Buenos días
ser de luz.
Como siempre
he de compartirte un sueño a uno delos sitios más bellos del orbe.
La isla de
Japón.
Ahora están
atravesando lis primeros días de primavera.
Cascadas de
cerezos en flor pueblan sus calles u jardines.
En los
sueños puede suceder.
Estábamos en
Tokio en otoño.
Los colores
rojizosy ocres atraían nuestra atención por la belleza de sus árboles.
Nos
alojaríamos , en un complejo de pagodas, lindero con un canal de agua
cristalina donde la variedad de peces, asombran por su colorido.
Para cruzar
a la otra margen del curso de agua,
utilizaríamos, un puente de hierro
pintado de color rojo pasión.
Del otro
lado de ese puente estaban los negocios tanto para adquirir mercaderías o bien hacer uso de los
diferentes restó.
Pudimos encontrar
comida del lugar y otros con cocina internacional.
Ambos
requeridos por los turistas visitantes, de un espacio encantador.
En un país
ordenado nada queda librado al azar.
Las hojas de
otoño, caen naturalmente como en cualquier sitio del mundo.
La diferencia
aparece pues las rescatan del agua, utilizando herramientas para tal fin.
El propósito
es mantener impecable, el lugar.
Pocos centros turísticos conservan la limpieza
extrema.
Así caiga una
lluvia de hojas rojizas. Siempre habrá un trabajador quitando todo aquello
capaz de afear el paisaje.
En todos los
órdenes de la vida son así.
Cuando nos
visitaron los atletas de ese país, para los juegos olímpicos celebrados en la Ciudad de Buenos
Aires, pese a que había personal suficiente para asear los vestuarios,
terminada la participación en los diversos juegos, dejaban los vestuarios como
si nadie hubiese ingresado a ellos.
Así es la
pulcritud del pueblo japonés.
No ocurrió
lo mismo con participantes de otros países.
Esos
detalles fueron señalados, por todos los
periodistas que cubrían los eventos.
En su
territorio también son celosos guardianes del orden y aseo.
No le quitan
tiempo a la diversión, es parte de ella
ordenar.
Una sociedad
funcionando como un mecanismo de relojería.
Recuerdo
nuestras charlas.
Sé te
hubiera gustado sumergirte, en el agua clara.
Ser como los
peces, nadando alegremente, tal si fueras integrante del cardumen.
Días de
gozo, no volverán pies la muerte interrumpió nuestros sueños.
Desperté con
el sonido de notificación del celular.
Imposible
conciliar el sueño nuevamente.
Invierto el
tiempo en recordar cada jornada compartida.
Escucharte
decir en forma solemne “Buenos días madre” siempre ha sido el mejor premio, consagrado con tus risas y un abrazo.
Responder a
tus caricias o al apoyar tus manos sobre las mías en señal de amor filial, convocaba
todas las emociones.
Extraño esas
mañanas.
Depositar un
beso en tu mejilla.
Tiempos que
se han ido a la eternidad.
¿Dónde está
situado ese lugar?
Allí debería
estar para acompañarte.
Conocer
nuevamente la palabra felicidad.
Compartir
como antes nuestros proyectos.
Como su
fuera un castillo de naipes el viento se los llevó. Si estuvieras aquí, podrías
auxiliarme.
Te cuento
brevemente, estaba escribiendo y de pronto desapareció la barra de
herramientas.
Como siempre
molesté al Ingeniero en sistemas que atiende la computadora para que me salvara
del trance.
Sin querer
toqué una flechita imperceptible, hasta que otro ser de luz areció u dejó todo en orden, para que pudiera
continuar este enlace maravilloso que tenemos a diario.
Para colmo
hoy es feriado nacional en nuestro país.
Su esposa,
odontóloga, también es un ser alado.
Por lo
molesta que soy siempre digo me colocará una dentadura, hoy elegí un neumático.
Las otras
que existieron alguna vez serán motivo de otro contacto.
No puedo
pedir asilo en Japón, pues no puedo llevarte conmigo como antes.
Quedé en
estado de conmoción.
Tengo por
costumbre publicar en mi espacio estas conexiones que nos acercan un poco más.
Para llegar
a la perfección debería poder darte uno de los tantos besos aletargados que
tengo guardados para vos.
Soy
reiterativa al decirte cuanto te extraño.
No encuentro
otros sinónimos para contarte de mi amor
inconmensurable.
Nadie me
enseñó a vivir sin vos.
Circunstancias
que jamás he de superar.
No se puede
convertir a un hijo en un recuero.
Menos asumir
está muerto.
Nunca pensé
podía pasar.
Quienes
traemos vida a la vida no pensamos en despedirlos.
Por ley natural,
vos deberías haber despedido a tu mamá.
Algo falló
en esta ecuación.
Te amo inmensamente.
Un
sentimiento agigantado que ignoro si llega a vos.
Mi querido
como siempre he de pedirte, no olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=SOm_TEsLkG0
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