Buenos días
tesoro de mi alma.
Siguen los
días de estío.
Sigo con mi
costumbre de caminar.
La ruta
establecida no ofrece demasiadas variantes.
En
atardeceres tan cálidos, salgo del ostracismo para dirigirme a la zona costera.
El
crepúsculo dura el instante que utiliza el viento para desnudar, los brazos de
los árboles.
Algunos
tienen el cuerpo cansado.
Están
inclinados sobre la costa, con el propósito de refrescar sus memorias.
¿Cuándo
comiencen los días destemplados volverán a erguir sus copas?
Tal vez al
sentir el despojo propiciado por Eolo mostrando su esencia, muestren sus ramas
vacías de colores ocres y dorados propios de este otoño tan templado que
estamos atravesando.
En los
senderos crujen bajo nuestras pisadas aquellas, entregadas a la brisa
insaciable.
Entre brumas
aparece redonda la luna, iluminando el paisaje triste.
Luna otoñal,
el exceso de humedad ha formado bancos
de niebla con el objetivo de opacar tu brillantez.
No te
preocupes te ves hermosa como cada noche donde nos acompañás.
Un poco más
triste.
Quizás estés
acompañando el estado de ánimo que me mantiene atrapada desde hace tanto
tiempo.
No se detuvo
un segundo.
Ni ha
perdido la capacidad de sumar melancolía
a esta soledad, instalada en mi ser
desde el instante que otros tomaron decisiones equivocadas, sabiendo el dolor
que traerían.
Tal cual el
árbol vestido de otoño rindiendo homenaje a la luna, honraré tu memoria el
resto de mi existencia, la que espero no se extienda demasiado.
No es mi deseo seguir adelante.
Conocí la
felicidad cuando estaba a tu lado.
El horror se
la llevó.
No pregunté
hacia dónde, espero reencontrarte pronto, su de verdad existen en otros planos.
Quiero
llegar para conocerlos.
Cuando
enciendo la computadora y veo la foto que tengo como fondo de pantalla no puedo
creer que ese muchacho de mirada profunda e inquisidora, haya dejado suelo
terreno dejando enseñanzas para quienes supieron tomarlas y reacciones
confluctivas en los seres presos de la cofusión.
Sere abarca
a los dos géneros terrenales, jamás utilizaré el lenguaje inclusivo, cada día
se escucha más en los medios de comunicación.
Deberían
multarlos por insultar el intelecto de quien los ve.
Obligarlos a
oírse más de una vez para que sientan como el televidente y oyente que mal cae
que otro parecido no sepa hablar.
No es que no
sepan al intentar congraciarse con quien
incita y hasta obliga a sus funcionarios a expresarse de esa manera tan
cofusa.
Dias pasados
un periodista deportivo refiriéndose a una concejal, agregó una letra “a”.
Si supieran
el rechazo que causan hablarían como corresponde.
La
inclusión, precisamente no está en esos detalles sino, en tratar a todos los ciudadanos de igual
manera para incluirlos en la sociedad como manda la Constitución Nacional.
Pueden distraer
con las letras a los que no piensan y
aplauden como si fueran robots.
¿Por qué tienen miedo de señalar errores?
¿Por qué
obligan o creen lo hacen a expresarse de una manera alejada de la normalidad?
¿Dónde han
sepultado sus derechos?
No hay que
temer al opresor.
Un personaje
de historieta “Mafalda” obra de un escritor argentino fallecido le hacía decir
a su personaje
“Ignorar es
lo mismo que matar sin ensuciarse las manos”.
Se extraña
la creatividad de un grande como el autor rosarino Fontanarosa.
No le tenía
miedo a las letras, las utilizaba a todas con sabiduría.
Debe estar
caminado al atardecer por la costa rosarina, observando un árbol encorvado por
el peso de sus hojas.
Como quien
escribe esperará el brillo de la cara redonda de la luna, apenas opacado por
ese manto de niebla.
Así como el
viento es dueño del sepulcro de las hojas en otoño, desearía, desde la profundidad de mis convicciones en su
pasos a veces violento me lleve a mí.
Quiero estar
cerca de mi hijo para poder darle un beso.
Acariciarlo.
Sumergirme
en la profundidad de su mirada.
Navegar por
su mente.
Preguntarle
¿Hijo en qué lugar de tu corazón estoy?
¿Por qué no
puedo encontrarme con vos?
¿Está mal
decirte cuanto te amo?
¿Qué
invalida mi reclamo cuando te recuerdo, has olvidado enseñarme a vivir sin tenerte?
¿Cuál fue el
delito cometido para recibir la peor de las condenas?
¿Hasta
cuándo estaré cautiva en esta prisión, enrejada por el dolor?
Te busco en
las sombras oscuras de la luna otoñal.
No tengo
apuro por regresar a mi refugio.
¿Podrías
sorprenderme, apareciendo en mis sueños?
Te amo siempre,
por ello siempre he de pedirte no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=l0muGDjpO84
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