Tuesday, April 06, 2021

LUNA OTOÑAL



Buenos días tesoro de mi alma.

Siguen los días de estío.

Sigo con mi costumbre de caminar.

La ruta establecida no ofrece demasiadas variantes.

En atardeceres tan cálidos, salgo del ostracismo para dirigirme a la zona costera.

El crepúsculo dura el instante que utiliza el viento para desnudar, los brazos de los árboles.

Algunos tienen el cuerpo cansado.

Están inclinados sobre la costa, con el propósito de refrescar sus memorias.

¿Cuándo comiencen los días   destemplados volverán a erguir sus copas?

Tal vez al sentir el despojo propiciado por Eolo mostrando su esencia, muestren sus ramas vacías de colores ocres y dorados propios de este otoño tan templado que estamos atravesando.

En los senderos crujen bajo nuestras pisadas aquellas, entregadas a la brisa insaciable.

Entre brumas aparece redonda la luna, iluminando el paisaje triste.

Luna otoñal, el exceso de humedad ha formado  bancos de niebla con el objetivo de opacar tu brillantez.

No te preocupes te ves hermosa como cada noche donde nos acompañás.

Un poco más triste.

Quizás estés acompañando el estado de ánimo que me mantiene atrapada desde hace tanto tiempo.

No se detuvo un segundo.

Ni ha perdido la capacidad  de sumar melancolía a esta soledad,  instalada en mi ser desde el instante que otros tomaron decisiones equivocadas, sabiendo el dolor que traerían.

Tal cual el árbol vestido de otoño rindiendo homenaje a la luna, honraré tu memoria el resto de mi existencia, la que espero no se extienda demasiado.

No  es mi deseo seguir adelante.

Conocí la felicidad cuando estaba a tu lado.

El horror se la llevó.

No pregunté hacia dónde, espero reencontrarte pronto, su de verdad existen en otros planos.

Quiero llegar para conocerlos.

Cuando enciendo la computadora y veo la foto que tengo como fondo de pantalla no puedo creer que ese muchacho de mirada profunda e inquisidora, haya dejado suelo terreno dejando enseñanzas para quienes supieron tomarlas y reacciones confluctivas en los seres presos de la cofusión.

Sere abarca a los dos géneros terrenales, jamás utilizaré el lenguaje inclusivo, cada día se escucha más en los medios de comunicación.

Deberían multarlos por insultar el intelecto de quien los ve.

Obligarlos a oírse más de una vez para que sientan como el televidente y oyente que mal cae que otro parecido no sepa hablar.

No es que no sepan al intentar congraciarse con quien  incita y hasta obliga a sus funcionarios a expresarse de esa manera tan cofusa.

Dias pasados un periodista deportivo refiriéndose a una concejal,  agregó una letra “a”.

Si supieran el rechazo que causan hablarían como corresponde.

La inclusión, precisamente no está en esos detalles sino,  en tratar a todos los ciudadanos de igual manera para incluirlos en la sociedad como manda la Constitución Nacional.

Pueden distraer  con las letras a los que no piensan y aplauden como si fueran robots.

¿Por qué  tienen miedo de señalar errores?

¿Por qué obligan o creen lo hacen a expresarse de una manera alejada de la normalidad?

¿Dónde han sepultado sus derechos?

No hay que temer al opresor.

Un personaje de historieta “Mafalda” obra de un escritor argentino fallecido le hacía decir a su personaje

“Ignorar es lo mismo que matar sin ensuciarse las manos”.

Se extraña la creatividad de un grande como el autor rosarino Fontanarosa.

No le tenía miedo a las letras, las utilizaba a todas con sabiduría.

Debe estar caminado al atardecer por la costa rosarina, observando un árbol encorvado por el peso de sus hojas.

Como quien escribe esperará el brillo de la cara redonda de la luna, apenas opacado por ese manto de niebla.

Así como el viento es dueño del sepulcro de las hojas en otoño, desearía, desde  la profundidad de mis convicciones en su pasos a veces violento me lleve a mí.

Quiero estar cerca de mi hijo para poder darle un beso.

Acariciarlo.

Sumergirme en la profundidad de su mirada.

Navegar por su mente.

Preguntarle ¿Hijo en qué lugar de tu corazón estoy?

¿Por qué no puedo encontrarme con vos?

¿Está mal decirte cuanto te amo?

¿Qué invalida mi reclamo cuando te recuerdo, has olvidado enseñarme  a vivir sin tenerte?

¿Cuál fue el delito cometido para recibir la peor de las condenas?

¿Hasta cuándo estaré cautiva en esta prisión, enrejada por el dolor?

Te busco en las sombras oscuras de la luna otoñal.

No tengo apuro por regresar a mi refugio.

¿Podrías sorprenderme, apareciendo en mis sueños?

Te amo siempre, por ello siempre he de pedirte no olvides cuanto te quiere mamá.

 

https://www.youtube.com/watch?v=l0muGDjpO84

 

 




 

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