dialecto genovés expresa esto:
"Desgarro físico originado por la falta de alimentación momentánea".
Deseo de no hacer nada. Languidez. Sopor. Ganas de acostarse en una hamaca
paraguaya durante un siglo. Deseos de dormir como los durmientes de Efeso
durante ciento y pico de años“
— Roberto Arlt
„Mandándome en sueños a mi abuelo, quien me daba bofetones
toda la noche y me despertaba con golpes. ¡Y pensar que mi profesión preferida
es la de observador de plátanos! —¿Cómo se hace? —Se escoge un plátano, se pone
debajo de una hamaca y se observa. Se hacen observaciones interesantísimas. A
propósito, me llamo Segundo.“
— Gianni Rodari
Ella tuvo que hacer un esfuerzo sobrenatural para no morirse
cuando una potencia ciclónica asombrosamente regulada la levantó por la cintura
y la despojó de su intimidad con tres zarpazos, y la descuartizó como a un
pajarito. Alcanzó a dar gracias a Dios por haber nacido, antes de perder la
conciencia en el placer inconcebible de aquel dolor insoportable, chapaleando
en el pantano humeante de la hamaca que absorbió como un papel secante la
explosión de su sangre. Tres“
— Gabriel García
Márquez
Tesoro de mi vida, te amo y extraño, de una forma difícil de
describir con palabras novedosas.
¿Cuándo aparecerás nuevamente por mis sueños?
Es la única oportunidad que poseo para entregarte todos los
besos, que tengo acumulados para vos.
Esperan llegar a destino con rapidez.
Solicito tu ayuda, para cristalizar mi utopía más
importante, estrecharte en un abrazo eterno, aquí o en el Universo.
Inevitablemente mis manos exigen reiniciar las caricias,
suspendidas por el tiempo.
Hijito lindo, en el viaje de regreso, quiero ser tu
compañera.
Ha llegado el momento de construir mi refugio definitivo
entre las estrellas donde se encuentra tu hábitat.
No es mi deseo seguir habitando suelo terrenal.
Resulta tóxico.
Es muy complejo seguir viviendo en un espacio, donde no se
desea permanecer.
Mi lugar está junto a vos.
¿Cuándo vendrás en mi búsqueda?
He cumplido con todas las misiones encomendadas.
Escapa a mi entendimiento, por qué sigo cautiva en la
tierra.
¿Es delito amar a un hijo?
¿Cuándo responderán a mis disquisiciones?
Solo como respuesta el silencio.
¿Qué hice mal?
¿Qué faltó hacer?
¿Ustedes, entes a los que no les conozco el rostro, poseen
la potestad de condenar sin fundamentos?
Hijo de mi vida, sufro tu ausencia, no puedo aceptar no
tenerte.
Como es habitual en estas conexiones, en las que te percibo
a mi lado, he de reiterar mi pedido de siempre, por favor nunca olvides cuanto
te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=iYi526FkcL4
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