Wednesday, December 28, 2016

INEXORABLE EL TIEMPO NO SE DETIENE





Anoche no podía conciliar el sueño quería esperar despierta el momento de tu partida, un día como hoy de hace diez y seis meses.
Realicé ejercicios respiratorios que ayudan a relajarse, no surtieron ningún efecto.
No me atraía escuchar radio o encender el televisor.
Los ventanales de la casa permanecían abierto ello me permitía buscarte como siempre en las titilantes estrellas de un manto azul oscuro como siempre está el cielo cuando la luna esta oculta.
Hurgué en la biblioteca hasta encontrar uno de los últimos cuatro libros que me regalaste.
Sentí placer al encontrar uno que tiene un título profético “Quien cuidará de mí”.
Saçes que en la actualidad no me resulta fácil leer como antes sin embargo pude acceder a las primeras hojas.
Era una forma de rendirle tributo a tu memoria adorada.
No puedo explicar si tuve un sueño o alucinación.
Pese a estar en verano el viento congeló la sala de lectura.
Temblaba como una hoja a punto de desprenderse de la rama que la sostenía.
Encendí el hogar, los leños comenzaron a crepitar, lenguas de fuego indicaban que había cumplido mi cometido.
Volví a mi sillón favorito para proseguir leyendo.
En un momento que no puedo precisar cual fue apoyé sobre mi falda el libro.
Creí escuchar tu voz llamándome.
Fui a tu cuarto aparentemente estabas durmiendo en tu cama, La temperatura era ideal no necesitaba bajar los cristales del ventanal.
Volví a mirarte, estabas boca arriba como siempre.
Tus ojos se abrieron por un instante, esa miraada tan profunda como bella que quienes te conocieron jamás podrán olvidar.
Me incliné a darte un beso semejante al que recibiste aquel fatídico veintiocho de agosto.
Intenté retomar la lectura pensando que todo estaba bien como siempre, como antes.
No sé en que momento sentí que el sueño me vencía, apoyé el libro sobre mi falda, no tenía fuerzas para dejarlo en la mesa auxiliar.
No tuve miedo al oír una risa maléfica, nada me asusta hoy.
No puedo precisar si estuve en brazos de Morfeo o en las filosas garras de las alucinaciones.
Gotas de transpiración corrían por mi rostro entre mezcladas con las lágrimas del recuerdo constante.
Cuando creí despertar todo estaba e su sitio, el hogar con los leños apagados.
Sobre mis piernas en lugar del libro que me regalaste solo encontré un puñado de cenizas.
Regresé a tu cuarto para ver si estabas bien.
La cama estaba intacta, tenida diferente a lo que suelo hacer yo que no me agrada ver ningún pliegue ni en las sábanas ni en el cubrecama.
Sobre el extremo derecho de la almohada donde pensé en ese estado de sopor había una mancha oscura, pude comprobar que eran muy parecidas a las cenizas de un cigarrillo.
No sé como ocurrió, esas cenizas tomaron vida, cuando llegaron al ventanal etéreas como las alas de los pájaros desaparecieron de mi vista.
No he perdido la cordura en manos de las alucinaciones.
Claramente escuché que antes de desvanecerse tu coz decía “ yo también te quiero má”
Los sueños se sabe como comienzan pero nunca como terminan o qué camino elegirán.
Sabés que fue muy duro para mí tener que cumplir con tu voluntad.
Entregué un cuerpo inerte, bello como nunca, días después recibí una caja de noble madera conteniendo tus cenizas, las que me acompañaron durante treinta y nueve días.
Felicito a los tanató logos que en algunos casos como el tuyo al cofre le colocan doble cerradura, presumo que eso sucede solamente con los hijos de las madres que sienten que comienzan a morir un poco cada día cuando un hijo se va.
Personalmente nunca se me hubiera ocurrido abrir esa urna.
No tenía sentido, el horro había pasado sin pedir permiso.
Mientras estuviste en casa conversaba con vos a sabiendas que no recibiría respuesta alguna.
Me atormentaba tu soledad, no la mía.
Llevo tiempo que comprendiera que te fuiste para estar en un lugar donde el sufrimiento físico no existe.
Mientras viva jamás aceptaré que te has ido por la sencilla razón que vivís dentro de las profundidades de mi ser.
Sanan las cicatrices que se producen por cualquier lastimadura, no hay remedio para las que yacen en el alma de una madre que siente impotencia ante la ignorancia de no saber si dio todo por su hijo amado.
Quisiera que el tiempo se detenga en el ayer.
Es imposible impávido continúa su marcha indolente sin registrar que el dolor es profundo y por más que siga sin detenerse un segundo no tiene la potestad de borrar los recuerdos, los buenos y aquellos que surgieron de manera inesperada.
No es mi deseo compartir tu ausencia, no es tiempo.
El duelo del ser a quien se le dio vida necesita como las brevas madurar.
No tengo como prioridad el espacio que insuma,
El dolor me enseñó a esperar.
No necesito determinar plazos.
Ocurrirá cuando deba ser o no.
Sabés que te quiero hasta la eternidad que temporalmente nos separa por eso no dudo en pedirte una y otra vez que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=OcICh_6rNfg

No comments: