Hola mi
vida, como siempre establecemos estas conexiones mágicas que nos unen un poco
más.
Así lo
siento.
Mi anhelo
sería estuvieras compartiendo a mi lado para darte un beso cada mañana y no
chocar con el mismo paisaje solitario que tanto dolor provoca a mi alma.
Sufro
pensando estás solo.
Siempre has
sido muy sociable.
Rodeado de
amigos que te han querido y de personas a las que gustaba escucharte pues en vos hallaban el
interlocutor perfecto.
Un ser
solidario que no escatimaba esfuerzos a la hora de ayudar a quien lo precisara.
Espero
reconozcas la imagen.
Es el puerto
de Buenos Aires-
Exactamente
donde los buques de gran porte proceden a cargar y descargar sueños para
transportar.
La brisa se
ha convertido en viento arrancando las flores rosadas de la arboleda de la
plaza.
Algunas han
formado una alfombra.
Otras caen
por la época otoñal.
Confundidas
por la oscuridad se han encendido los
faroles que iluminan la plaza porteña.
En ese banco
estuve un rato, esperándote.
Sabía nunca llegarías, como tampoco lo hacés en mis
sueños.
Las
circunstancias, tan tristes como adversas no impedirán imagine un encuentro con
vos, con el propósito de manifestarte, todo mi amor.
Aún, cuando
no pueda visualizarte, intuyo, es correspondido de una manera especial.
Esperanzas
no tengo. Han quedado en el sendero solitario transitado a través de tantos
años de caminar en soledad.
Estado
aterrador en el que jamás pensé vivir.
Sin embargo
pasó.
La
muerte acostumbrada, a territorios tan oscuros como siniestros te
eligió.
Precisaba un
ser de luz como vos.
Nada
importaba quien quedaría para llorarte siempre.
La
impotencia ante la desidia desparramada con impunidad, también convoca, ese llanto nacido en las hilachas del alma.
Existo solo cuando puedo dar una mano.
Expresar una
idea.
Nada más, el
resto es de tu conocimiento.
Entiendo
podés ver las acciones desde el enclave donde estás.
Nunca pido
nada a cambio cuando de favores se trata.
Se hacen o
no.
¿Llegaste a
ver las letras a las que hago referencia?
Las eliminé.
Eran un virus
para la computadora.
Dejó
aprendizaje.
Los
creyentes dirán serán juzgados por la justicia divina.
Tampoco
espero pidan disculpas por los exabruptos.
Si como la
tejedora de sueños quisiera hilar de manera delgada, no tengo dudas, llegaría a
quienes te ofendieron y te fuiste de la vida sin decir quiénes eran.
Presumo es
porque carece de importancia.
Es más que
probable una vez más te asista la razón.
¿Qué haría
si pudiera identificarlos?
Nada.
Si
preservaste su identidad no soy quien para enmendar los errores cometidos hacia
vos.
El daño fue
proferido.
Es difícil
digerirlo.
¿Has notado
el aumento espantoso del número de casos?
Ayer
conversando con una amiga le decía que las comparaciones son odiosas.
En ocasiones
precisas no pueden evitarse.
No suelo realizar
estadísticas.
El espanto
no me permite obviar que un año de pandemia imprevisible se llevó más vidas que
seis años de la peor época de la
historia de nuestro país.
Son vidas
que se han perdido por falta de previsión.
Países
cercanos tienen vacunas para el año próximo.
Por
cuestiones geopolíticas, aquí no se contrató a todos los laboratorios
existentes.
La
enfermedad carece de ideología.
Solo espero
que cada fallecido les duela en la memoria.
Se
desmembraron familias.
Demasiadas
victimas cargarán quienes haciendo uso de cierto poder se
adelantaron para recibir la vacuna que no les correspondía por edad.
Es penosa la
realidad.
En silencio
no se puede cambiar.
Evitaré
pensar en voz alta para no dañarte.
A veces,
reacciono ante la inequidad que no debería existir.
No puedo ser
mansa ante la desigualdad.
No es mi
esencia.
Querido hijo
te amo y extraño.
No puedo
evitar el llanto cuando te evoco.
Todas las
fragilidades aparecen con la ausencia no pensada.
Te pido como
siempre, no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=LOhzf5Dvoac
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