Tuesday, October 18, 2011

TAÑIDO DE CAMPANAS




El anciano de este relato vivió en la Edad Media.
La edad no era impedimento para sumarse a las distintas luchas por la libertad que se llevaban a cabo en ciertas regiones de Europa.
Vivía con su familia en la campiña francesa, lugar que había sido dotado por la naturaleza de una belleza infinita.
La vivienda era como casi todas, frentes blancos, techos de lo que hoy conocemos como tejuelas, de color rojo.
Parque interminables donde se podían encontrar variedad de flores y plantas.
Hierbas frescas que el mejor gourmet de hoy utliza en la prepación de platos exquisitos.
Jacques tuvo la suerte de conformar una familia con muchos herederos.
La percusión se extendía por toda la comarca.
Ágil montaba su caballo, para la ocasión lucía sus mejores ropas, un pantalón de mezclilla terminaba dentro de lustradas botas de cuero negro, la casaca negra pemitía adivinar que en su juventud había sido un hombre atlético.
La barba prolijamente recortada amalgamaba plateados y negros.
Amaba a su mujer, con ella habían formado una hermosa familia.
Ello no era impedimento para admirar a las féminas, graciosas con sus polleras negras, apenas dejaban a la vista las puntillas de las enaguas, fajas rojas contenían cinturas cinceladas, blusas blancas como al descuido dejaban un hombro semidescubierto, curvas redondeadas.
El resto lo otorgaba la imaginación y instinto de los hombres..
Había participado de muchas fiestas, el vino y las mujeres menguaban la salud del caballero.
Hombre de sentires y sentimientos a flor de piel jamás lo doblegarían los años.
Igor llegó a la campiña, en su lejana patria era campanero.
La amistad nació de los momentos compartidos.
Se contaban historias y leyendas.
Asiduamente visitaba el taller de su amigo, fundía a altas temperaturas bronce, para luego transformarlo en campanas.
Aprendió mucho ayudando al extranjero, era como un hermano al que se vuelve a ver después de mucho tiempo.
Impedido de heredarle a sus hijas mujeres los conocimientos adquiridos, escribía cada experiencia en un cuaderno de tapas de cuero noble, quienes lo precedieran en el camino, tal vez, solo tal vez lo leyeran.
Han pasado cientos de años.
Marcia visita un remate de objetos antiguos.
La adrenalina que producen esos eventos la lleva a invertir mucho dinero, algo le dice que ese cuaderno con tapas de cuero debe ser suyo.
Invertirá mucho tiempo, robará horas al sueño para traducir esa joya que tiene sus manos.
Cuando finaliza lee la firma, un escalofrío y emoción apresan el cuerpo de la muchacha.
Ese original fue escrito por un antepasado lejano en el tiempo, ahora entiende la atracción que ejercen las campanas en ella.
Viajera insaciable conoció muchas, se estremeció cuando supo que en París solo podían tañir las campanas de Notre Dame en Navidad.
Recuerda que en la iglesia a cielo abierto del bosque presidida por un cristo de madera no hay una campana.
Sin ella nadie se enterará de las convocatorias.
Contrata a un orfebre.
En la superficie dorada se grabarán significativos emblemas, representarán a cada integrante de la comunidad, todos iguales, sin diferencias de razas o etnias.
El orfebre invita a Marcia, debe colocar un signo o señal.
Solo escribirá una letra , es la que identifica a su maestro de la vida.
Badajo perfecto logra insólitas melodías en esa campana especial.
En el primer tañido los pájaros curiosos salen de sus nidos.
El aroma a flores inunda el espacio.
Marcia espera que a su maestro le llegue el mensaje, aún cuando sabe que vive en otras latitudes.

http://www.youtube.com/watch?v=GGJz9eKj1…

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