Sunday, May 09, 2021

HORROR Y SENSIBILIDAD



Hola, hijo de mi alma.

Saludo al ser más sensible conocido durante esta estadía en ña tierra, demasiado extendida en el tiempo.

Te extraño, nunca dudes del amor incondicional,  que has generado en mí.

Siempre trato de caminar por la orilla del río.

El paseo costero fue arreglado, no se parece en nada al de ayer.

Pese a la tarde templada, con una brisa muy suave, encontré en el muelle flotante  a una bella joven, sentada sobre aquel.

Enseguida pude relacionarla con la imagen de la sensibilidad.

Tenía el rostro apoyado sobre las rodillas.

Tras ella comenzaba  a ocultarse el sol.

 Estuvo varios minutos en esa posición.

En un momento comenzó su llanto desgarrador.

No suelo hablar con desconocidos, sin balar a la plataforma pregunté cuál era la manera de ayudarla.

No contestó.

Recordé, en el auto siempre llevo una manta.

La utilizamos con Laura en trayectos largos, dado que el pequeño Indra  queda dormido y con ella cubrimos el cuerpito, dado que de acuerdo a los protocolos vigentes, circulamos con las ventanillas, abiertas.

No totalmente sino más de cinco centímetros.

Indra viaja en su sillita, por ello la manta.

La coloqué sobre los hombros de la muchacha, quien ocultaba su desnudez.

No llama mi atención ver un cuerpo desnudo.

Al atardecer la temperatura desciende de manera vertiginosa.

Entendiendo su mano, la ayudé a subir a la costa.

El vértigo significaba un impedimento para bajar hacia donde se encontraba.

Esa plataforma flotante,  utilizada por los nadadores para ingresar al agua, en ese sitio hay una profundidad significativa.

Constantemente de allí las dragas quitan arena, para que las embarcaciones que no utilizan el puerto puedan salir de allí.

Inmediatamente me abrazó.

Pude escuchar,  sus sollozos.

Con voz quebrada pidió la llevara a su casa, distante a pocas cuadras del lugar.

Necesitaba la confortaran.

Su idea era quitarse la vida por un desengaño amoroso.

En pocos segundos, estábamos departiendo un café.

Vestía una bata a cuadros, similar a una de las tuyas.

Sus ojos color océano, pese a estar enrojecidos por el llanto, eran tan tristes como hermoso.

Dejaban ver la sensibilidad de una mujer engañada.

Relato su historia y por qué, deseaba  finalizar con su vida y la del hijo que llevaba en sus entrañas.

Argumentaba, no podría crear al bebé sin la compañía del padre.

Un profesor del último año de la universidad donde obtuvo su título.

Lucrecia, tenía demasiados enigmas in resolver.

Pasé a contarle que no sería la única madre soltera.

Ello no debería ser un agobio sino el orgullo de una mujer capaz de cumplir los roles de mamá y papá.

Pidió, mientras bebíamos el segundo café le contara algo de mi vida.

Relaté sin agregar demasiados datos, pinceladas de esta realidad.

¿Cómo hacés para seguir?=

La respuesta fue sencilla, a diario recibo la energía de mi hijo.

La invité a cambiar de tema pues no era mi intención  entristecerla,  aún más.

Cuando noté estaba tranquila volví a mi refugio.

Al salir recibí un abrazo.

Al oído susurro que de tener un hijo varón, le pondría tu nombre, reconociendo la salvé de cometer una tontería.

Al llegar a mi refugio me esperabas con el  gesto adusto que está en el portaretratos,  del comedor.

En esa foto te acompaño.

La tomaste antes de partir.

Uno de tus hermanos del alma la encontró u la trajo.

El mejor regalo que recibí en mi vida.

Estoy segura la tomaste con la cámara de la computadora.

Después de tu muerte la busqué.

Seguramente la hiciste desaparecer.

No querías, nadie observara tu palidez mortal.

A tu otro hermano de la vida, comentaste se había roto.

Seguramente está en manos de alguien que la necesitaba.

El pensamiento humano es divergente.

Solo quien conoce su propio ser, entiende el porqué de ciertas actitudes.

Solo puedo decir que has pertenecido al gripo de personas a quien no le gustaba exhibir la apariencia del dolor.

Cuando hablabas por celular, les decías a tus amigos cambarías de tema si pasaba por tu habitación.

Hasta último momento mostraste tu generosidad.

Una tarde salías de ducharte, te llevaste por delante el placar,  para acostarte lo hiciste arrojándote sobre la cama.

Un detalle que nunca olvidaré.

Otra de las pautas,  mostrando el fin cercano.

El día anterior a tu partida, decidiste apagar  tu celular.

Solo pediste lo tuviera en la mano libre, con la otra sostenía la tuya.

Luego lo pediste para hacer una llamada.

Tu debilidad, impedía sostuvieras con ambas manos el celular.

Lo levantabas para discar o enviar un audio, tu mano izquierda, caía  pesadamente sobre tu pecho.

Faltaban doce horas para el final.

Antes de pedir llamara a los médicos pues sentías un dolor profundo, sin saber explicarlo, querías descansara en la cama del acompañante.

Hijo amado, me vi en la obligación de mentirte con el horario, para que no te preocuparas por mi descanso.

Convoqué a los médicos  ante ese dolor que no podías describir.

Una de ellas me pidió saliéramos de la habitación.

Quería explicarme, te aplicaría una inyección para inducirte al coma.

Acepté.

No quería  padecieras un segundo más.

Lo había conversado con tu medico cuando me pidió por ninguna circunstancia me fuera de la clínica.

El final estaba rondando la habitación.

Solo acariciaba con la mano izquierda, tus piernas, imposibilitado de levantarlas.

La muerte había comenzado  con la rigidez de los miembros inferiores.

Dos o tres veces con tu dedo pulgar acariciaste mi mano.

El horror se aproximaba sin prisa ni pausa.

No advertí ya no estabas en este mundo ya que tu mano nunca se puso laxa.

Estabas aferrado a mi vida.

Era yo quien transmitía  calor.

La piel del rostro y el cuerpo había tomado un tono rosado.

Nadie podría volver a hostigarte n mutilarte.

Imágenes del horror.

¿Por qué no partimos los dos?

¿Para qué me dejaron aquí?

¿Hasta cuándo?

¿No comprender no quiero vivir?

No imaginas cuanto te amo.

Preciso darte un beso.

Nunca parecido al de la despedida donde tu cara estaba helada.

Un frío diferente a cualquier otro.

Solo deseo, mi propia agonía sea corta.

Llevo casi seis años sin vos.

¿Por qué me piden me acostumbre al dolor?

No quiero esta vida.

Hijo lindo te pido, nunca olvides cuanto te quiere mamá.

 

https://www.youtube.com/watch?v=eiDiKwbGfIY

 





 

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