Buenos
días mi alma.
Antes que comenzaran
las nuevas restricciones sanitarias, ayer conocí una biblioteca, ubicada en un
distrito cercano a éste.
No se parece
a ninguna de las otras que tuve la suerte de conocer.
Desde la
famosa Biblioteca Nacional, (versión original) hasta las que están situadas en
los barrios.
Las que
causaron más impacto fueron las de dos diarios, diría los más importantes del
país.
Concurría en
compañía de compañeras de la
universidad.
Esas dos son
imponentes.
No solo por
la cantidad y variedad de textos que contiene sino por la edificación del siglo
XVII.
Jamás
ingresé a la Biblioteca Nacional, ( versión
nueva) pues se ha politizado.
Los
ejemplares que allí están pueden ser leídos por todos, carecen de ideología.
El espacio
por mi visitado funciona en la planta baja de la vivienda habitada por una
mujer.
Es notable,
el acceso al entre piso.
Se accede
mediante una escalera de madera barnizada.
En el
comienzo de la misma han crecido hiedras.
En lugar de
abrazarse a la pared, forman un rulo alto, en los laterales de los
peldaños.
Hoy por la
estación que estamos atravesando, las hojas han mutado a los tonos de la época,
convirtiendo al lugar en una biblioteca otoñal.
La dueña de casa
cumple funciones de bibliotecaria.
Nadie mejor
que ella para cuidar cada texto y los mismos sean devueltos en tiempo y forma.
Produce
violencia observar libros maltratados.
Hace un par
de años vi muchos amontonados en un volquete, como si fueran material de
construcción sobrante.
¿Quién
cometió semejante delirio, no llegó a pensar esos textos podrían haber sido
utilizados por chicos que no tienen acceso a ellos?
¿En qué
lugar engendran la barbarie?
¿Acaso
quieren una legión de ciudadanos legos?
¿Es más
fácil manipularlos?
Espanto y
desconocimiento, van de la mano.
Penoso.
Mi primera
utopía es darte un beso.
Poseo otras
que deseo compartir con vos y mis
lectores.
No permitan
nadie manipule a sus hijos, sobrinos o familiares que quieren.
No es
saludable para nadie.
Inculquen a
los chicos el placer de la lectura, dosificando el uso de celulares o tabletas
que los alejan del mundo real.
No solo
sabrán expresarse cuando prosigan sus estudios sino que tendrán elementos para
rebatir cualquiera de los desafíos a los que nos somete la vida.
No permitan
sus hijos o integrantes de cada familia sean manipulados por interés.
Al hijo que
no tengo ni tendré nunca más, traté de inculcarle valores o transferirles los
propios recibidos de mis padres.
En la
brevedad de su vida siempre fue libre.
Quienes lo
conocieron más allá del cariño o simpatía que inspiraba me cuentan anécdotas
que no conocía.
Jamás se me
hubiera ocurrido invadirlo.
Nuestras
charlas con discusiones propias de seres humanos, ocurrían.
Nunca lo
endiosé.
Tiene su
propia luminosidad.
No precisaba
su mamá le señalara el camino a seguir.
Los hijos no
son de nuestra absoluta propiedad.
Cuando
tienen cierta edad nos convertimos en vigías para marcarles un error,
Nunca para
manipularlos.
Eso no está
en ningún libro de biblioteca otoñal.
Es el instinto
maternal que desea tengan un futuro promisorio.
Hijo querido,
a vos se te negó esa posibilidad.
Te llevaron
quien sabe adónde sin preguntarte nada.
Aquí quedé
yo, navegando en el mar de los dilemas.
Nunca debió
ocurrir.
El
razonamiento, indica era yo quien debía
partir, señalándote el camino para ser transitado luego de transcurridos muchos
años.
Temprano le
contaba a una amiga, el significado de estos enlaces.
Nunca abracé,
credo, o religión pues mis padres
quisieron tuviera libertad de elegir.
Necesito establecer estos contactos como si fuera
aguapara el sediento transitando el desierto.
Nosotros
tuvimos la oportunidad de conocer uno de los mñas grandes del mudo.
Atacama,
está en la República de Chile.
Llegamos con
el guía turístico hasta donde se puede ingresar.
Un cactus
con na flor en su cabeza nos saludó por única vez.
El desierto
es impresionante por la superficie de arena dorada, sol abrasador, noches
heladas y soledad capaz de quitar la
respiración.
Impacta la
naturaleza.
¿Me gustaría
regresar?
Sinceramente
no.
Puedo
imaginarlo como una resonancia magnética de mi propia esencia sumida en la
soledad de la ausencia.
Asida a tu
mano, llegaría al sol.
Sola no
quiero estar.
Tampoco se
me ocurrió socializar.
No comparto
personalmente mi dolor.
Por esencia
jamás buscaría piedad.
No estoy
acostumbrada, a dar lástima.
Menos
compasión.
Solo tengo
en claro el itinerario que deseo seguir rápidamente, sin utilizar atajos.
Comenzar el
ascenso para estar con vos para siempre en cualquier lugar, se denomine eternidad
o reciba otro nombre.
Es
secundario cuando se precisa imperiosamente dar amor al hijo muerto.
Tenemos
charlas pendientes.
Un nuevo
mundo para edificar entre hijo y madre.
No pueden
retenerme demasiado tiempo aquí.
No cometí
más que el delito de amarte más allá de cualquier circunstancia.
La muerte es
una de ellas.
¿Es egoísmo,
esta manera de pensar?
Es posible,
según desde el lugar donde se mire.
Te amo más
que a nadie en ésta u otras vidas.
¿Existen?
No puedo
afirmar aquello si no se conocen antecedentes para apoyarse.
No quiero
esta realidad.
Nada
cambiará mi forma de pensar.
Te pido
ilumines mi camino.
No quiero
eludir más escollos sin sentido.
Deseo estar
a tu lado.
Hijo
querido, nunca olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=i0VnWYUIHTg
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