Te saludo mi
alma en un a mañana extraña.
Desperté con
una espesa capaz de ocultar los rayos dorados del sol.
Pocas veces
la bruma es tan espesa.
Como
desesperante para quien desea con fervor mirar las imágenes de un cielo
diáfano, quien permite ingresar al mundo de las entelequias, buscándote en un
espacio donde, la certidumbre me dice no
estás.
Preciso para
encontrarte para darte un beso.
En una de
las plantas del jardín, tardía se había posado una crisálida, distinta a las conocidas.
De su frágil
estructura sostenida en el tallo de una flor, salían diferentes antenas.
En las
puntas de cada una de ellas, gotas de
rocío le otorgaban un aspecto utópico.
Pequeñas
esferas cristalinas, permitiendo volara mi imaginación.
Poco duró el
encanto.
Al salir
Helios las gotas desaparecieron.
Pronto el
cielo comenzaría a llorar en complicidad
con las lágrimas que a diario derramo por vos.
No las puedo
controlar.
Los
recuerdos compartidos pasan a ser nuevas heridas en el corazón.
Desearía
estar a tu lado para no regresar, nunca más a suelo terrenal.
¿Cuánto más
tiempo deberé esperar para llegar a tu lado?
El dolor de
la ausencia invalida vivir.
¿Para qué?
Mis
preguntas nunca son respondidas.
Caen al vacío
de los sentimientos de los entes maléfico que te llevaron tan lejos.
¿Por qué no
nos eligieron a los dos?
La falta de
un hijo torna incomprensible cada día.
No es grato
seguir en suelo hostil.
¿Cómo estás?
¿Por qué no
aparecés en mis sueños?
Miles de
veces lo recuerda la ausencia.
Una maquinaria
infernal que deseo detenga su marcha, rápidamente.
Para ninguna
madre configura un premio tener un hijo muerto.
No soy nada
sin vos.
Entre
imágenes y entelequias se han perdido
las ganas de seguir.
¿Por qué tu
insistencia para que siga viviendo donde no quiero estar?
No solo
duele el silencio propio de la ausencia, acompaña ese sentir la indiferencia no
disimulada de quienes no esperás nada más.
Es un
martirio chocar de frente con la realidad.
Quisiera
contarte vivencias no convocantes de tu
tristeza.
No puedo
disfrazar la realidad.
He chocado
varias veces con la misma piedra sin saber
el motivo de la reincidencia.
Todo se derrumbó
con tu partida prematura.
¿Qué me
falto hacer para que siguieras acá?
¿Qué hice
mal para recibir la peor de las condenas?
Uno de tus
hermanos del alma me dice soy, in ser resiliente.
Algo tal vez posible pero no buscado.
Apareció,
tengo la certeza que fue con tu ayuda para sobrevivir tanto tiempo.
Quiero por
fin termine esta drama de estar sin
desearlo.
Cronos no
puede detenerme por más tiempo.
Conoce como
yo, deseo compartir tu hábitat.
La vida es un
viaje, sabemos cuando llega el final,
Ignoramos el
momento tan esperado por mí.
Cuando los
tiempos se exceden se nota más que no es tan real ese dicho “Vivir vale la
pena”
No para
quien le falta la mayoría de su esencia.
No para
quien carece de motivos para continuar.
¿Por qué no
puedo cambiar los designios del destino que no elegí?
Vivir sin
proyectos pues nada te atrae, resulta un
sin sentido.
No tengo
proyectos.
Si los
tuviera tampoco los concretaría dado que no estás para compartir cada día.
No existe
peor castigo que cumplir una condena injusta.
Nos tuvimos
hasta tu final.
Ni en los sueños
disparatados pensé podía ocurrir, semejante dislate.
Nadie
escucha mis ruegos desesperados.
Te amo
hijito querido, por ello te pido, nuca olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=bZDHYL930Ak&t=1s
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