PESADILLAS

A medida que se acerca la temporada estival la luz del día se alarga, las noches son más cortas.
Celeste acostumbrada a vivir desde hace años en ese lugar tan lejano ha cambiado los cortinados, a los habituales que cubrían los amplios ventanales agregó otros de texturas más espesas , tramas apretadas impiden pasar la luz, de esa manera compensarán las horas de sueño sin la interrupción de claridad.
Despide a los niños, los verá entrada la tarde, cuando finalicen las actividades diarias.
Rápidamente ordena la casa.
Sonríe al levantar los muñecos de peluche que están en el piso, cada uno tiene el perfume de los chicos.
Enciende la computadora, contestará algunos correos, otros directamente irán a la papelera, sabe de donde provienen, nada en el mundo podrá hacerle cambiar el humor.
Antes de realizar las compras hará una caminata por la playa.
Disfrutará las imágenes de los pasajeros, apurados bajan de los cruceros que los traen de lugares remotos a conocer un sitio donde la naturaleza decidió instalar casi toda la belleza.
Saluda a la azafata, es la quinta vez que visita la provincia más austral del mundo, en ese instante está ayudando a un pasajero con dificultades ambulatorias.
Un escalofrío recorre su espalda cuando cruzan miradas.
Se aleja.
Hoy la rutina la llevará hasta el faro.
Erguido cuerpo de metal alguna vez guió barcos y navíos en noches oscuras.
Eslabones negros conforma la cadena que protege el predio.
La curiosidad la lleva a observar una vez más las placas que recuerdan a los que han partido.
El bronce los inmortaliza.
En una de ellas una foto recuerda a un marino.
Queda paralizada, es la imagen del hombre que bajaba con dificultad la rampa del crucero.
El estado de confusión requiere terminar la rutina.
La tarde es bella.
El sol en el ocaso se despide con un guiño, curiosamente las gaviotas permanecen sobre la arena, no puede adivinar qué esperan esas aves de singular belleza.
No comenta el episodio vivido en el puerto.
Reparte besos y abrazos con sus amores.
Música suave acompaña la cena en familia.
Acompaña a sus hijos, estaré con ellos contándole cuentos hasta que concilien el sueño.
El hombre de su vida la espera, se aman como si fuera la primera vez.
El cansancio los vence.
Celeste disipa las sombras matutinas, es feliz, agradece a la vida ese día soñado.
Tardará en dormirse, está inquieta.
Marcos la abraza.
El sueño de Celeste es profundo.
Las pesadillas la acosan.
El rostro del marinero se multiplica cientos de veces, persigue, amedrenta, asusta, hostiga.
Con el bastón que utiliza para sostenerse la amenaza.
Está aterrorizada, el llanto la despierta, necesita un vaso de agua.
Camina a oscuras, siente opresión en el cuello, grita, nadie podrá escucharla.
El faro será el único testigo de la temprana desaparición de Celeste.

http://www.youtube.com/watch?v=jwRGEHKK0Ns