OTOÑO EN MADRID

Abril es diseñadora, dos veces al año viaja a Europa con el propósito de asistir a los desfiles de moda que se llevan a cabo en el Viejo Continente.
Esta vez la convocatoria es en Madrid.
En la maleta llevará ropa informal y de noche.
Cargará las filmadoras y cámaras fotograficas, no quiere perder detalles.
Al regreso los adecuará al gusto de las argentinas.
Revisa su agenda en la computadora antes de emprender un vuelo a los sueños.
Una semana es poco tiempo para visitar los lugares más conocidos.
Han pasado varios años desde su última visita, por inconvenientes propios de la vida de una mujer inquieta en muchas ocasiones envió a sus asistentes.
Mientras espera abordar el pájaro de alas plateadas que cruzará la inmensidad del océano no se aparta del celular.
Manuel le ha reservado el hotel, es un hombre culto, poco importa la edad que tiene.
En el último llamado le comenta que ha preparado varias sorpresas fuera de agenda.
Abril es ansiosa, quiere saber todo, ahora ,si es preciso antes que los episodios ocurran.
Manuel suelta su risa al viento, no dirá absolutamente nada, las sorpresas perderían su esencia.
El comandante avisa a los pasajeros que en media hora arribarán al aeropuerto internacional de Barajas.
Desiste del maquillaje, ocultará el cansancio detrás de unas modernas gafas.
Terminados los trámites en migraciones, Abril corre, necesita abrazar a ese hombre que siempre la ha cuidado.
El auto los espera.
El hotel elegido tiene una vista inmejorable, desde la coqueta habitación observa los jardines del palacio que habitan los reyes.
Un jardinero recoge las hojas color ocre, no desea que nada oculte la belleza de los cuidados canteros.
Por la noche cenará con Manuel en el restó del hotel.
Brindarán por el reencuentro
Afuera la luna permite que sus destellos sean opacados por nubes traviesas.
El clima es benigno en esta temporada, solo la brisa se atreve a jugar con los cabellos de la turista.
Mañana a primera hora volverán a visitar el Museo del Prado.
Se conmueve con las obras de artistas famosos, han cambiado la iluminación, no es agresiva, suavemente iluminan las pinturas.
Resaltan la belleza propia de cada una.
Mañana cuando el sol se esconda y el cielo se vista de púrpuras y rosados, la cita será en la famosa Plaza Cibeles.
El espejo le devuelve una imagen especial.
El atuendo negro con un hombro descubierto la favorece.
La redondez de sus curvas permite adivinar las otras.
Modelos lánguidas como pájaros recorren la pasarela.
Todas las texturas envuelven cuerpos deseados.
El desfile ha sido un éxito.
Abril se entrega al descanso, el mismo es interrumpido por una llamada.
Manuel que en la voz tiene melodías propias le dice que irán a visitar el Parlamento
A la hora convenida se encuentran, para la ocasión eligió un traje sencillo.
Los legisladores ocupan su lugar en semicírculo,
Esos hombres de traje oscuro creen ser los dueños del mundo.
Ilusos que digitan la paz o las guerras.
Abril necesita descansar, desiste compartir una cena con su amigo.
Manuel es sabio, sabe esperar.
En dos días la diseñadora debe regresar a su patria.
Vanos son los intentos por retenerla.
La despedida sera en un típico tablado.
El guitarrista ameniza la velada.
Una lágrima recorre el rostro de la diseñadora, la emoción la embarga.
Manuel toma las manos de Abril para contenerla.
La música la ha traslado con el pensamiento.
Revuelo en el aeropuerto.
Los viajes al sur están suspendidos por causas climáticas.
Esta historia tiene un final abierto, los protagonistas de la misma se acompañan, dejan que el tiempo fluya sin apresurarlo, asomarán las tentaciones propias de los seres humanos.
Mientras ellos se aman apasionadamente, en los aeropuertos esperan.

http://www.youtube.com/watch?v=4HagtsfaRz8