ÁNGELES

En el municipio preparan la inauguración del primer cementerio parque.
Han sido invitados los adalides de los pueblos cercanos.
La ceremonia contará con el conocido corte de cintas.
La reportera del diario de la ciudad acude en compañía de su hija pequeña, una niña rubia muy parecida a los ángeles que estamos acostumbrados a ver en imágenes.
Marilú como todas las nenas de su edad es curiosa, alguna vez stando en una ciudad lejana acompañó a su madre en sus actividades.
Asombrada miraba los monumentos, no entendía demasiado.
Solo recordaba a la maestra de catequesis, ante la vista del Ser Supremo todos somos iguales.
Su mamá la prepara para el evento.
Elige un vestidito de color turquesa, igual a los ojos de la niña.
Hebillitas con flores conpletarán el auendo.
Promete a su mamá acompañarla en silencio.
Todos elogian a la nena tan bien portada.
Ha permanecido callada mientras cortaron las cintas, acompañó a todos los integrantes de la comitiva sin pronunciar una palabra.
No entiende por qué su madre fotagrafía el cesped, es todo igual la única diferencia la marcan las placas apoyadas en el pasto recién cortado.
La pequeña no sabe de letras, solo las nota diferentes.
A mitad de camino se aleja de su mamá.
El ángel de mármol tiene las alas desplegadas, pareciera que quisiera recibir a todos.
Nota una sombra.
Una pequeña desviación en la mirada la obliga a usar anteojos.
Son coquetos, recuerda haberlos elegido junto a su madre.
Busca en el bolsito de cuero rojo, idénticos a sus zapatitos el estuche que contiene los lentes.
Con la manito corre un rulo travieso y dorado como el sol que intenta ocultar su visión.
Práctica como todos los niños lo enroscará con una mecha de su cabello.
Inocente le pregunta al ángel.
¿Está solo?
¿No te aburres?
¿Por qué a tus pies todos dejan coloridas y perfumadas flores?
¿Estás cansado?
¿Quién es la señora vestida de negro?
¿Es tu amiga?
No es fea, solo rara.
El ängel le pide calma, de otra manera no podrá contestar las preguntas.
Si no te tranquilizas nada podré responderte.
No estoy solo, otros ángeles me acompañan.
No tengo tiempo de dejar entrar al aburrimiento, a mi vienen las almas que no tienen consuelo.
Espera pequeña inquieta, no me preguntes nada más.
Espera a que responda cada una de tus preguntas.
Las flores me las dejan aquellos que aún creen en la vida eterna.
No estoy cansado.
La señora vestida de negro no es mala, es una continuación de la vida terrena.
No es rara, solo tus ojitos inocentes, del mismo color del cielo la ven así.
Voy a ser breve.
Tu eres una niña, no obstante mereces mi respuesta.
Esta señora que me acompaña es una sombra.
No siempre viste de negro.
A veces llega en el momento preciso para que el ser humano no padezca sufrimientos.
Vé a jugar tranquila.
No tengas miedo.
Las placas de mármol recuerdan a todos los que han partido.
Niña vive tus sueños.
Siempre estaré cerca tuyo, aún cuando no me veas.
Hasta el día de hoy nadie ha sido capaz de adelantar las agujas que marcan el tiempo.

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