Buenos días mi tesoro.
Te saludo en una mañana mágica en la que los pájaros trepados de los árboles, salieron a entonar
bellas melodías saludando al sol que
hace mucho no se dejaba ver.
He pasado por el puerto de la ciudad de Tigre, paseando en
una lancha nos internamos en los brazos del río donde los isleños viven en
medio de la naturaleza.
Cada propiedad cuenta con su propio amarradero para anclar
los botes con los que se movilizan a la ciudad.
Llamó mi atención un bote de madera construido por su dueño.
Cada madera muestra el paso del tiempo.
Al llegar a su vivienda lo amarra con una soga a un añoso
árbol.
Todos lo conocen como el isleño solitario.
La camarera de la lancha dice allí vive un hombre que soñaba
con tener un gran barco para navegar por el mar.
Vive solo, en ocasiones es visitado por su familia que no se
acostumbró a vivir de manera permanente en la isla.
Es un ejemplo, se gana la vida en época escolar, llevando
niños a la escuela de la ciudad.
En verano los turistas que prefieren aventuras, lo contratan
para internarse en los brazos de los espejos de agua.
Los conoce mejor que nadie.
El agua marrón es su vida y no la cambiaría por la compañía
de nadie si viviera en tierra firme.
Ese bote a remo lo heredó de su padre quien con sus propias
manos los construyó.
Se levanta temprano
para cumplir con sus obligaciones, en el momento que la luna lejana se pierde
en el horizonte para dejar su paso a su amigo Febo.
Es un ser dispuesto a prestar ayuda a quien lo necesite.
Cuando las familias de los niños no tienen dinero para pagar
el viaje a los colegios, contesta puede esperar a que los tiempos de oscuridad,
emitan una luz de esperanza.
Ha recibido propuestas para reingresar a la marina mercante,
las rechazó.
Perdió su trabajo cuando las empresas comenzaron a reducir personal por efectos de la
pandemia.
No siempre es así.
Los poderosos están acostumbrados a manipular a los demás.
Carecen de inteligencia al subestimarlos.
Algunos personajes se han quedado en la edad media, los
tratan como si fueran esclavos, no respetando los derechos individuales
consagrados en la Constitución Nacional.
En el viaje de regreso no puedo dejar de pensar en las
injusticias del destino.
Entre todos podemos cambiar el rumbo, merecemos respeto, es
lo mínimo que se puede aspirar.
De los débiles todos abusan.
Querido hoy quiero dejarte un poema de un gran poeta
referente a los barcos con los que soñaba el isleño en soledad.
“EL BARCO
Autor: Pablo Neruda
Pero si ya pagamos nuestros pasajes en este mundo
por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?
Queremos mirar las nubes,
queremos tomar el sol y oler la sal,
francamente, no se trata de molestar a nadie,
es tan sencillo: somos pasajeros.
Todos vamos pasando y el tiempo con nosotros:
pasa el mar, se despide la rosa,
pasa la tierra por la sombra y por la luz,
y ustedes y nosotros pasamos, pasajeros.
Entonces qué les pasa?
Por qué andan tan furiosos?
A quién andan buscando con revólver?
Nosotros no sabíamos
que todo lo tenían ocupado,
las copas, los asientos,
las camas, los espejos,
el mar, el vino, el cielo.
Ahora resulta
que no tenemos mesa.
No puede ser, pensamos.
No pueden convencernos.
Estaba oscuro cuando llegamos al barco.
Estábamos desnudos.
Todos llegábamos
del mismo sitio,
Todos veníamos de mujer y de hombre.
Todos tuvimos hambre y pronto dientes.
A todos nos crecieron las
manos y los ojos
para trabajar y desear lo que existe.
Y ahora nos salen con que no podemos,
que no hay sitio en el barco,
no quieren saludarnos,
no quieren jugar con nosotros.
Por qué tantas ventajas para ustedes?
Quién les dio la cuchara cuando no habían nacido?
Aquí no están contentos,
así no andan las cosas.
No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre.
No hay ropa para este creciente otoño
y menos, menos para el próximo invierno.
Y sin zapatos cómo vamos a dar la vuelta
al mundo, a tanta piedra en los caminos?
Sin mesa dónde vamos a comer,
dónde nos sentaremos si no tenemos silla?
Si es una broma triste,
decídanse, señores,
a terminarla pronto,
a hablar en serio ahora.
Después el mar es duro.
Y llueve sangre.”
Hijo te extraño, preciso imperiosamente aparezcas en mis
sueños para poder darte el beso que
tanto ansío, sos el único dueño, son
demasiado para dejarlos en el baúl.
No conocí a nadie, capaz de enseñarme a vivir sin vos.
No alcanza con mirar a diario tus fotos u objetos
preferidos.
Mi alma en comunión con la tuya desea verte.
Nada morigera el dolor de no tenerte.
Te pido ayuda para acelerar el trámite de mi partida.
Quiero expresarte la calidad de mi amor.
Nuestro amigo ahora está nuevamente en Madrid.
Hablamos hace dos días cuando visitaba Lisboa, te recuerda
con el más grande de los afectos.
Te amo hijo querido, tanto que siempre he de reiterar mi
solicitud, por favor nunca olvides cuanto te quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=vKw3GY0p2ns
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