Buenos días
mi cielo.
Te saludo en
una mañana agradable.
Como sos una
parte de mi ser, la más importante, pese al empeño de mantenerme en estos
lares, estaba buscando enclaves donde la mente pueda descansar de tanto caudal
de información que surge a cada instante.
Trato de
balancear la misma, intercalando música para no entrar en el terreno del
pánico, cuando se escuchan a los falsos profetas de este país.
Hoy se nota
la imprevisión, más que en otras
situaciones conflictivas.
Está en
juego la salud.
Un camino
delicado por el que deben transitar los conocedores del tema.
No es tiempo
de discursos preelectorales.
Las
urgencias son otras.
Es el
momento propicio para viajar con la imaginación a paisajes soñados.
Selecciono
estar entre montañas.
He llegado
en un atardecer a cualquier ciudad del orbe.
Posterior a
los trámites en el aeropuerto, un auto me llevará al lugar que por no sé cuánto
tiempo, ha de convertirse en mi refugio.
El paisaje
es perfecto. Entre montañas de piedra gris, no muy elevadas, está el complejo
de casas en alquiler.
La piedra
gris de aquellas hace juego con los celajes
oscuros, propios de la hora que de manera rápida quieren huir con el fin
de dar paso al encendido de las estrellas.
La luna en
su fase creciente pareciera hamacarse en ese columpio, amarrado a las nubes
exigiendo se vatan, para ella poder mostrar su
plateada brillantez.
En la
inmobiliaria le entregaron al chofer, un mapa
para encontrar el espacio que habitaré los próximos días.
Senderos
serpenteantes, transitados por expertos.
Las
viviendas sin casi todas iguales.
Techo a dos
aguas ç, para ser utilizados por la nieve como un tobogán en temporada
invernal.
He arribado
en el inicio de la primavera.
En ese
sitio las flores abundan por doquier,
Un farol con
la luz encendida, pese a la claridad, será quien indique, allí permaneceré
buscándote, con la intención de cristalizar mi sueño de darte un beso como
antes.
Ni dudo la
inspiración surgirá ante semejante maravilla natural.
Sería
alcanzar el éter con las manos si pudieras estar aquí,
No pretendo
que sea durante mi breve estadía, sino
unas horas para poder entablar una conversación recordando las maravillas del
ayer que se fue de manera tan injusta como repentina.
Apago la luz
del faro de entrada.
Preciso
encontrarme en soledad, con el objetivo de evaluar si tiene sentido seguir
acompañado de tu ausencia fatal
Hace unos
días hablaba por, radio un reconocido estudioso de la mente.
En un
momento hiso referencias, a las etapas de los duelos.
Según su
criterio primero se admite, el hijo está
muerto, la aceptación llegará en alguna ocasión.
Sin dejar de
reconocer su sabiduría e impronta para tratar temas tan delicados, no acuerdo
con sus conclusiones.
¿Por qué, una madre debe admitir que su hijo está
muerto?
El caballero
en cuestión, ni ha tenido descendencia.
Es muy fácil
adornar las palabras para decir que una mamá, debe admitir la muerte de su
hijo.
La tragedia
no admite negación de allí a admitirla y luego aceptarla, existen años luz,
separando ese tipo de opiniones.
Ni dudo de
su sapiencia.
Es posible,
la generalidad acepte un hecho tan terrible.
Es probable
sea la excepción a su razonamiento científico.
No tengo
dudas que otras madres sigan sus teorías,
En mi caso
particular no puedo, debe ser porque además de hijo, es mi mejor amigo.
Sagaz, en
silencio con solo observar el comportamiento de otros, podía diagnosticar. Ante
quien o quienes circunstancialmente nos encontrábamos.
Un don,
quizás una virtud, nunca se equivocó respecto a los demás.
Es posible
que al ser tan luminoso tuviera ese virtuosismo sin que ello lo convirtiera en
alguien interplanetario.
Mis palabras
están alejadas del fanatismo.
Aseveran lo mismo que yo, aquellos que lo conocieron
de verdad.
Para seguir
aprendiendo de vos necesito nos reencontremos.
Entre
montañas o en el panorama elegido por vos.
Importa
estar a tu lado.
Lo demás
carece de relevancia.
Disfruto
viajar con la imaginación.
Siempre está
presente la posibilidad de encontrarte.
Es demasiado
el tiempo que ha pasado.
En cualquier
lugar siempre tu ausencia es notable.
¿Por qué
insisten con la teoría sin sentido de mantenerme en suelo terrenal?
No es mi
lugar.
Sufro al
pensar en dónde está mi hijo.
¿Cómo siente
la falta de afectos?
No soy
egoísta, cito a todos los que tuvieron la oportunidad de conocerlo.
Te extraño hijo.
Nos estamos
acercando inexorablemente a los seis años de tu partida.
Olvidaste
enseñarme a vivir sin vos.
En ese viaje
fugaz, te imaginé junto a mí, practicando deportes, para luego volver y fundirnos en un abrazo fraterno.
Te amo hijo,
por ello siempre te pido, no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=BerAHL7le10
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