LA CALLE DEL POETA

La televisión emite las imágenes de la ceremonia.
Una calle de la gran ciudad tendrá nuevo nombre.
Adolfo Bioy Casares, artista de las letras reconocido por algunos, casi en el olvido de otros.
Afuera el viento sureño azota con fuerza, logra que el frío se sienta aún más.
Crepúsculo matizado de colores púrpuras y morados.
Algunos turistas están ubicados sobre la pasarela, frente al Glaciar Perito Moreno.
Mole de hielo que ha robado los colores del cielo.
El lago Argentino, manso se lleva las placas heladas que se precipitan al agua.
Los aplausos agradecen los desprendimientos.
Ella ha tenido la oportunidad de presenciar dos rompimientos del gigante.
El estruendo antes de caer es fabuloso e inolvidable.
Nunca ha estado ante la presencia de Dios.
Imagina el paisaje imponente cual si estuviera en las puertas del cielo.
La televisión muestra a una escritora, rinde tributo a un grande de la literatura.
Acerca el micrófono para que todos los asistentes escuchen las palabras que le dedica al Señor de las Letras.
Aquí puede sonreír al ver a quienes están presenciando un espectáculo natural.
A los asistentes no les importa el rugido de ese otro gigante.
Es demasiado bello como para describirlo con palabras.
Vuelve a la transmisión televisiva.
Alguien se acordó de perpetuar en la memoria de los seguidores del poeta promoviendo que una calle de Buenos Aires lleve su nombre.
Merecido homenaje al escritor.
Cierra los ojos, deja volar la imaginación.
La memoria le trae las letras de Bioy, así le gustaba que lo llamaran.
Se estremece otra vez, idénticas sensaciones a aquellas que le produjeran la lectura de los libros del autor.
En forma poética describe el amor.
Tal vez en sus novelas haya relatado momentos vividos con la mujer elegida.
Silvina Ocampo otra gran artista que tiene su lugar en el universo de los escritores.
Apasionado, insinua en su obra la dosis justa de erotismo, jamás ha llegado a la vulgaridad de relatar sensaciones.
A la protagonista de este cuento le hubiera gustado por un instante regresar en el tiempo.
Conocer personalmente a Bioy, nutrirse de su sabiduría.
Ingresar por un momento en el alma de ese ser diferente, interpretar a las musas de un gran literario .
Entiende que solo podrá hacerlo a través de los sueños.
El cameraman muestra a los asistentes, están abrigados, sabe que ayer en la gran ciudad, Febo fue el principal actor.
Grises cielos en el momento de descubrir la placa recordatoria.
Bioy tiene una calle que lo inmortalizará más allá del tiempo.
¿Presagios de lluvia?
Tal vez.
¿Asomará una lágrima furtiva?
Es una posibilidad.
No importa en qué lugar del planeta se encuentre, el merecido homenaje al escritor que leyó en otros años, ése que la hizo vibrar con sus novelas de amor, despierta sentimientos que estaban dormidos.
Las risas de los hijos la traen a la realidad.
Sabe que esa estrella que se destaca en la oscuridad, se ha encendido para homenajear a un grande de la literatura.

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