AROMA DE JAZMINES

La naturaleza tantas veces vulnerada ha respondido sin piedad.
El agua arrasó con toda su fuerza trayendo destrucción.
A su paso sumergió almas y bienes materiales.
Le cuesta incorporarse, no solo le duele el alma sino el espíritu.
En los lugares que había risas y vida, hoy existe llanto y muerte.
Está sola.
Desgarrará su vestido azul como el cielo con el propósito de cubrir las lastimaduras más.
graves.
Sobre la arena quedan las marcas de sus pisadas.
El mar ahora tranquilo lánguidamente muere en la playa.
La tempestad la encontró junto al hombre que más amó en su vida en el refugio de siempre.
Rocas horadadas por el líquido formaron el escondite que utilizaba con su amor.
El fuego de los sentimientos que se profesaban, encendía las frialdad de las piedras.
Aturdida lo busca, solo encuentra una campera de lana negra.
Gritos de angustia mueren en su garganta.
Cielo límpido,solitario.
Ninguna de las gaviotas que tanto los deleitaban lo surcan.
Mira el horizonte, ignora si es parte del universo o el horizonte es el límite de la vida.
La playa está sucia.
Utilizará la madera que encuentra como bastón, podrá apoyarse mientras el corazón cabalga en el cuerpo lacerado.
Sabe por el color que ese listón colorido corresponde al barco de un pescador que no ha llegado a destino por la furia del viento.
No tiene más lágrimas.
Caminará hasta el sitio donde se erigía su casa.
Sencilla como todas las que estaban a orillas de la costanera.
Solo encuentra escombros.
Dolorida busca espacios que ahora no conoce.
Sus ojos son dos cuencos secos, ha llorado demasiado.
Sorteará con dificultad cada piedra.
Aquello que alguna vez fue una hamaca que supo contener el amor sín límites que se prodigaban, hoy es una tabla, sostenida por los eslabones de una cadena de hierro negro.
Siente dolor en las extremidades, dolor que trasunta el alma.
La tragedia natural solo ha respetado la planta de jazmín.
Primavera solitaria.
Los primeros capullos blancos asoman prendidos de las ramas.
Suave fragancia la transporta a otros tiempos.
Épocas donde las caricias se multiplicaban.
Besos que llamaban a otros con fuego enamorado.
No tiene fuerzas para comenzar de nuevo.
El silencio ocupa tristemente todos los espacios.
Vestida de negro aparece la muerte, no le teme.
Mansa se entregará a su designio.
El aroma de jazmines logrará elevarla hacia lo más alto del universo.
Ascenderá los peldaños de cristal que tiene la escalera que lleva al cielo.
Sonreirá como antes, cientos de flores conforman las barandas.
Allá en lo alto, el hombre que más amó en su vida la recibirá con un abrazo eterno.


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