PARA EL REENCUENTRO

Buenos días tesoro de mi existencia. Por una dificultad con su automóvil no vendrán a buscar la CPU hasta el viernes por la mañana. Ello permitirá continuemos con nuestros enlaces maravillosos. Tendría que escribir de noche para que no aparezcan esos visitantes pidiendo imposibles a los que no accederé. La documentación personal es propiedad de cada terrenal y a nadie debe interesarle el número de mis tarjetas. Es molesto estar escribiendo sabiendo aparecerán en cualquier instante, alertas para distraer mi atención o llevarse parte de los textos que solo son de nuestra incumbencia. Nuestro reencuentro por esta vía será celebrado como cada uno de los que mantenemos en otras circunstancias. Para ello conociendo no te gusta el alcohol igual que a mí, seleccioné dos copas, por el color nadie más que nosotros conocerá el contenido. Sera un líquido preparado con sentimientos. Solo puedo anticiparte, algunos ingredientes, una gran dosis de amor, mezclada con los besos postergados que espera la libertad para llegar a su dueño como corresponde. El resto es una sorpresa. Deseo la conozcas cuando comiences a beberla. Solo puedo adelantarte tiene el saber de un agua, saborizada que no permitían bebieras durante la internación. Solo podías, beber agua. En la mañana previa a tu viaje autorizaron bebieras la faseaisa que te gustaba. Ambos nos dimos cuenta que ese permiso era el preludio de la muerte. Pese al padecimiento, solicitabas al personal de enfermería, fueran ellos quienes me dieran la noticia. La primera en alcanzarte el líquido elemento fue tu prima. Tis ojos se iluminaron en medio de la tristeza. Un puñal imaginario atravesó mi alma, sabiendo que esos permisos, son otorgados a los moribundos. El horror se materializaría en menos de doce horas. Esa misma tarde la cobardía de las autoridades decidió trasladarte a una habitación al final del pasillo. Con idénticas comodidades pero alejada del resto, cercana, demasiado a una doble puerta que lleva a un pasillo por mi desconocido. El color de tu piel era como un trozo de mármol. En un instante donde me pediste saliera pues te revisarían quienes te habían martirizado encontré a un trabajador de limpieza, a quien le pregunté hacia donde se dirigía ese ascensor. Imaginaba el lugar, constatar que precisamente llevaba a la morgue fue un desastre. Recibí tu energía para seguir con una sonrisa tatuada mientras el corazón desgarrado lloraba en silencio. Al salir los médicos pidieron no me alejara de tu lado por ninguna circunstancia. ¡Cínicos! ¿Cómo se atrevían a realuzar semejante pedido? Les contesté con la mirada que no pudieron sostener. Habían comprendido el mensaje. Sentada siempre al lado de tu cama, te sostenía la mano. Como era invierno podía mentir en la hora. Querías ocupara la cama del acompañante, para que pudiera descansar. Repetía la respuesta diciendo era temprano. Perdón por las mentiras hijito querido. Estabas transitando las últimas horas de tu vida, pensando en tu mamá. ¡Cuánta generosidad hijo mío! Pensabas en mi bienestar ante la proximidad de tu muerte. El momento crucial llegaría pasadas, las veintidós horas cuando solicitaste llamara a un médico pues sentías un dolor profundo. Sin dejar de confortarte, sostenía tu mano. A medianoche llegaría un grupo de médicos venían a examinarte. Una profesional pidió saliera un instante, exigí no te hicieran sufrir. Estaban suministrándote dosis de morfina, hasta que comenzaron los calmantes. No te preocupes. Siento atisbos de paz al relatar esos momentos de terror. Cuando entraste en un sueño profundo, intentabas flexionar tus piernas. Imposible la muerte había comenzado su cruel mandato. Querido estoy dispuesta para transitar todos los caminos. Un manto de coloridos celajes será mi guía. Solo llevo dos copas para el reencuentro. Te llevo agua saborizada, con sentimientos. Te amo desmesuradamente. No tengo control de mis sentires, tampoco lo busco. La mejor caminata de la vida será llegar a tu lado y así estar juntos para siempre, conversando. Sera el reencuentro soñado a lo largo de este tiempo. Nos necesitamos. Seguramente derramaremos lágrimas de felicidad por habernos reencontrado. Utilizaremos todas las horas de la eternidad para conversar hasta que estemos cansados. Eso no ocurrirá jamás. Son más de cinco años y medio de silencio. Falta de abrazos contenedores. Miradas de ensueño. Nunca se apagará la luz de tus ojos. La razón es sencilla, no estar físicamente no es sinónimo de ausencia en esta realidad que sin tu apoyo, sería desesperante. Tenés la capacidad de mitigar el llanto nacido en el alma. Sos mi vida. Esperá mi llegada. El amor se fortalece cada día, por ello siempre te pido nunca olvides cuanto te quiere mamá. https://www.youtube.com/watch?v=84HkMkHdROQ