SOLITARIO AMOR

Estoy pálida por el sufrimiento.
En la perfumería adquiero maquillaje, tengo que encontrar la forma de disimular el ángulo afilado de mis pómulos,opto por sombras oscuras, quiero que la mirada sea profunda.
Observo las novedades, objetos recién llegados de los lugares más lejanos del planeta, elijo un espejo, es original, mango de noble madera, con inscrustaciones de pequeñas piedras.
Apuro el paso, Matilde la dueña de la pensión me ayudará a maquillarme.
Rojo pasión vestirá con una sedosa película mis labios.
Sueño con los besos que no he dado, con aquellos que brindé casi sin respuesta.
El vestido negro ofrece dos imágenes, recatado en el frente, sensual desnuda la esplada.
Tacos altísimos y un pequeño bolso bordado completarán el atuendo.
Esta noche terminaré con mi soledad.
En el pueblo después de la procesión habrá festejos en las calles.
La música cambia, ahora se escucha esa que puede levantar el espíritu o aletargarlo para siempre.
El tapado oculta mi vestido provocativo.
Nadie debe mirar el profundo escote , no ahora.
No deseo ser señalada por el sacerdote que pronunciará la oración principal.
Nadie debe conocer nuestra historia de amor.
Será un secreto que guardaremos hasta que el destino decida lo contrario.
Pasada la medianoche, cuando las estrellas alumbren el cielo comenzará nuestra historia de amor.
Iremos a un pueblo cercano, caminata nocturna.
Un destello de luna será nuestra guía.
Grillos cantando en armonía, luciérnagas iluminado las matas de flores.
En el camino cortará algunas, dos ajustarán mi talle, otra suavemente la prenderás de mi pelo.
Casi no hablamos, siento en mis hombros el calor de tus manos, preludio de caricias intensas.
Respiras tibio en mi cuello.
No deseo abrazarte, no ahora.
La habitación es pequeña, una jarra de agua fresca calmará este amor sediento.
Charlamos nuestra historia de vida.
Te muestras inflexible.
Me pides que cambie, no es necesario, te he dado todo, recibí migajas.
No dejarás los hábitos, lo tengo claro.
Busco mi bolso, en el fondo está la cortapluma que me regalaste.
Camino por los pasillos de la cárcel, el llanto ha borrado los restos de maquillaje.
El espejo me devuelve una imagen desgarradora, el labial se ha corrido, parezco un triste payaso.
Utilizo el lápiz negro para dibujar las lágrimas que no tengo.

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