Buenos días
mi cielo.
Por fin ha
llegado el otoño.
Han
aparecido alfombras doradas y ocres, crujiendo bajo nuestras
pisadas.
En los
jardines comenzaron a florecer las primeras flores otoñales.
Matas de
pensamientos violetas y amarillos son un placer para la vista.
Regresando
de mi caminataa, pude observar, tu mirada, en mi alma.
Sentí alivio,
después de una tarde convulsionada como la de ayer.
Entiendo que
nada de lo sucedido te sorprendió.
Sin embargo
no puedo acostumbrarme a esos episodios distanciados de la ética y buenas
costumbres.
Afortunadamente,
un genio en informática, siempre tiende
su mano y conocimientos sin importar, si se trata de un día no laborable.
Todo se
solucionó, gracias a él.
Situación
propicia para lograr un descanso como hace mucho tiempo no tenía.
En el centro
de una flor de pensamiento tengo la certeza de haber visto tu mirada.
Como siempre
la guaro en mi alma.
Añoro tu
presencia querida.
Percibo
desde donde estás, podés ver los sucesos
de suelo terrenal.
¡Cuánto
habrán visto tus ojos!
Testigo de
episodios agradables y otros que es mejor olvidar.
Lo único
inolvidable de mi existencia sos vos.
Tu mirada
como un vigía, mantiene intacta tu curiosidad.
Alegrándote
al escuchar el murmullo de los ríos, capaces de seducir las rocas, con ese sonido tan particular,
enamorarlas hasta que ellas le permitan horadar superficies pétreas.
Trabajo
constante,
Solo se
logra con tiempo, tesón y templanza.
Idénticas a
las virtudes que adornan tu ser.
En esa
soledad a la que nos han condenado, no poseo tanto espacio como vos.
Desde tu
hábitat, podés admirar todas las bellezas del suelo terrenal.
En mi caso
opacadas por la ingratitud de ciertos entes no merecedores de denominarlos,
terrenales y menos humanos.
¿Cuál será
la ganancia de las reacciones destructivas?
¿Por qué no
se puede atribuir ningún color a sus esencias?
Transparente
es la tuya.
Blanca la de
los niños.
Rosada la de
aquello que no han perdido la capacidad de soñar.
Grises, corresponden,
a los humanos atravesados por la tragedia.
¿Qué tonaldad
recibirán ellos?
Solo viene a
mi memoria un adjetivo y es opacidad.
Ayer
mientras perfeccionaban el funcionamiento de la PC, el ingeniero en sistemas
que lo hace no podía dar crédito a la catarata de preguntas que muchas veces
formulo en estas conexiones únicas e irrepetibles.
Interrogo a
un ser de luz.
¿Dónde
adquiriste templanza y seguridad?
Solo los
elegidos tienen capacidad para razonar con tranquilidad, sin arrebatos que los
lleven a cometer el mínimo error.
Es la forma
para describirte.
No hay otra
cuando la luminosidad encandila.
¿Podrías
ayudarme a comprender la insensatez?
¿Es posible?
Si no te
tuviera a vos no tendría a quien preguntar.
Solo con
calma y sabiduría supiste morigerar mis
estallidos ante la injusticia.
Con tu
partida quedó mucho para aprender.
¿Será
factible hacerlo si algún día nos
volvemos a ver?
¿Cómo seguir
arrastrando la pesada mochila de tu ausencia?
¿No
comprender mis deseos de darte un beso?
¿Por qué se
niega algo tan básico?
No es de mi
agrado permanecer en suelo hostil.
¿Soy
monotemática?
Está a la
vista.
No pretendo
esconder mi dolor, tampoco exhibirlo, para que tengan piedad.
Este
adjetivo no es sinónimo de comprensión.
No da
dividendos, ignorar al otro.
En tu caso
no lo hiciste con nadie.
Tampoco, con
quienes te trataban de manera peyorativa.
¿Cómo hacías
para seguir tratándolos, casi con afecto?
Es
inteligencia emocional.
Aún, hoy
cuando no puedo visualizarte, evoco los
momentos de mis arrebatos, donde mostrabas la capacidad de escuchar.
Nunca
derramaste combustible sobre el fuego.
Tratabas con
éxito de morigerar los enojos producidos por la injusticia, otorgándolo valor
solo a quien es merecedor de esa
distinción.
Tu ausencia
temprana, me dejó a la deriva en medio de la tempestad.
Por ello en
cada detalle busco tu mirada en mi alma.
Nadie enseña,
a una madre a vivir con un hijo sin
vida.
Es una
materia pendiente que ninguno está habilitado para dictar.
Consejos y
palabras vacías de contenido, sobran.
¿Por qué esa
costumbre de hablar sin poder sostener con argumentos las palabras?
Mantengo
intacta la utopía de verte en mis sueños.
¿Podrá ser?
¿A qué se
debe la tardanza en tus apariciones?
Hace un par
de días le contaba a una amiga, los fines de semana son más tortuosos que otros
días.
Si bien no
estabas a mi lado de manera constante en algún momento aparecías con una
sonrisa y un abrazo.
Ahora pasan
las horas y la realidad indica nunca vendrás.
Estadío
imposible de modificar.
Quien tiene
que dar el paso para estar juntos nuevamente, soy yo.
No entiendo
el motivo de tantas dilaciones.
Estuve al
borde de partir y tu mano logró rescatarme.
Querido hijo
no soporto más estar en suelo terreno.
Ocupo
espacio que dejaron de corresponderme hace casi seis años.
Dejemos todo
fluya.
Necesito
imperiosamente irme de la tierra, hacia donde estás.
Otra será la
historia en el caso de no encontrarte.
Te amo
siempre un poco más.
No es
posible finalizar este contacto, sin pedirte, no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=EXQ1v00mqu8
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